Con el corazón hecho pedazos, con el alma torturada y los labios desgastados.
Escribía desde lo más profundo de mi corazón, evadiendo la razón.
Hasta que un día en sus brazos entendí, que al amor hay que dejarlo fluir, permitir que se derrita en la sangre y que recorra cada esquina de mi cuerpo
anidandose en las venas.
Yo escribía bonito, "dicen" ... con el rompecabezas de mi vida, con la melancolía tatuada en los ojos
y un nudo en la garganta que de vez en cuando me acortaba la respiración.
Y sonreía entre las sombras mientras dibujaba esperanza con mis sueños.
Yo quería que sea así, que doliera por siempre, que el pecho se me quede intacto, que los suspiros se desvanecieran con el viento, que el tiempo sea cómplice de mi desconsuelo.
Quería escribir más bonito, desde lo más profundo de mis sentimientos.
Pero no; llegaste, forjaste, dañaste todos mis planes,
y ahora escribo bonito, por el color de tus ojos, por el sonido de tu risa, por tu boca pronunciando mi nombre.
Ahora escribo del amor que se pintó con tus caricias, que se quedó marcado en mi cuello aquella tarde.
Hoy escribo por ti, que me arrancaste el sentimiento más cobarde, sentir miedo de volver a enamorarme.
