/ / Your hands are on my hips, your name is on my lips / /
Spencer era un chico genial. En serio, era gracioso, guapo, y era alguien con quien sorprendentemente podía hablar como si nada. Era un gran amigo, pero no me veía en posición de ser nada más. Nuestra relación era fuego, era pasión cuando estábamos juntos, y me afectaba cuando no lo estábamos (había podido comprobarlo después de un par de semanas saliendo juntos) pero había algo que simplemente no estaba bien. No puedes salir con una persona si cuando imaginas estar en un baile de máscaras de la Venecia de 1602, su rostro no es el que esconde la máscara de quien te besa la mano. Y la realidad es que, en mi baile de máscaras, era Parker quien besaba mi mano.
Sabía que estaba mal pensar así, sobre todo cuando era un hecho que él no sentía nada más que amistad por mí. A veces, Nat hacía bromas sobre lo celoso que debía estar viéndonos a Spencer y a mí, pero era obvio que solo lo decía por decir.
Parker y yo no teníamos futuro.
Sin embargo, tampoco pensaba que Spence y yo lo tuviéramos, y eso era algo que tenía que abordar antes o temprano.
Eso era lo que me había llevado a quedar con él en el Seraphine. Había discutido conmigo misma acerca del lugar idóneo en el que quedar con él y este había sido mi mejor apuesta. En mi casa estaba mi madre, que desde luego actuaría como cualquier madre cotilla e intentaría espiarnos, además que no habría sido un buen ambiente para cortar con él; en su casa habría sido mala idea, principalmente porque yo nunca había estado allí, y no sabría ni ir, ni regresar una vez me hubiera encargado del problema. Eso solo dejaba un sitio público como alternativa, y sinceramente el Seraphine era uno de los únicos sitios en los que no presentía que fuera a vomitar en algún momento de la ruptura.
Estaba tan, tan nerviosa, que me temblaban las manos, y mirarle a los ojos solo me hacía odiarme más a mí misma. Desde el principio, me había temido acabar así, y ahora que estaba en esta posición, me sentía tonta por haber empezado a salir con él.
—¿Estás bien? —me preguntó por décima vez. Normal, teniendo en cuenta que le había llamado para hablar y de momento solo había pronunciado un hola bastante débil.
Asentí con la cabeza y bajé la vista, incapaz de sostenerle la mirada.
—Lo que quiero decirte no es fácil —murmuré, y por el cambio en su respiración, me imaginé que ahí adivinó qué tema quería tratar. No obstante, se mantuvo callado, por lo cual fui yo quien tuvo que seguir hablando—. Estas últimas semanas han sido geniales, y eso es porque tienes una personalidad con la que es muy fácil congeniar, pero creo que tú y yo no estamos destinados a estar juntos, románticamente al menos.
—Estás cortando conmigo.
Aunque no parecía una pregunta, asentí de todas maneras.
—No me puedo creer que tú estés cortando conmigo —y su cara de verdad era de incredulidad.
Sinceramente, no sabía cómo tomarme una reacción como esa, así que fruncí el ceño.
—¿Perdona?
—¡Sí! O sea, ¡eres patética! Todo el día con tus amigos, que ni siquiera son graciosos, parece como si quisieras demostrar algo, arrastrándome todo el rato con ellos —Spencer bufó, utilizando un tono que nunca le había oído y que, sinceramente, no pude descifrar.
—Pensaba que te gustaban —murmuré.
Su comportamiento no había indicado que no le gustaran, y Parker y Jeff parecían llevarse bien con él, por eso había insistido en llevarle conmigo muchas veces que quedábamos mis amigos y yo, pero desde luego, no era para fardar de él o de nuestra relación. Tampoco había mucho de lo que fardar, siendo honestos.
La carcajada sarcástica de Spencer me sobresaltó.
—Tus amigos son unos idiotas ignorantes, no me gustan, igual que probablemente ni siquiera os gustáis entre vosotros. Sois demasiado raros como para estar con alguien más así que os tenéis que aguantar —su voz era venenosa, y me estaba haciendo enfadar cada vez más—. Ya conoces el dicho, Dios los crea y ellos se juntan.
—Eres un capullo —escupí, entrecerrando los ojos y con un deseo irrefrenable de soltarle una cachetada.
—Viniendo de ti eso sería todo un cumplido, mojigata.
—Sal de aquí —dijo una voz desde detrás de nosotros. Me giré y vi a Dan con una expresión de desagrado tal, que casi era como si fuera otra persona—. Te has convertido en una persona non-grata en el Seraphine, Spencer.
—Mejor —gruñó el chico, a la vez que se levantaba.
Salió de allí pisando fuerte y montando un numerito tal que me hizo avergonzarme.
—¿Estás bien? —preguntó Dan una vez la puerta se cerró detrás de mi ex.
—Sí —le respondí, tan solo porque perfectamente, nueva, radiante sonaba demasiado alegre para la situación, aunque eso no hacía que dejara de ser verdad.
n/a: a lo mejor los cuatro capítulos que decía en la nota anterior se podrían extender a siete o incluso a diez, todavía no lo se, la verdad. Ya veremos.
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Hold Back
Romance[Romance, Adolescente] Elea conoce a Parker en una fiesta, Natalia les insiste en que deberían estar juntos y ellos, como no podía ser de otra manera, se vuelven mejores amigos. "Hold back the sunshine in your eyes, it's blinding me." Empezada: 5 di...