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Abrí la puerta de mi casa y claro que me lleve una gran sorpresa y ¡Vaya! Sorpresa.
-¿Que rayos? Maxwell, Edward y... ¡Ana! ¿que diablos haces aquí?- Dije muy sorprendida. -Y la zorra de Emma- pensé.
Rodé los ojos. Todos estaban completamente borrachos y perdidos de conocimiento.
-Dios mío, ¿que hago con ustedes?- dije en un suspiro.
-Kathia, ven acá- dijo Maxwell enojado. -Te dije que cuando llegas subirás sin decir nada-
-No voy a subir... Y no me llames Kathia.-
-Eso no me importa, sube.- dijo Maxwell.
-Si Katt, déjanos... terminar.- dijo en un bostezo Ana.
-Dios mío Ana, voy a llamar a un Uber para que te lleve a tu casa.- dije alterada.
Ana solamente agarró su teléfono. Me mandó un mensaje...

-Katt, perdóname si no te dije lo de Max y si... si somos novios. No estoy borracha solamente lo hago porque si. Ya me quiero ir, por favor, llama al Uber de una puta vez. A.

No entendía nada. Mi mejor amiga con el vato que me cae mal, mi super crush con su novia... Besándose, obviamente mis ojos no pudieron ver más.

-Edward, es hora de que Emma se vaya y tú vayas a dormir- lo dije en buena manera.
-Si claro Kathia- respondió.
Me di cuenta que Edward no estaba "tan" borracho y si usaba un poco la razón.
-No, Kathia no...- suspiré. -Okey señorita perfección vaya a su casa- le dije a la novia de Edward.
-Tu no me mandas estúpida.- respondió grosera.
-Por Favor amor, ya vete. Estoy cansado.- contesto Edward enojado.
Emma se levantó y se fue, al parecer venía en coche pero estaba tan borracha que decidí que Ana y ella se fueran en el mismo Uber para evitar algún accidente.
Ana y Emma se fueron y Maxwell se fue a dormir. Lo lleve cargando a su recámara para que no besara el piso. Regresé a la sala de estar por Edward y no estaba.
-Genial- suspiré.
Fui a la cocina a buscarlo y se estaba preparando un cereal.
-¿No estabas cansado?- dije sarcástica. -Al parecer no estás tan borracho-
-Si lo estoy, pero tenía hambre- dijo rodando los ojos.
-Bueno señor, yo iré a limpiar su desastre.
-¿Porque? Nosotros lo hicimos.
-No son los únicos que viven aquí.
-Pero tampoco eres la única. Mañana Max y yo recogeremos. Tú también debes de estar cansada.
-Esta bien. Pues si, un poco.- respondí mientras cogía una silla y me sentaba.
-¿Como te fue hoy... Kathia?- dijo el chico con un tono burlón.
-¿Puedes dejar de llamarme por ese estúpido nombre?, dime Katt como todos aquí.
-Así te llamas, ¿porque no te gusta?
Pensé en todo por un momento y decidí no contestar.
-Pues... Me fue bastante bien- decía en un suspiro mientras ponía mi mano en la mejilla.
-Okey... Me alegro por ti Katt. ¿Estas emocionada?
-¿Emocionada? ¿porque debería estarlo?
-Por el lunes... Katt.
-Aaah claro, obvio, claro que sí.
-Me alegro por eso. Pero sabias que estaremos en diferentes salones ¿verdad?
-¿Porque?
-Katt, tienes que volver a empezar todo de nuevo y estudiar otra carrera si quieres.
-Ay...
-¿Que dijiste?- dijo Edward riéndose.
-Nada, je.
-Esta bien.
-Si- dije lanzando una risa.
-¿Que harás entonces Katt?
-Pues, estudiaré lo que estudiaba en México.
-¿Que estudiabas?
-Estudiaba para cine.
-Ooh, ja, entiendo.- dijo abriendo los ojos muy grandes.
-¿Hay algún problema?
-No, claro que no.
-Bueno, subiré a mi pieza Edward.
-Katt...
-¿Que pasa?
-Estas molesta... Lo se.
-No, ¿porque debería?
-Por Emma.
-No, estoy segura de eso Edward. Descansa- le dije sonriendo.
Fui a mi recámara, me cambie la pijama y fui a lavarme los dientes. Enseguida que me acosté dormí.

Me levanté, unas dos horas después para tomar algo de agua ya que me había dado muchísima sed. Baje y escuché algunos ruidos, pensé que eran los chicos así que no me preocupe, ya iba en el último escalón cuando alguien me carga y me tapa la boca con un trapo. Trate de soltarme lo más que pude, gritaba y gritaba y nadie me escuchaba. Escuché un portazo y enseguida desperté, me di cuenta que todo era un sueño.
Tenía mucho miedo y no quería dormir sola después de esto, pero sería muy incómodo ir a dormir con alguno de los chicos, pero enserio tenía tanto miedo que decidí hacerlo pero llame a Edward para que viniera a la pieza de tanto miedo que tenía.

*Llamada*

¿Edward? Perdón por despertarte, pero ven rápido a mi recámara ¡Rápido!

Voy enseguida Katt.

*Fin de llamada*

Escuché que la puerta se abrió y me tape toda con la cobija.

-¿Que pasa Katt? Son las 2:00a.m.- dijo Edward con su voz ronca y por cierto muy sexy.
-Tuve una pesadilla- Comencé a llorar como nunca.
-No pasa nada, estoy aquí.- decía mientras se acostaba en mi cama.
Llore demasiado, me di cuenta que nunca había llorado de esa forma desde que llegué aquí.
-Tranquilízate Katt, estoy aquí- decía mientras me abrazaba y ponía su barbilla en mi cabeza.
-Perdón, si te molesto- le dije en voz baja.
-No me molestas, duerme ya.- dijo en modo tierno.

Hubo un silencio de diez segundos.

-Te amo Edward- dije muy segura.
Edward abrió sus ojos grandes.
-Y yo a ti Katt, te amo mucho.

Quite mi cabeza de su barbilla, tome su mejilla y lo besé tan despacio. Fue uno de los mejores momentos de mi vida. El beso duro tanto tiempo que volví a llorar por el simple hecho de estar con una persona que no podía tener a mi lado. No hasta ahora.

Nos miramos a los ojos y solamente nos acurrucados y dormimos.

Es sorprendente la manera en la que lo puedo amar, no sentía esa chispa con nadie... Con nadie. Solamente el. El era el indicado.

Viviendo Con Los Weeks Where stories live. Discover now