Como aquella vez que nos quedamos hablando por teléfono hasta la madrugada y yo no hacía más que sonreír al otro lado de la línea mientras te oía hablar de tu mascota, y cuándo te reías estoy segura que jure que era la risa más linda que había escuchado. También recuerdo que a veces se formaban silencios, silencios con sonrisas y luego una pequeña risa. Yo recuerdo casi todo lo que me decías, las veces que juraste que me querías, recuerdo todas las pláticas de madrugada, lo bien que se sentía llegar hasta las 3 despierta por hablar tonterías contigo aunque al día siguiente estuviera muerta de sueño en clases. También recuerdo que me hacías sentir con una confianza tan alta acerca de mí, porque a tus ojos era bonita y con eso me bastaba, no me importaba que pensará el mundo si para ti lo era. Y luego te fuiste y eso me destruyó, aún tengo tus recuerdos en mi mente una que otras veces al día, todavía ansió escuchar tu voz de noche. Me diste tantas ilusiones falsas, promesas vacías, casi todo fue una mentira que a veces me pregunto si tu cariño también lo era.