Capitulo 23

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Ah llegado un tren a la estación de Lakewood, un coche de los Andrew espera a la Tia Elroy y a los Leagan.

En la mansión todo esta listo, gracias al orden y al buen labor que tuvieron la servidumbre.

Toda la servidumbre espera afuera, mientras que esta la puesta de sol entrando por los ventanales de la mansión y se refleja un color naranja por todo el jardín.

Albert, Candy, Annie y Archie también esperan afuera están un pocos nerviosos, ya que tiene mas de un año que no ven a la tía Elroy.

Un coche se acerca cada vez mas, entra por el portar de las rosas, y se para enfrente de la enorme puerta.

Un par de odiosos hermanos bajan primero, seguido de ellos baja la tía Elroy, quien se detiene a ver cada detalle de la mansión. Ésta se acerca a Albert, Candy, Archie y Annie.

-Oh dios mio, William me tienes que explicar todo esto. Dijo la tía Erloy
-Si. Dijo Albert
-De seguro fue por culpa de Candy, no debemos tener tan cerca a unas chicas del hogar de pony. Dijo Eliza con la cara de maliciosa que tiene.
-Calla Eliza. Dijo Archie. - Estas dos chicas tienen mas educación que tu.
-Porfavor Archie, estas dos no tienen clase. Dijo Neill.

Las lágrimas de Annie rodaban por sus mejillas, por tan semejante llegada de los Leagan, de alguna u otra forma siempre encontrarían la forma de molestar y hacer sentir mal a las personas.

-Basta, no es necesario pelear por semejante cosa, sí, Annie y yo somos hijas del hogar de pony, pero tendremos algo que ustedes dos no tienen ni tendran y eso es corazón. Dijo Candy, ya estaba arta de cada insulto de parte de ellos.
-Eso es Candy. Dijo Archie animándola.

Esas palabras dejaron callados a los Leagan.

-Niños vallan a instalarse, yo hablare con William. Dijo la tía Erloy dirigiéndose a Eliza y Neill.
-Si. Asintieron los dos, quienes salieron rápido a sus habitaciones.
-Tia Erloy, Albert, creemos que tienen de que hablar nosotros nos vamos. Dijo Candy.

Archie y Annie se despidieron y así los tres se dirigieron a la sala. Albert y la tia Erloy se dirigieron a su despacho.

-Valla, esa muchachita ya se comporta mejor que antes. Dijo la tía Erloy a Albert.
-Si, se esta volviendo todo una dama.
-Ya veo.

Eliza y Neill tenían habitaciones vecinas, tan cercas como para empezar con sus maldades.

-Neill, ¿Puedo pasar?. Dijo Eliza tocando su puerta.
-Si, pasa Eliza. Contesto este.
-Sería conveniente que vallamos pensando que podemos hacer con esa huérfana.
-Jajaja, creo que le hemos hecho mucho y ya no queda casi nada que hacerle.
-Cierto hermanito, pero algo se nos va a ocurrir, voy a dar un paseo por la casa, ¿Vienes?.
-Si.

Eliza y Neill, empezaron a caminar por los largos pasillos de la mansión, era demasiado grande que hasta se podía perder en ella. Pasaban junto al despacho de Albert, y no se resistieron a escuchar su conversación.

-¿Que?, Candy como tu enfermera, esa chiquilla no creo que pueda cuidarte. Dijo alterada la tía Erloy.
-Por lo que yo se, Candy cuido de usted tía Abuela, en Chicago cuando no le hacia bien verla, ella supo como cuidarla y todo gracias a que es una buena enfermera.
-No creo que pueda ella con todo esto.
-Si, podrá.
-¿Que te hace pensar eso?
-La conozco, y ella cuida mas de las personas que si misma, y se que jamas me dejaría.
-Esta bien William, no me puedo oponer a tu decisión.

Se escuchaban unos pasos hacia la puerta, el picaporte empezó a moverse, Eliza y Neill se hicieron de los desinteresados para no levantar sospechas.

-¿Que hacen aquí?. Dijo la tía Erloy
-Paseábamos por la mansión tía Abuela. Dijo Eliza.
-Iré a descansar a mi habitación, los veo mañana, y ya deberían también descansar ya es tarde.
-Si. Asintieron los dos.

Eliza y Neill miraban como se retiraba la tía Erloy por aquel pasillo, después los dos lanzaron sus risitas malvadas.

-Así que Candy sera la enfermera del tío William. Dijo Eliza
-En que estas pensando Eliza.
-Pues ya lo veras hermanito, ya lo veras. Dijo Eliza caminando hacia su habitación.

En la sala los tres chicos, tuvieron una platica muy conmovedora que se les paso la hora por tanto platicar, una bucama tocó la puerta y los chicos le dieron pase.

-Señoritos, el señor William dice que ya es tarde.
-Oh es cierto ya es muy noche. Dijo Archie pasándose la manos por el cabello y terminando sobandose el cuello.
-Gracias. Dijo Annie.
-Yo tengo mucho sueño. Dijo Candy estirándose y bosteciando al mismo tiempo.
-Las acompaño a sus cuartos. Dijo Archie levantándose del sillón.
-Yo estoy bien Archie, gracias, lleva a Annie a su habitación. Dijo Candy tomando camino.
-Vamos Annie. Dijo Archie dándole el brazo.
-Vamos. Contestó Annie.

La pequeña pecosa caminaba y miro que el despacho de Albert mostraba un pequeño reflejo de luz por debajo de la puerta, por lo cual decidió llamar a Albert

-Albert estas ahí.
-Candy, pasa por favor.

La joven entro al despacho y miró a Albert con una gran sonrisa en el rostro.

-¿Porque esa sonrisa?
-La tía Erloy acepto que tu fueras mi enfermera.
-Eso es magnifico. Dijo Candy, dando pequeños saltos de alegría.
-Candy, te pido un favor.
-Si.
-Llevame a mi habitación.

Candy llevo a Albert a su habitación, y le busco el pijama, ayudo a acomodarse en su cama y lo dejo descansar.
La joven camino hacia la puerta y se paro cuando ya casi cerraba la puerta.

-Que descanses Albert. Dijo en susurro.

Ya era tarde, ya todos se encontraban en sus habitaciones, no  se escuchaba  ningún ruido, era un completo silencio, llego a su habitación y quedo completamente dormida.

Mañana seria un nuevo día, su primer día como enfermera de Albert, no podía estar mas que feliz.

~El Fin~ Candy Candy/COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora