24; riesgo.

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Noté como el frío aire comenzaba a penetrar en mi piel. Abrí lentamente los ojos y allí vi a Hoseok levantando poco a poco mi camiseta, sólo hasta un poco más la altura de mi ombligo.

—¿¡Se puede saber qué haces!? —grité.— ¿Eres un pervertido o algo así?

—Tienes...muchas...heridas.—dijo con su voz entrecortada.

—No hay nada que ver. —le interrumpí de manera fría y me levanté de la cama en dirección a la salida.

Me tambaleé ya que aún no había recuperado del todo las fuerzas debido a todo lo ocurrido días anteriores.

—Jinae. —bloqueó mi camino con su brazo.

No quise mirarle a la cara. Mis ojos estaban rojos. Sentía vergüenza y lástima de mí misma.

—Déjame, por favor —parecía casi una súplica. Sólo quería descansar.

—Tenemos que denunciar esto, Jinae. Lo siento pero tenemos que ir a la policía.

—¡No! —me acerqué a él— Hoseok no me hagas pasar por eso, por favor.

—Casi te mata, ¿no te das cuenta de como te ha dejado? Mírate en el espejo. —me llevó ante el espejo que había al lado de la cama—. No pareces tú.

No queria mirar. Porque mirarme era recordar todo lo que había pasado, cada centímetro de mi cuerpo estaba marcado por mi madre. Y también mirarme era tener flashbacks de aquel hombre. Sólo quería dormir un buen rato largo y tendido, con la esperanza de que al despertar todo esto se haya borrado de mi cabeza.

—Hoseok, olvídate de esto, por favor.

—No me pidas cosas imposibles.

Cerré los ojos y comencé a llorar.

—No te voy a dejar sola y no tienes por qué volver a esa casa. No voy a dejar que nadie te lastime más.

¿Por qué alguien como tú querría ayudar a alguien como yo? Al final solo acabaré haciéndote daño, yo lo sé. Así como hice daño a mis hermanos. Así como me hice daño a mi misma con mis decisiones tan nefastas. Me odio.

—Hoseok, tú no sabes nada de mí como para decir esas cosas.— limpie rápidamente la lágrima que cayó por mi mejilla.— créeme, no sabes nada.

Me giré para sentarme en la cama. Tenía un nudo en la garganta y sentía que en cualquier momento iba a explotar. Aunque solo me sentía en paz si tenía a Hoseok a mi lado. No lo digo de manera metafórica, lo digo de manera literal, solo me pude dormir cuando vinimos juntos a la habitación. Pero no podía condenarle a cargar conmigo...

—Estoy enamorado de ti.

No Hoseok, tú no te puedes enamorar de mí.

—No digas estupideces. Además, yo no te puedo querer de esa manera.

—Eso lo sé. Seré lo que tú quieras que sea puedo ser un amigo, un hermano o el tipo con el que desquitas tus enfados.—se puso de cuclillas, quedando así a mi altura.—también puedes pegarme si eso te hace sentir mejor. —sonrió y sus ojos se hicieron pequeños.

Mi corazón me dolía, me dolía mucho porque vi en sus ojos que estaba siendo totalmente sincero. Esta vez no estaba bromeando.

—No te enamores de mí. Sólo vas a salir herido si lo haces y me odiaras por eso.

—Voy a correr ese riesgo.

...

Hoseok preparó un desayuno pero apenas lo toqué. No me apetecía comer.

Daddy Issues → Jung Ho Seok; BTS {EDITANDO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora