Prólogo.

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Siento tanto haberme comportado como un idiota, sé que debes estar odiándome ahora mismo, y si me voy, no es porque te quiera lejos, es lo que menos quiero. Quiero estar contigo toda mi vida si así es posible, eres mi persona favorita en este mundo, y la única que hace que mi corazón se acelere o se detenga. Odio ser tal imbécil teniendo a una chica tan valiosa como tú y te juro que haría lo que fuera por verte feliz, porque te quiero, como nunca he querido a nadie. — Y no pudo más, las lágrimas ya estaban instaladas en sus ojos, listas para caer sobre sus mejillas. — No, no llores ángel, voy a volver, ¿sí?, volveré por ti. Cuando sea el momento voy a tocar a tu puerta y te diré "Volví", estaremos juntos ángel, te prometo que va a ser así, y recuerda que siempre vas a ser el amor de mi vida, no importa donde esté, donde estemos. Siempre vas a ser tú, nadie más que tú. Te quiero..., pajarito. — Finalizó sosteniendo el rostro de su ángel entre sus manos.

Pero toda historia de amor tiene su fin, y los cuentos de hadas son sólo eso, cuentos. Los príncipes no existen, las princesas tampoco, y lo más doloroso, no habían finales felices. Ellos habían aprendido a superar, aprendieron a separarse y conocer otras personas, pero la vida no tenía un hueso de prejuicio, ella volvería a hacer de las suyas.

El primer amor nunca se olvida, y justo eso iba a mostrarles.

Esta es la historia de dos amores con prejuicio, de dos amores con miedo, de dos amores que siempre estaban unidos.



¿Qué dijeron?, ¿esta pendeja ya no va a publicar? JAJAJA. Este es el prólogo amores, espero que les guste mucho, así como a mi me gusta escribirlo. Comenten y voten babes.

Quiero casarme contigo, imbécil. « Mario Bautista. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora