Parte 1 Sin Título

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Aquel era para mí un sábado cualquiera. Me desperté temprano, como solía hacer todos los días, y salí a correr. Correr era una de las cosas que me encantaba hacer y traía muchos beneficios, no solo para mi cuerpo, sino también para mi mente. Cuando regresé de correr, me fui a mi cuarto a estudiar. Estaba en tercer año de Psicología, y además de ser un curso duro, con bastante contenido para leer y comprender, siempre fui una auténtica rata de biblioteca, de aquellas que prefieren pasar el fin de semana estudiando que ir de paseo.

Papá estaba muy orgulloso de mí, de mi gran empeño académico y respetaba bastante mi personalidad reservada y tímida, a mamá le gustaba criticarme y compararme con mi hermana Zelena, que era mi opuesto. Excéntrica y habladora, Zelena era todo lo que yo no era, incluso era pelirroja con los ojos azules.

Yo amaba a mi familia y me llevaba bien con todos, incluso con mi hermana que se diferenciaba tanto de mí. Mi único problema era mamá y su exceso de críticas y exigencias. Detestaba la forma en cómo intentaba hacerme ser diferente e insistía en buscarme novios. Debía ser difícil para Cora aceptar que sus dos hijas eran lesbianas, pero tenía que aceptarlo.

Mi sexualidad y la de Zelena siempre fueron respetadas en casa. Mi padre era un hombre moderno, acorde con su tiempo y no se aferraba al conservadurismo que llamaba "estúpido". Mamá, por haber sido toda su vida una mujer refinada y de apariencias, se sentía un poco incómoda ante comportamientos que estaban fuera del aceptable patrón de la élite en la que se movía.

La familia Mills no era rica, pero teníamos una hermosa casa y un buen dinero guardado. Papá era coronel retirado y mamá, una bogada reconocida que no solía perder ningún caso. Nuestra familia era bastante conocida en la ciudad, Storybrooke, una ciudad que cada día crecía más.

«¿Qué piensas que estás haciendo?» mi hermana me preguntó, mirándome con sus ojos azules, tras abrir de golpe la puerta de mi cuarto.

«¡Cuánta sutileza!» dije irónicamente, mirándola desde donde estaba, sobre mi cama rodeada de libros «¿Acaso no ves que estoy estudiando?» dije lo obvio, con el lápiz en la mano y el cuaderno encima de mis piernas.

«Regina, hoy es sábado» estalló los dedos como si yo no hubiera entendido lo que aquello significaba «¡Despierta, criatura! Hemos sido invitadas a la fiesta de una chica de la Universidad...¡Ella es super famosa y por lo visto va a ser una fiesta histórica!» dijo con entusiasmo, restregándose sus manos.

Reviré los ojos, encogiéndome de hombros y volví a mis anotaciones en el cuaderno.

«Como si me importasen esas fiestas, son todas iguales...llenas de personas ebrias y desesperadas en busca de algo que llene su vacío existencial. Deberían hacer terapia, sería más provechoso» murmuré mirando los libros que tenía a mi alrededor, y pensando qué materia estudiaría a continuación.

«¡Regina Mills, siempre tan correcta!» replicó en alto, cerró la puerta de mi cuarto y se sentó a los pies de la cama, y se quedó mirándome «Sé que no eres muy festiva, pero vamos...solo es una fiesta. Nunca sales de casa, Regina»

«Salgo todos los días» dije con orgullo y me miró con hastío

«¿De verdad? ¿Correr en el parque, ir a la facultad o a alguna biblioteca cuenta para ti como una "salida"?»

«¿Por qué es tan importante de que vaya a esa fiesta, Zelena?» solté el cuaderno con fuerza, dejándolo a un lado «¿No tienes a tus amigos para que acompañen?»

«Sí, no te lo estoy pidiendo por solidaridad, tonta. Te lo pido porque soy tu hermana y me preocupo por ti. Creo que sería bueno que fueses a la fiesta, salieses un poco de este cuarto. Existe todo un mundo ahí fuera, Regina. Sé que te gusta estudiar y eres muy reservada, pero si pretendes ser una buena psicóloga, no puedes huir permanentemente del contacto con las personas...Incluso los peores...» puso, al final, una sonrisilla maliciosa, guiñándome un ojo.

Tintas y sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora