Agradecimientos

36 8 12
                                    

Recuerdo haber empezado los agradecimientos de PODEROSA tiempo antes de llegar a la mitad del libro, donde iba anotando a cada uno de esos ávidos lectores que habían dejado sus votos y comentarios en mi novela. Recuerdo haber estado dudosa de subir cada capítulo, el sentimiento de temor que tenía al escribir. Con un ritmo tímido, reservado y preocupado, intentando estar en todas.

Les advierto que PERSUASIVO no se pareció en nada. Los agradecimientos los escribí después del capítulo veinte, y solo porque había hecho mi cálculo de fechas de publicación y exámenes y no podría dedicarle el tiempo que se merecía. Estos agradecimientos serán distintos, y espero que no les moleste; pero no hay otra forma de hacerlos esta vez.

Cada vez que estaba por subir un capítulo me invadía ese sentimiento de emoción y no podía aguantarme a escribir el siguiente capítulo. Mi escritura era más ágil, más confusa, más profunda y más contradictoria; yo misma lo notaba a la hora de sentarme frente a la computadora.

PERSUASIVO fue una experiencia genial en la que mi pluma aprendió a volar de una vez por todas. Aprendí muchísimo sobre mí, aunque estoy segura que no se ve tanto como se verá en PÉRDIDA. Escribir ahora no es un escape ni un refugio; escribir se volvió mi vida, la única importante. Es como en Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Hyde era un escape para Jekyll, pero terminó convirtiéndose en su verdadero ser. Las palabras me fluyen por las venas como la pócima de transformación en Jekyll, y ahora no podría dejar de escribir.

Las ideas en mi cabeza empiezan a tomar sentido, y poco a poco mi mente empieza a idear nuevas historias y problemas con tan solo mirar alrededor.

PERSUASIVO me dejó muchas lecciones. PERSUASIVO demuestra que, desafortunadamente, uno debe dejar sus sentimientos de lado en una guerra; uno debe hacer lo correcto. PERSUASIVO fue una superación para mí: dejar de ir por el lado fácil, ordenar mis prioridades y decidir lo que era realmente importante.

Es por eso que estos agradecimientos no serán como los anteriores: porque ya no soy ella.

En primer lugar, debo agradecerle a mi mamá. Ella que lee orgullosa cada actualización, que habla con sus conocidos sin cesar, repitiéndoles que su hija es escritora como si hubiese encontrado la solución al calentamiento global. Por todas las tardes que la hago enojar por no hacer lo que debo y pasarme horas escribiendo. Por todas esas mañanas en las que ando como zombie mirando al techo cuando debería correr para llegar a tiempo. Gracias, Má.

Mi hermano es el que sigue en la lista. Para él que me enseña siempre a ser menos egoísta, para él que me demuestra que alguien confía en mí para todo, que estará ahí incondicionalmente. Para él que me dona sus galletitas cuando tengo hambre, pero me hace levantarme de la computadora para que le cocine una torta. Gracias por estar ahí, Juan. Gracias por inspirarme con tus idioteces, dramas y chistes. Gracias por esos ataques de risa de madrugada, por todos esos mundos que inventamos juntos cuando queríamos escapar de nuestra realidad. Gracias por ser mi hermano. No te lo digo mucho, pero espero que algún día leas esto y lo recuerdes.

El siguiente es un personaje especial para mí. Es esa persona que estuvo haciendo de padre para mí por más de un año por propia voluntad. Él que estuvo ahí conmigo, jugándole bromas a mi hermano y comportándose como un chico más. A él que estuvo preocupándose por mí, burlándose de mi nombre de usuario y dejándome sacar inspiración con tan solo entrar en su casa, dejar mi bolso en el sillón y oler las milanesas recién fritas en la cocina, esperándome para cenar aunque fuese la una de la mañana. Gracias por estar ahí, por convertirte en esa figura paternal que necesitaba sin que nadie te lo pidiera. Ni siquiera necesito nombrarte, porque quien te conozca sabe que me refiero a vos.

Le quiero agradecer a esas personas que estuvieron ahí para mí siempre, porque son importantes. A ese amigo que cuidó de mí toda la primaria, consoló mis llantos y me ayudó a superar cosas terribles. A ese otro amigo con quien todo mundo creía que quería algo más, por el simple hecho de que no era capaz de decirle que no a su sonrisa ladeada (voilá, secreto revelado). A este tercer amigo, con quien me hubiera gustado tener algo pero creo que nos complementamos bien de la manera actual. A esa amiga incondicional con quien debatí mis novelas, con quien comíamos Snickers muriendo de la risa. A ese amigo que se quejaba de que Jackson y Alette se besaran, porque "la cagaba" y a ese grupo genial de FanGirls con las que me reía en cada almuerzo, independientemente de que ahora nos hayamos distanciado.

A ustedes, que leyeron cada capítulo de PERSUASIVO. Algunos votaron y dejaron sus comentarios, aunque no era estrictamente necesario. Se los agradezco, mis queridos Sherlocks y Persuasivos.

Y, por último, quisiera agradecerle al mundo. No sé cómo llegó a ser una composición de materia tan compleja y humana, pero lo agradezco. Agradezco la luz de la luna reflejada en el mar, las hojas danzando en el viento cuando el otoño arriba a nuestra estación. A la creación del lenguaje, por la que podemos crear imágenes a color y movimientos y sentimientos con simples garabatos en blanco y negro. A los colores de los que se tiñe el cielo al atardecer; a la magnitud y belleza de las estrellas, aquellos misterios sin revelar. Al mundo por ser tan hermosamente perfecto.

Espero que decidan acompañarme en mi próxima aventura, en la que le daremos un cierre definitivo a la heroica historia de Alette. Hasta entonces, Magos de la A.D.E.M.P.

PERSUASIVODonde viven las historias. Descúbrelo ahora