Capítulo Nueve: La última lágrima la tiene él

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– ¿Portador? –le pregunté a Xander cuando salimos del aeropuerto.

– ¿Recuerdas nuestro primer destino al que no fuimos? –contestó él. Mi sonrisa se transformó en una mueca y miré mi muñeca. Las cadenas azules ya se encontraban en todo mi brazo, y éste escocía a más no poder. Empezaba a propagarse hacia mi pierna, aunque aquello no me detendría.

– La necesidad no conoce ley –cité, acelerando el paso.

– ¿No tienes algún truco bajo la manga? –preguntó Angie.

Miré a Gemma y Nick con diversión.

– Oh, claro que lo tengo. Charpentiers, hora de sacar a los cisnes –dije. Ellos me miraron mal y se quejaron, pero levanté la manga de mi chaqueta e inmediatamente aceptaron.

– ¿Qué es lo que harán? –preguntó Carter. Claro está, no respondí a su pregunta.

– Carter, necesito que crees una ilusión de nosotros yendo por esa calle, ahora. Escóndanse rápido en ese callejón. Angie, Stone, tendrán que invocar sus alas. Charpentiers, hora del show. Síganme, ¡a la de tres! –les ordené. Todos asintieron e hicieron lo que pedí.

Con dos cisnes y tres magos alados, Carter recibió la orden de hacernos parecer cisnes y volamos hasta lo de mi odiada pariente, la tía Esperanza.

– Creo que es su edificio –indiqué, así que los cinco bajamos. Coulisses, invoqué para deshacerme de mis alas. El resto volvió a su apariencia humana y decidieron analizar los alrededores.

– Este es, el quinto piso le pertenece a Esperanza Courtois –aseguró Gemma, mirándonos. Los cuatro asentimos y entramos. Utilizando mis habilidades sensoriales (básicamente invoqué unas antenas de insecto por las que Carter se burló), encontramos el departamento de mis parientes. Toqué la puerta con la mano que podía mover y miré la puerta esperanzada.

Como nadie abrió, decidí darle una patada. Lo que me encontré me puso los pelos de punta: Jackson, con los guantes en mano, salió volando por la ventana. Corrí hasta el balcón, sus alas de hielo se movían ágilmente por los cielos. Lo miré con ira y le lancé una bola de fuego, que logró esquivar. En ese momento, mis piernas se volvieron gelatina y caí al suelo. Jackson giró y, al verme, dejó de volar. La sangre corría por mis venas demasiado rápido debido a la adrenalina, cosa que no noté hasta que era demasiado tarde. Moriría, no había nada que pudiera hacer. Gemma y Carter escucharon mi caída y, juntos, me cargaron hasta la habitación de mi prima, acomodándome en su cama.

– Esto es malo, muy malo. ¡Tiene que haber otro modo de salvarla! No puedo perderla otra vez, ¡es mi mejor amiga, mi hermana, mi incondicional, mi infinito! ¡Es mi luz! –exclamaba ella. Mi otra pierna se estaba volviendo azul también, lo que significaba que pronto llegaría al corazón. Lo mejor sería tranquilizar mis latidos.

– ¡Imagínate como me siento yo, Gemma! Mi mejor amiga de años pudo haber tenido todo lo que quisiera, pero gastó su tiempo y deseo en que yo fuera feliz. Me unió con la chica que quiero, me dio una nueva oportunidad, me trajo la felicidad de nuevo... ¡Alette es la heroína de todo el mundo, y ni siquiera se la compensa o se lleva el crédito! Y ahora morirá por culpa de ese tarado de Magné, al que le di una buena advertencia para que no jugara con mi debilidad, con mi mejor amiga. ¡Voy a matar a ese tarado! –La voz de Carter sonaba quebrada y temblorosa, y un lago se formaba sobre él.

– Con suerte y le quedan cinco minutos –dijo Xander desganado. Podía notar la tristeza en él, parecía que estaba por derrumbarse. Su lomo estaba gacho, sus tapas torcidas y sus hojas estaban arrugadas. Tinta apareció en una de ellas. "Fuiste mi Elegida favorita, Alette", leí.

Las palabras empezaron a difuminarse. Angie lloraba desconsoladamente, y Nick trataba de reconfortarla pero no podía, él también sollozaba. Carter y Gemma habían creado un mar, una lágrima resbaló por mi mejilla.

Me costaba demasiado respirar, y mis párpados me pesaban. Sentía un nudo en mi garganta y mi cuerpo congelarse.

– Si-sigan a-adelante –tartamudeé, escupiendo sangre. Intentaba resistir lo más posible, pero mi fuerza de voluntad no detendría el veneno.

Cuando mis párpados estuvieron por cerrarse, la ventana se abrió. Vi una figura alada entrar y caí en la oscuridad, inconsciente.



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LO SIENTO, LO SIENTO, LO SIENTO. LES JURO QUE NO QUERÍA ESTO.


Alto, alto, ¿ustedes creen que me lamento porque Alette murió? Nada de eso, les juro. Solo puedo decir que alguien propuso la resolución correcta de este problema en los comentarios del capítulo pasado. 

Lamento las pocas palabras, pero esto era más que suficiente. Si querían les podía alargar el sufrimiento, aunque eso me parecía demasiado cruel.

 El capítulo que viene está narrado... Distinto a lo usual. ¿Qué a qué me refiero? Ya verán, curiosos.

¡Los veo el viernes! Éxitos intentando sobrevivir toda la semana con esta escena.

¡Mentira, mentira! Voy a ser benévola, este fin de semana les traigo el capítulo siguiente. No sufran.

Les dejo una simple pregunta: ¿listos para la gran revelación del segundo libro? ¡Porque se viene el próximo capítulo! Cómanse las uñas, ¡última oportunidad para teorías! Y el grupo de Mel y May, deberían entregar AHORA la teoría final, porque se confirma/niega en el próximo capítulo.

¡Los veo mañana en La escritora de Wattpad o el domingo en Fénix Oscuro/acá!


.Mechitas.

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