Parte sin título 12

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(Emma)

Regina y yo decidimos que lo mejor que haríamos al regresar era que cada una se fuese a su casa sola y enfrentase a los padres, lo cuales estarían seguramente desesperados buscándonos.

El sentimiento que me habitaba en ese momento era bastante contradictorio, por un lado irradiaba brillo y alegría por los mágicos momentos vividos en la playa, incluyendo la última noche, que nunca olvidaría. Por otro lado estaba siendo consumida por un miedo y ansiedad creciente, pues sabía exactamente lo que me esperaba al llegar a casa.

Recogimos nuestras cosas y regresamos a Storybrooke. Dejé a Regina en la puerta de su casa, y muy reluctante-besándome sin parar, ella se despidió, medio llorosa y me quedé unos segundos más en el coche, protegida ante lo que yo misma tendría que enfrentar.

Conduje hasta casa y durante todo ese tiempo me repetía un mantra en mi cabeza: respira hondo, mantente tranquila. Cuando estacioné mi escarabajo en una de las plazas de nuestro garaje, vi el rostro de mi madre aparecer en la ventana, pero desapareció enseguida. Apagué el motor y bajé. Respira hondo, mantente tranquila. Cogí la mochila y las bolsas que había llevado y entré en casa rezándole a Dios para que me protegiese de todos los males posibles. Coloqué mi mochila y las bolsas en el suelo al ver a toda mi familia-o casi toda-reunida en la sala, eso incluía a mis padres y a mi hermano August.

«Emma, ¿dónde estabas?» la voz de mi madre era de aflicción y al mismo tiempo de indignación, y noté que, a pesar de su esfuerzo por mantener una postura de seriedad que parecía haber sido planeada entre ellos, ella no se resistió en venir corriendo a abrazarme.

«¡Mamá!» la abracé fuertemente «Perdóname por haber desaparecido sin avisar. Hice un viaje con Regina y sabía que si hubiéramos pedido permiso, no lo habríamos tenido, por eso nos fuimos sin avisar»

«¿Cómo si fueran fugitivas?» me dio unos golpecitos en la espalda, casi llorando «¿Crees que eso está bien, Emma? ¡Casi me matas a mí, a tu padre y a tu hermano de la preocupación!»

«Lo sé, lo sé» dije sintiéndome aliviada con su abrazo, pero en cuando vi los gélidos ojos azules del policía Swan, supe que estaba en problemas «Lo siento mucho»

«¿Lo sientes mucho?» papá me cuestionó y mi abrazo con mamá fue deshecho «¿coges tus cosas, entras en el coche, recoges a la hija de la doctora Mills y huyes, y piensas que decir "lo siento mucho", lo resuelve todo?» su tono fue subiendo y parecía muy enfadado

«Papá, vete más suave...» August dijo, sentándose en el sofá «Ha sido cosa de adolescentes, solo ha sido una aventura. No es como si se estuviera drogando o participando en carreras ilegales. Son adolescentes, están enamoradas y se han escapado, nada más»

«¡Si no tienes nada lógico que decir, estate callado, August!» gritó, levantándose del sofá «Esto ha estado completamente fuera de lugar, inaceptable. Jamás tendría que haber pasado. ¿Tienes noción de la gravedad de lo que has hecho? ¿De tu irresponsabilidad? ¿Sabías que al Doctora Mills fue a comisaria a denunciar la desaparición de su hija, que da la casualidad que había desaparecido junto a mi hija?»

Su discurso rápido e histérico me imposibilitaba pensar, jamás conseguiría responderle debido a la velocidad en que estaba la discusión.

«¿Con qué cara crees que recibí a la Doctora Mills? Ella sabe muy bien que soy tu padre y que tenías algo que ver con esa desaparición. ¿Y si te denuncia Emma? ¿Si decide procesarte alegando secuestro o yo qué sé?»

En ese momento tuve que reírme, no me aguanté

«¿Secuestro? Eso es una gran mentira. Yo no he secuestrado a nadie. Regina vino conmigo por voluntad propia y lo puede decir»

Tintas y sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora