Capitulo 30

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En multimedia: Hekbert Farid Gwagner
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Luego de la pelea de Zaid, Nos vamos al hotel.
El trio y yo decidimos celebrar, ya que Zaid y yo hemos ganado las peleas.
Espero que los mellizos se duerman. Una chica de seguridad pasara la noche con ellos.
A Jawal no le hace ninguna gracia que me vaya de fiesta, acepto que me acompañen cuatro chicos de seguridad.
El trio ha decidido que debemos ir a una discoteca en la playa. Me visto con un short azul, sandalias blancas, una camisa blanca con un estampado. Recojo mi cabello en una cola de caballo. Tomo mi celular, dinero en efectivo y estoy lista para celebrar con el trio.

Jawal nos lleva a la playa en la Hummer. El lugar no es lo que imaginaba. Es mucho mejor, es una fiesta en la playa con musica a todo volumen. Hay mucha cerveza por todos lados, cócteles tropicales una barra ubicada en un quisco muy bonito de hojas de palmera. Pido una piña colada mientras observo al trio bailar. Me causa gracia como Zaid baila para coquetear con una chica. La chica no le presta mucha atención. Dos horas mas tarde he tomado dos piñas coladas, unas cuatro cervezas y he bailado un poco con Lea y un chico que aun no se su nombre, es guapo, no lo puedo negar. Pero no me atrae en lo absoluto. Pero si me divierte hasta ahora.
El trio me han dejado sola. Lea y Heiko andan por allí besándose o haciendo algo mas. Zaid se fue con una chica. Así que estoy con el chico sin nombre y los chicos de seguridad están por allí observándome sin hacer ningún comentario.
El chico sin nombre me toma por la cintura e intenta besarme. No lo reprimo y de la nada alguien le da un puñetazo en el rostro. -Max No te quiero aquí. -Cierra la boca.
Max toma una de mis manos e intenta sacarme de la fiesta. Los cuatro chicos de seguridad se acercan y le piden a Max retirarse. Le muestro el dedo medio de mi mano derecha. Y esto lo hace enfurecer ya que me coloca en su hombro derecho como un costal de papas. Pataleo y lo golpeo, pero no funciona. -¡Bajame pedazo de imbécil! -No. No estas bien. Te llevare de regreso al hotel. -No me vas a llevar a ningún sitio, para eso tengo a los cuatro chicos se seguridad. Bajame ahora mismo o te golpearé. - Estas ebria. En tu estado no le darías un golpe a nadie. ¿Quieres probar?
Me coloca en la arena. - No estoy ebria¡Mira pedazo de imbécil, puedo pararme sola!-No es necesario que seas grosera. -Mira quien lo dice. Golpeaste al chico con que me estaba divirtiendo mucho. Todo estaba bien hasta que llegaste, ve por allí a buscar una chica para fastidiar.
Camino hacia el mar y en el trayecto me quito las sandalias. Mis pies están descalzos,la arena es muy agradable, entierro mis pies sin escarbar mucho. Los chicos de seguridad me observan sin ninguna emoción en sus rostros. Pronto estoy en la arena húmeda, las olas del mar cubren mis pies, el agua esta espumosa. Observo el cielo. La luna es hermosa, muy brillante y grande. La observo unos minutos, luego me siento sin importarme llenar mi trasero de arena a causa del diminuto short que tengo puesto, estiro las piernas. Permanezco así, divagando un rato: pienso en como manejar las empresas, estudiar, criar a los mellizos, continuar con las peleas y las carreras. En un par de años o tres mis hermanos deberán empezar con sus estudios. Se que podré con todo si me organizo.
Volteo a ver hacia atrás, el trio aparece junto con Max y dos chicos de seguridad.
Lea tiene la idea de continuar con la celebración en la playa del hotel como una fiesta privada. Acepto y ella junto a Heiko se encargan de comprar mas alcohol.
Ordeno a uno de los chicos de seguridad que llame a Jawal y le informe que vamos para el hotel.
Unos minutos más tarde la celebración continua, no sin antes ir a observar a los mellizos dormir profundamente.
El trio, Max y yo estamos en la playa sentados en un circulo en unas sillas de playa, al centro esta una hielera con cervezas, tomo una, la destapo y tomo un sorbo. A Zaid se le ocurre hacer una competencia de quien se acaba tres cervezas más rápido. Me parto de la risa, los cuatro tomamos tres cervezas, las destapados y colocamos en la arena. A la cuenta de tres empezamos a beberlas, veo de reojo a Max. Esta bebiendo la primer cerveza, yo en cambio estoy a mitad de la segunda, bebo la tercera, tiro la botella en la arena, me paro en la silla y empiezo a gritar que gane. Todos comenzamos a reírnos. - ¿Y cual es mi premio? Trio loco. No dijeron que ganaría. -Ganaste un beso mio. -Ha ha ha ha ha. No, gracias Max.

