Mi fragilidad no forma parte de mi encanto. No romantices mis sueños rotos, mi falta de ganas, mi miedo al mundo. Mi fragilidad no forma, no ha formado y no formará parte de mi encanto. Quizás me miras así para sentirte poderoso, quizás temes perder el control, quizás tu libertad reside en mis alas rotas. Pero no, mi fragilidad no forma parte de mi encanto. No veas en mis heridas las cicatrices que me recordarán siempre el dolor. Míralas como yo las miro, con la mirada puesta en el futuro, llena y fortalecida. Mi fragilidad no la uses para poner en su rostro los ojos de la condescendencia, del "ven aquí, que yo te enseño". Mi fortaleza es lidiar con la pena más veces de lo que me gustaría, mi fortaleza es lidiar con la sensibilidad y salir airosa del derrumbe. Y eso es algo que jamás entenderás.