Daddy Issues → Jung Ho Seok; BTS {EDITANDO}

19; arrepentimientos.

—¿Me estás amenazando? —dijo mientras reía al juguetear con el gorro.

—Hoseok.—me levanté de la silla bruscamente.— No me gustas. Ni nunca lo haría alguien como tu, de hecho ni siquiera creo que tengas algo bueno. Eres un inmaduro que cuando algo no sale como quiere haces un berrinche, igual que un niño pequeño, ¿por qué no creces de una vez?

Negó con la cabeza esbozando media sonrisa, como si le pareciera una tontería lo que acababa de oír.

—¿No quieres tu gorro? —extendió el brazo.

—Te lo puedes quedar.

...

Me sentía frustrada. Incluso tenía ganas de llorar.
Sí, me arrepentía de haber tratado tan mal a Hoseok pero a la vez ¡él también me lastimo antes!
Y no debería preocuparme pero ¿por qué me siento tan mal?

A veces hago cosas de las que luego me arrepiento, pero quedarme aquí lamentándome no iba a solucionar nada.

Al llegar a casa vi una nota en la mesa, la letra era de Jin.

"Cambiaron mi horario
No podremos comer juntos hoy :(
Dejé todo listo en la nevera, solo caliéntalo"

Después de comer me tumbé en el sillón, pensando en que debería hacer en la tarde de hoy.
Al final decidí salir a montar en la bicicleta de Taehyung, la cual casi nunca la usaba.

...

—¿Diga?
—...
—¿Hoseok? No es gracioso
—...

Miré otra vez la pantalla de mi móvil: desconocido.

—¿Quién eres?

—Hola —era una voz femenina y familiar, malditamente familiar.

Frené en seco y colgó. Comencé a sentir presión en el pecho como si no pudiera respirar bien.

Ah, pensar en eso duele. Y a Seokjin no le va a gustar.

...

—¡Estoy en casa!

No presté atención a Jin cuando entró al salón. Aún seguía pensando en la llamada de hace unas horas.

—No hace falta que me recibáis de manera tan efusiva, por favor.—dijo irónico.

Dudaba en si contárselo o no.

—¿Hola?¿Estás sorda? Al menos dime algo. Sabes, he traído helado para el postre y...

—Me ha llamado.

—¿Quién?

Le miré confundida y lo entendió. Un suspiro, frunció el ceño y se mordió el labio. No sabía qué decir para no herirme, lo sé.

—No quiero que la veas.—dijo rápidamente.

—Pero Jin...

—No. Tú no lo entiendes, Jinae. Eras aún pequeña, pero yo recuerdo todo bastante bien.

—Al fin y al cabo sigue siendo nuestra madre, Jin.

—No era nuestra madre cuando tuvimos que salir huyendo a casa de Nana en mitad de la noche. No fue nuestra madre cuando se pasaba los días bebiendo e insultándonos. No fue nuestra madre cuando  —mis lagrimas le hicieron parar de hablar—. Ella solo sabe hacer daño .—dejó su chaqueta en el sofá.— Y no voy a permitir que vuelva a entrar en nuestras vidas para complicarlas ni para herirnos.