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Lunes por la mañana. Primer día de clases. No estoy del todo lista para lo que viene en el día, no se si chocare en un chico lindo cómo en las películas aunque, no lo creo, tengo a James y lo amo demasiado.
Me di una ducha y me puse un Outfit lindo, unos Jeans azul marino, un crop top negro que traía de estampado "Dead" al revés, un choker, una chaqueta de cuero negra y Adidas negros con blanco y el cabello suelto.
Baje a almorzar, Edward y Maxwell se quedaron boquiabiertos con mi Outfit, la verdad nunca me había vestido de esta manera para ir a algún lugar con ellos.
–Se les van a meter los insectos, idiotas.– dije de manera burlona.
–Bue...no...s día...s Katt– dijo Edward. 
–Hola, buenos días Edward.
–¿Estas lista para tu primer día?– dijo Edward.
–¿Que no la ves? Obvio, está más que lista– dijo Maxwell
–Jaja, no tan lista. Bueno ya, dejen que desayuné.
Desayuné algo ligero por tan nerviosa que estaba y para no vomitar en el camino.
*Tocan la puerta*
¡Yo voy!– grité para que ninguno de los chicos se levantará.
Abrí la puerta y ahí estaba James con una linda sonrisa.
–¡James!, Pasa por favor.– dije emocionada.
–Te ves... ¡wow!... Estás hermosa.– dijo sorprendido.
–Gracias– le respondí con un beso.
Entramos a la cocina mientras terminaba de desayunar.
–¡Hermano!– dijo Maxwell mientras lo abrazaba. –¿Que te trae por aquí tan temprano?
–Lo mismo iba a preguntar– dije.
–Vine porque voy a llevar a mi novia a la universidad– dijo con una sonrisa de oreja a oreja.
Edward alzó la mirada mientras decía. –¿Porque no nos habías dicho Katt?– dijo con tono enojado.
–Era una sorpresa y mejor nos vamos porque se hace tarde. Adiós– dije mientras salía de la cocina. 
Me puse muy nerviosa por la reacción de Edward y por lo que diría de mí, "Katt es una perra", "Katt esto", "Katt lo otro" no quiero imaginarme lo que pueda decir.
Íbamos escuchando y cantando "Let Me Love You" de DJ Snake y Justin Bieber, esa canción me recordaba mucho a las palabras que me había dicho Edward aquella noche así que decidí cambiar de canción.
–¿Porque le has cambiado?– dijo James.
–Me aburrió la canción, mejor pongamos otra.
Estaba buscando una canción perfecta para el paseo a la escuela, así que puse Take me out- Franz Ferdinand. Yo sé que no tenía nada que ver pero la canción está perfecta para el momento. Íbamos cantando y haciendo movimientos como si estuviéramos tocando la guitarra y la batería, era un momento perfecto. Paramos por un alto, seguía haciendo los movimientos divertidos mientras James me veía.
–Katt...– dijo serio.
–¿Que pasa?– pare por un momento.
–Eres tan perfecta– dijo embobado.
–Tu lo eres James.
–En serio, me encantas, me fascinas, eres perfecta– dijo todo embobado.
Se acercó a mí y nos dimos un beso muy tierno. Tuvimos que parar por el maldito foco verde.
Llegamos a la universidad, era la misma donde había conocido a James, era grande y muy bonita, nunca le había puesto tanta atención. James abrió la puerta del auto mientras veía desde adentro las instalaciones.
–¿Vas a salir lindura?– dijo James coqueto.
Le sonreí y salí del auto, aún no lo podía creer.
–Wow– Me quedé corta de palabras y no supe que decir.
–¿Nunca habías ido a una cómo estás?– dijo James sorprendido.
–No... Nunca– dije.
Estaba más que encantada. Empezamos a avanzar, James me estaba guiando por lo distraída que estaba observando todo.
Todos saludaban a James y hasta muchas chicas y al parecer profesores, me quedé sorprendida.
–¿Porque todos te saludan?– le dije un poco confundida.
–Y Despúes lo verás amor– dijo lindo.
Llegamos a nuestra aula y al parecer llegamos un poco tarde.
–Buenos días profesor, ¿podemos pasar?– dijo James muy educado.
–¡James!, Claro que sí pasen– dijo el profesor muy divertido. –¿Es la chica de la que tanto nos contabas?
–Gracias profesor. Claro que sí, es ella.
–Señorita, pase al frente a presentarse por favor– dijo amable el profesor.
–Hola, yo soy Katt Cornish, tengo 18 años, soy de México y ahora vivo aquí.– dije bastante nerviosa.
–Gracias señorita Cornish, tome asiento por favor.– dijo el profesor muy amable.
En la clase estuvimos hablando sobre la historia del cine y algunos directores de cine famosos, fue bastante interesante saber todo esto.
Pasaron cuatro clases antes del descanso y en todas fue presentarme y la clase, fue entretenido.
Tocaron la alarma para el descanso y James y yo salimos.
–Amor, tengo que irme– dijo apenado. –¿Porque?– pregunté confundida.
–Tengo que ir a entrenamiento.
–¿En que juegas?
–Futbol Americano.
–Esta bien amor.
–Pero te tengo una sorpresa– dijo mientras me tapaba los ojos.
–Okey, dime qué es.
–No abras los ojos aún.
–Esta bien.
–1...2...3... Abrelos.
Abrí los ojos y ahí estaba Ana con los brazos abiertos para abrazarme.
–¡Ana!– grité mientras la abrazaba.
–Las dejo, te amo Katt– dijo mientras me besaba la frente.
–Y yo a ti.
Fuimos al patio del colegio para tomar el descanso ahí.
–¿Cuanto dura el descanso Ana?
–Dos horas o depende si quieres adelantar clase para irte temprano.
–Genial, demasiado tiempo.
–Katt...
–¿Que pasa?
–James...
–Ana, perdón.
–¿Y Edward?
–No lo se... Ayer me dijo muchas cosas y lloró y no sé que paso.
–Pues hablando del Rey de Roma... Ahí va– me dijo con un tono pillo, –¡Edward, ven!– grito.
Edward venía en camino mientras Ana se paraba.
–Suerte Katt– dijo mientras guiñaba el ojo.
Edward saludo a Ana mientras se iba y yo agonizaba del miedo mientras se iba.
–¿Que quieres Katt?– dijo molesto.
–Perdón– dije mientras agachaba la cabeza.
–¿En serio Katt?– dijo alzando una ceja. –Aquí no se puede hablar de eso.
–¿Porque no?
–Acompañame...– dijo mientras me llevaba de la mano.
Llegamos a un lugar muy apartado de la escuela y dónde no había nadie.
–¿Donde estamos?– dije confundida.
–Aquí vengo cuando me quiero alejar de todo...
–Oh, claro.
–Katt, ¿porque hiciste esto?
–Es que...
–¿Sabes lo que es expresar todo lo que sientes y que después te manden a la mierda? Me imagino que no.
–Es que... Edward... Perdón... No sé que hice.
–¡Si sabes Katt...!
–¡No lo se, dímelo!
–¡¡ROMPISTE MI CORAZÓN!!
Me quedé corta de palabras, no sabía que decir. Tiene razón, le rompí el corazón.
–Ahora vete Katt, no quiero verte.
–Pero...
–¡Carajo, vete!
Me fui sin decir nada y con lágrimas en los ojos. Tiene razón, destruí su corazón.

Viviendo Con Los Weeks Where stories live. Discover now