Despierto con la luz del sol, mi cabeza da vueltas. Estoy en una cama, creo que no es la mía. Volteo a ver a mi derecha, mi blusa esta en el suelo, mas adelante esta mi short y las sandalias que recuerdo llevar puestas. ¡Mierda! ¿Que hice? Me doy cuenta que tengo puesta una camisa roja que llega hasta mis muslos. Mi ropa interior esta puesta. No entiendo porque mi ropa esta tirada en el suelo. Mi cabeza duele un poco.
Me siento en medio de la cama, hay un par de camisas en el suelo y un pantalón.
Salgo de la cama. Mis pies descalzos tocan el suelo frío. Camino hacia la ventana y me doy cuenta que estoy en el hotel, pero no en mi habitación. Entro en el baño, mi rostro se refleja en el espejo. Estoy hecha un desastre, mi cabello esta revuelto. Abro el grifo y lavo mi rostro, luego enjuago mi boca, mi aliento huele a ahcohol . Peino un poco mi cabello.
Al salir del baño observo a Max sentado en una esquina de la cama. Maldigo mentalmente tantas veces como me es posible. -Buenos días hermosa. -Eran buenos días, ¿Porque demonios estoy en tu habitación?-Porque tu sola llegaste hasta aquí. Luego de la fiesta en la playa con tus amigos, te pusiste muy animada, me rogaste que te llevara a mi habitación. Tu hermano Matheo te hizo una videollamada y no estaba muy contento con la situación. Tu estabas en ropa interior tumbada en la cama conmigo. -¡Pedazo de idiota! ¿Porque le contestaste? No sabes que no debes tocar los objetos que no son de tu propiedad. -Supongo que no recuerdas nada de lo que sucedió en la madrugada. Aunque eso es imposible de olvidar. -No recuerdo parte de lo que sucedió. Sabes, no me quedaré a averiguarlo, me largo de esta habitación y del hotel en un par de horas. Si sucedió algo entre tu y yo superalo, estaba ebria y sin cordura. Ahora por favor regresa me mi celular. -Como quieras. -Me voy en un par de horas, si quieres venir, esta bien. Si no, haz lo que quieras. -Escucha; no me digas que debo hacer, solo mirate, no recuerdas lo que sucedió hace cuatro horas. -Me largo. Quedate con tu puto ego inflado.

Recojo mi ropa del piso lo más rápido posible, revuelvo un poco la habitación en busca de mi celular. Max me observa con un poco de diversión. Esto me hace enfadar. Respiro profundo y sigo revolviendo la habitación. -Escucha Max, no es gracioso que tengas mi celular escondido. Contare hasta cinco y quiero mi celular de vuela, o si no te golpearé para luego llamar a alguien de seguridad. No me hagas montar una escena. No sabes de lo que soy capaz.-Tranquila fiera... No es necesario que montes una escena como cualquier niña caprichosa... Toma. -Gracias. Adiós pedazo de idiota.
Digo estas palabras y salgo de la habitación. Max me sigue, en voz alta grita mi nombre. -¡Samantha! ¡Repite lo que dijiste! -Lo que escuchaste. ¡Pedazo de idiota! Que tengas un hermoso día. Digo esto acentuando el sarcasmo.
Entro en mi habitación y mi celular empieza a vibrar. Contesto la llamada. -Hola abuela. ¿Como estas? ¿Que sucede? -Hola linda. Te llamo para avisarte que se acerca la fecha de la inauguración de tu nueva empresa. La editorial. Debes asistir a la fiesta de la apertura. -¡Mierda! Tienes razón. Lo he olvidado por completo. -Cuida tu vocabulario linda. Llamaba para asegurarme que no lo habías olvidado. Es en dos días. -Bien. ¿Me dejaras escoger un vestido? -Por supuesto linda, es tu primer empresa que se suma a las Gwagner, Te mereces una fiesta y escoger un vestido, mereces mas que eso. -Tienes razón. Me encargare de la fiesta y el vestido. Dejame hacer unas llamadas para que a encarguen de la fiesta en el hotel. -Esta bien linda. Nos vemos cuando regreses a tu casa. Cuidate.

Recibo un mensaje de un numero desconocido.
"Hace cuatro horas estabas ebria y diciendo disparates sobre mi. Pero luego te tiraste encima de mi."

No Todas Las Chicas Sueñan Ser PrincesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora