Capitulo 37

811 39 5
                                    

Terriblemente hoy tenemos que irnos, antes de irme necesito despedirme de mi Pecosa, me parte el alma dejarla de nuevo pero no iré detrás de ella hasta que pueda ofrecerle un futuro. Cuando yo tenga un futuro para ella la buscare debajo de piedras y montañas para encontrarla aunque no será difícil se perfectamente donde la encontraré.

—Terry, ¿Ya tienes tus maletas listas?—pregunta Jackson.

—Aun no. Tengo unos asuntos que resolver antes de partir está noche.

—Mas vale que apresures esos asuntos.

—Si.

Terry salió del hotel y no dudo en ir a la mansión de los Andrew. Tenía que ver a su Pecosa, una última vez.

En la mansión se contemplaba el silencio. Todos estaban distraídos haciendo actividades diferentes. Ya sería tiempo de partir y tenían que disfrutar sus últimos días en Chicago. Candy se encontraba en la fuente del jardín observando su reflejo. Terry no tardo en localizarla, puesto que su melena rubia es notorio.

La pobre rubia salta del susto al ver a un hombre Castaño en su reflejo.

—Hola.—dijo Terry con naturalidad, no  se había percatado que Candy moría de susto.

—¡Terry! Deberías de dejar de hacer eso.—dice Candy toda sonrojada.

—Lo siento. Pero es como mi entrada triunfal.—dice guiñándole​.

—Para suerte que bueno que no tenía nada en las manos. Si no, de estas no te salvas Terruce Grandchester.— dice divertida.

—Que suerte tengo.

—¿Que te ha hecho venir el día de hoy?— pregunta.

—Solo e venido por una razón.— dice antes de ser interrumpido por una voz dulce, cálida y con una madurez enorme.

—Terry.— dice Albert acercándose a él y estrechando su mano— ¡Que sorpresa verte aquí!

—Hola Albert, me da mucho gusto verte de nuevo. Como olvidar a aquella persona que me ayudó demasiado en mi tiempo en Londres. E mejorado más en mis golpes.— dice alzando las cejas.

—Oh Encerio. Recuerdo siempre haber sido más fuerte.— dice Albert en tono de broma.

—Tienes más habilidad que yo.

—Lo se, pero no me gusta presumir.—ambos se empezaron a reír hacia el comentario de Albert.

—Hombres.—bufa Candy con pereza.

Ahora ya se dan cuenta de la presencia de Candy. Tantos recuerdos de la vida de los chicos en Londres han cubierto la mente de Terry como para acordarse a que había llegado.

Ambos chicos siguieron platicando, tenían mucho que compartir entre ellos. Hablaban de cosas que Candy no entendía, talves porque era un lenguaje solo para chicos.

Ya era un poco tarde. Terry tenía que regresar al hotel, en unas cuantas horas partirán de Chicago para regresar de nuevo a New York. Albert ya se había retirado asi que Terry se quedó solo con Candy. De repente se acordó del porque de su visita.

—Candy— dijo mirándola a los ojos, esos ojos que le daban una gran tranquilidad y serenidad.— Hoy regreso para New York.

Candy no dice nada. Solo baja la cabeza como si no quisiera ver el rostro de Terry diciendo esas palabras, sería muy doloroso para ella despedirse de él. Lo ama y no quiere perderlo de nuevo. Han pasado demasiadas cosas juntos y a llegado el momento en donde ya no se quiere separar de él.

—No te quedes callada.

—No es eso, no tengo las palabras perfectas para una despedida. Yo también regreso a Lakewood.

Como puede ser tan difícil. Piensa Terry.

—Con un vacío en mi interior me tendré que ir, estos últimos días me la pasé de maravilla con mi chica favorita. No me quisiera ir, me gustaría verte todos los dias, nunca me aburriría de decirte lo hermosa que eres y lo especial que me haces sentir cuando estoy a tu lado. Si ya hubiera acabado la carrera de actuación no dudaría ni un segundo más, me arrodillara, tomara tu mano y te pidiera que fueras mi esposa. 

—Si pasará eso. La respuesta hubiera sido si.— los ojos de la rubia se empezaron a llenar de lágrimas. Solo si él acabara los estudios en unos segundos, solo en unos segundos  ella podría ser feliz con él por el resto de su vida. Pero se miraba muy difícil la situación, él quería un futuro para los dos, sentirse y vivir feliz alado de la persona que ama para eso tendría que esforzarse en su trabajo.

Terry noto la tristeza en el rostro de Candy. La jalo un poco para separar distancia entre ellos y la rodeo son sus brazos.
Candy apretaba su espalda con fuerza. No quería soltarlo pero sabía que si no lo hacía sería más difícil despedirse.

De un empujón Candy separó a Terry. Se limpio las lágrimas y lo miro a los ojos. Él también estuvo llorando.

— Lo siento. Pero no puedo, es muy difícil para mí. — dijo Candy antes de salir corriendo hacia la mansión. Dejando solo a Terry.

—¡Espera Candy!— grito Terry, eso fue en vano porque la rubia no iba a parar por nada. — también lo lamento.— dijo para si mismo.

Contaré los días para volverte a ver mi Pecosa.

Todos los pensamientos de Terry al regresar al hotel fueron invadidos por todos los momentos que pasó junto a su amada.

Era tan difícil dejarla pero era lo necesario. Si quería estar con ella debía ofrecerle algo y en estos instantes él no le puede ofrecer nada.

—Vámonos.— dijo Jackson sacándolo de sus pensamientos y teniendo en cuenta que no sabía cómo había llegado.

—¿Ya es hora?— pregunto Terry.

—Si. Porfin regresaremos a New York a nuestro lugar.

—Bueno el tuyo, mi lugar siempre estar a lado de Candy.— dijo con tanta tristeza.

—Vamos amigo. No te pongas así, solo recuerda que si te vas es por ella porque te importa demasiado y porque después de todo irás por ella.

—Gracias Jackson pero cuento las horas para estar a su lado.

-------------------------

Se que tarde demasiado en actualizar. Hasta yo sentí que fue mucho tiempo sin escribir.

Pero por fin hoy actualize , tenía muchos trabajos en la escuela, más semana de exámenes y servicio social. Si que es agotador.

Disfruten el capítulo.

Nos leemos pronto.

~El Fin~ Candy Candy/COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora