Capitulo 35

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-¿Tan pronto?- pregunto Candy

-No veo el porque no quieres regresar.- dijo Archie

Nadie sabía que se habia encontrado a Terry en Chicago, no sería la primera vez,  pero ella quería volver a verlo de alguna u otra forma le había gustado su compañía.

-No veo el echo por cual quedarte Candy.- dijo Annie.

Si la hay, se llama Terry, es una loca idea pensar que por el no me quiero ir ahora. Antes prefería tenerlo lejos pero esto se hace tan complicado cada vez que aparece.

-Me gustaría conocer más Chicago.- dijo Candy. Sabía que era un vil mentira pero una pequeña mentira no le hace mal a nadie.

-¿Conocer más Chicago?.- dijo Archie frunciendo el ceño.

-Si, no lo conozco tanto.- dijo Candy, que sencilla repuesta pero dejaría un poco más calmados a los demás.

Annie y Archie compartían miradas, mientras la rubia trataba de que sus palabras sonaran más reales.

-Tiene razón Candy, ella no conoce lo suficiente Chicago.- dijo Albert arqueando las cejas.- Podemos ir a hablar de eso a solas.

- A está plática no somos invitados Archie.- dijo Annie jalando de él.

Archie y Annie dejaron a solas a Candy y Albert, Albert tenia una idea del porque las respuestas de Candy.

-No es por conocer Chicago, ¿Verdad?.- pregunto Albert.

-¿Como es que me conoces tanto?

-Te conozco desde pequeña Candy, que no se te olvide. Te e visto sufrir así como te he visto feliz.

-Y eso ¿Que tiene que ver?.

-Es más que obvio que te pasó algo aquí en Chicago, y sobre todo esa noche de Teatro.

Oh dios, espero que Albert no note mis mejillas, han de estar coloradas.

-Ese silencio, debe decir mucho.

Me e quedado callada, ya sabe todo.

-No puedo mentirte, ni engañarte, solo diré que si. Ha pasado algo.

Realmente voy a tener esta plática con él. A pesar que a veces me sentía atraída por él, con la forma que me trataba, o me trata. Albert es super tierno y lo quiero demasiado pero el no confunde nuestra relación él sabe que amo a Terry, debe ser fácil hablar con él.

- Albert.- Candy lo miro a los ojos.- Tu sabes que yo amo a Terry.- se sonrojó cuando lo dijo.

-Lo se. Eres tan obvia Candy, el solo pensar en el te pierdes y no me quiero imaginar cuando estés con él.

-Esta noche en el teatro, nos encontramos, él me ayudó a buscarlos pero no los encontramos y ya fue que el me trajo a la mansión. Caminamos como dos lunáticos por las calles en plena madrugada.

-Me lo imagine.- sonrió un poco

-¿Porque?

-A parte de nosotros, ¿Con cual otra persona te hubieras quedado?. Y estar sola no es lo tuyo.

-Oh.

-Se que lo amas. Y si te quieres quedar un poco más en Chicago, yo no me opondre.

-Gracias Albert. Sin duda eres el mejor.- Candy lo abrazo y Albert respondió su abrazo.

-Nosotros estaremos aquí dos días más. Ve y busca a Terry antes que él se valla. Porque el no está aquí para quedarse.

Albert sin duda era la mejor persona del mundo, te entendía a la perfección y eso amo de él. El echo que él estuviera en mi vida a sido más que una bendición para mi.

Candy no lo pensó dos veces y salió de la mansión a buscar a Terry, sabía en qué hotel se hospedaba y así no tener problemas en buscarlo.

En la mansión se quedó Albert y los chicos decidieron dar un pequeño paseo por el campo de la mansión que era enorme.

Candy, jamás cambiara, amo a esa pequeña rubia, si ella es feliz con Terry yo seré feliz también.

Eso pensaba Albert mientras miraba por la ventana como se alejaba Candy corriendo.

Candy iba corriendo por toda la entrada del jardín. Salió de la mansión y fue en busca de Terry. Después de un par de horas encontró el hotel donde se hospedaba. Entro a la recepción y rápidamente vino a su memoria la vez que Susana no le dió su recado a Terry. Pero ahora ella ya estaba consiente que él ya no esta mas con ella. Y eso le daba un gran alivio.

-Buenas tardes señorita. ¿En que puedo ayudarla?- dijo un señor con bigotes blancos tenia un gran parecido al jardinero que antes estaba en la casa de los Leagan, pero sin anteojos.

-Yo buscaba a un joven, Terry.- dijo Candy entrando en razón que talves en el hotel se había registrado como Terruce.- Perdón el joven Terruce.

-Asi. Terruce Grandchester. Claro acaba de salir pero me dijo que no tardaría.

-¿Seguro?

-Si señorita. El joven desde que llegó causo no a salido, ayer salio pero regreso rápido no creo que tarde. Puede esperarlo si gusta.

-Claro. Y gracias.

Pasaron varios Minutos y a Candy se le hacían eternos. Desde cuando esperar la impacientaba tanto. Talves de verdad estaba enamorada.

Ya estaba tan desesperada que salio del hotel para regresar a la mansión. El recepcionista la quedo mirando para sus ojos era una chica extraña.

Justo saliendo del hotel choco con una persona.

-Se nos está haciendo costumbre encontrarnos repentinamente.- dijo una voz familiar.

-Se dice disculpa.- contesto enojada Candy

-Disculpas aceptadas Tarzan pecosa.- Terry la ayudo a levantarse y quedaron mirándose uno al otro.- ¿Que haces aquí? Acaso has venido a buscarme.

-Claro que no.

-Sigues siendo una rebelde ¿Verdad?.

-No.

-Has venido a buscarme y me da gusto porque justamente iba a ir a la mansión de los Andrew a buscarte.

Candy se quedó sonrojada.

-Pero ya que has venido no es necesario que valla por ti.- dijo riéndose.- ¿Quieres ir a un picnic conmigo? Bueno espero que sea un si.

-Si.- asintió Candy.

- Que bueno porque justamente eso fui a comprar. Nos vamos.

Terry tomó de la mano a Candy y le hizo parada a un coche. A quien le pidió que los llevará a un lugar  lejos de la ciudad.

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Perdón por el retraso.

~El Fin~ Candy Candy/COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora