Hoy me sentí con ganas de cambiar la rutina un poco, ya llevo un mes aquí y debo aceptar que no ha sido fácil para mí por todo el cambio. Mi rutina de todos los días era levantarme, ducharme, desayunar, ir al trabajo con los padres, ir a la escuela por Kate y ver a ese chico lindo y por último llegar a casa a descansar pero, esta vez decidí no ir por Kate si no por Edward a la escuela ya que nos hemos estado llevando muy bien después del beso. Todos los días lo veo diferente, me encanta su sonrisa y sus ojos y...El...Es hermoso, no hay otra palabra para describirlo.
Edward no sabía que iría por el a la escuela y decidí darle la sorpresa. Cuando me iba encaminado hacia el lo vi con una chica y se estaban besando, no sé que sentí en ese momento no puedo explicarlo. Trate de devolverme rápido para que no me viera pero el volteo y me vio fue corriendo hacia mi...
–Katt, no sabría que vendrías...– Lo interrumpí rápido, –Bueno, ahora lo sabes. Para no interrumpirte mejor voy con Kate, adiós...– Dije cortante.
–¿Oye que te pasa? Nunca te había visto así– me dijo un poco confundido, –Es que tengo que irme...– no pude terminar la palabra ya que los celos me invadían, nunca me dijo que tenía novia o me había comentado de alguien, decidí ir a dar una vuelta al centro de la ciudad para relajarme un poco después de lo ocurrido.
Fui a un Starbucks ya que tenía un antojo de Moka blanco caliente que es mi favorito. Iba entrando pero algo me distrajo y choque contra una chica que llevaba su café en la mano y por el choque me lo tiro encima.
–¡Aaaaay está muy caliente!– dije gritando.
–¡Discúlpame, discúlpame enserio!– me dijo la chica preocupada y tratando de secar con la servilleta mi ropa.
–No...No te preocupes...Así déjalo, discúlpame yo te pago tu café–Dije de buena manera.
Nos alejamos del lugar para no estorbar a la gente que pasaba.
–¿Cual es tu nombre?– le pregunté con amabilidad en lo que secaba mi ropa.
–Me llamo Ana, ¿y tu?– me respondió con amabilidad.
–Katt, mucho gusto– le dije amable.
–¿No eres de por aquí, verdad?– me preguntó divertida.
–¿Como lo supiste?, otro mago, pensé.
–No lo se, lo supuse.–
Solo me quedé pensando y empecé a platicarle sobre toda mi aventura en este mes que había pasado, también le conté sobre Edward. Platicamos normal como si nos conociéramos desde hace mucho tiempo cuando me llegó un mensaje... –¿Donde estás? E.– decidí no contestarlo y seguir la plática con Ana.
Ella tampoco era de aquí, igual era de México igual que yo pero vivía en otro estado. El tiempo se pasó volando y decidí irme.
–Me dio mucho gusto conocerte Ana– le dije sonriendo.
–Igual a mi, pásame tu número de teléfono para poder hablar y volver a hablar– me dijo muy linda.
Le pasó mi número y me despedí de ella, salí de la tienda y fui a dar otra pequeña vuelta para apreciar el anochecer, después de un rato empezó a hacer mucho frío y decidí irme a casa.*Llegando a casa*
Abrí la puerta, me acerque a ver quién estaba y solo estaba Maxwell ahí, no había nadie más en la casa, eso me dio un poco de miedo y decidí subir para evitar algún problema o que me tratará como la vez pasada.
Cuando iba subiendo vi como volteo a verme y no despegó su mirada de mí, cuando iba en el último escalón escuché que alguien abrió la puerta pero decidí ignorar todo el irme a recostar.
–¿Puedo pasar?– preguntaron.
–¿Quien eres?– dije cortante.
Abrieron la puerta y por sorpresa, era Edward.
–¿Porque no respondiste mis mensajes?– pregunto serio.
No quise responder y tampoco quería mirarlo.
–¿No me vas a decir?– dijo enojado.
Alcé la mirada para verlo, levanté una ceja –No– le dije directo.
–¿Te enojaste porque no te dije nada sobre ella?– respondió con duda.
–N...Si... Si, si me enoje por eso.– Menti.
Dios mío no puedo creer que seas tan estúpido para no darte cuenta que me puse celosa de esa maldita vieja con la que estás en vez de estar conmigo— pensé por un momento.
–Lo siento por no haberte contado. Me enfureció un poco que tampoco tu me contaras...– Lo interrumpí de inmediato.
–¿Contarte que? No te he ocultado nada– Le dije sería.
–¡Por Favor Katt! Te gusta James ¿No te has dado cuenta?– respondió enojado.
–Ti gisti jimis– respondí sarcástica –Si, aja y dime algo ¿quien es James?
–El chico que siempre está por la escuela de Kate, por eso has ido por ella estos últimos días.–
–Aaah, bueno, gracias por darme el nombre para ir a ligarmelo.– respondí con un tono sarcástico.
Edward no supo que responder, –¿Y porque lo odias tanto? Le pregunté riendo.
El solo me miró y se fue rápido, eso fue extremadamente extraño.
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Viviendo Con Los Weeks
Teen FictionKatt Cornish una chica de 18 años, decide hacer un viaje clandestino y mudarse a Londres con la familia Weeks para olvidarse de su pasado oculto y volver a empezar una vida deseada sin descuidos ni errores. La vida pondrá muchos obstáculos para con...