"... recordá, que para que algo cambie, primero tenés que cambiar vos, abrirte a las posibilidades, a las personas... no tiene nada de malo que los demás vean tu corazón, ¡de hecho te sorprenderías! en realidad los prejuicios son más de uno que los otros, por eso... anímate que algo siempre va a pasar, después de todo...además de tiempo que otra cosa vas perder ¿no?..."
Trabajar en una librería da por hecho que es un trabajo tranquilo, las personas no tienen demasiadas preferencias ni apuro, por lo general alguien que va a comprar un libro no tiene ningún apuro, observa y se pasea por los distintos estantes de libros hasta encontrar el que está buscando.
Books-Coffee es una librería ubicada a la vuelta de la avenida si a uno metros de una conocida librería que opaca un tanto la clientela... y como venía diciendo trabajar acá implica estar en un lugar tranquilo.
Tiene una vidriera un tanto llamativa, se pueden ver las nuevas ediciones de libros, nuevos álbum de artistas además de vinilos que fueron recientemente re lanzados a la venta, además de posters de estos mismos, todos colocados de manera de formar una armonía entre los colores ya al mismo tiempo que llamen la atención de los transeúntes.
A un costado se encuentra una antigua puerta de madera que da la entrada a la librería, cuando pasas se escucha un tranquilizante sonido de campanitas provenientes del llamador de ángeles colocado arriba de la puerta de manera de informar cuando entra algún cliente.
Ya dentro la librería se puede divisar en el mostrador a Carmen, es una mujer un tanto robusta con lentes de alrededor de 50 años, tiene el defecto o por así decirlo... la costumbre de pronunciar mucho, pero mucho la z en cada palabra en la que iría la s, además es la mujer del dueño, esto debería ejercer algún tipo de presión, ya que sería como una especie de supervisora, pero en realidad no era así.
Y como todas las mañanas se encontraba comiendo esas galletitas sin sal y tomando un café con Dai, ella es la persona encargada de la parte de cafetería y esas cosas, Dai es una chica de 20 años, es bastante atractiva, tiene el pelo oscuro y ondulado lo que hace que resalte mas su piel blanca... es la típica persona que le suena el celular cada 2 segundos, y habla melosamente sobre la relación con su novio, la familia, sus amistades y todo eso.
- Buen día- saludo a Carmen y a Dai
- Buen día Gabi, ¿y ezas florez?-preguntó Carmen con curiosidad
-Emmn... las compre recién-contesté en forma distante.
-zi ya me di cuenta tonto, ¿pero las comprazte para acá? O zerá un regalo para alguien...mmnn ez raro en voz ezas cozas-Responde Carmen llevándose una mano al mentón.
En ese momento noto como una mirada cómplice aparece entre Carmen y Dai, esa mirada de amigas que se miran y ya saben lo que quieren decir. En realidad no tengo nada en contra de ellas, pero el "ziceo" de Carmen junto a la forma semi amorosa que siempre habla Dai hace que mis deseos asesinos se despierten, porque seamos sinceros... ¿¡cuánto se puede aguantar frente a alguien que repite la z a cada rato!? ¡O junto a alguien que están positiva que más que una persona parece una maquina de frases armadas 100% optimistas! Juro que no las soporto cuando se ponen así.
Seguí caminando hacia la parte de atrás de la librería para dejar la mochila, mientras escuchaba como hablaba Dai...
-para mí que se quiso levantar a la chica del puesto de la esquina... ¡Sii seguro que es eso! viste que él es callado- decía Dai con un tono simpático.
Cuando me fui acercado hacia el mostrador Dai me mira fijamente, sonríe y se va rápidamente hacia la parte de atrás, la mire pero no entendía que planeaba... a los pocos segundos vuelve con la planta que había comprado, la apoya sobre el mostrador y dice:
-Gabi, la plantita la dejamos acá, para que decore y se vea, ¡nosotras te vamos a ayudar con tu chica de las flores!-
No entiendo cómo llegaron a esa conclusión, pero que hago ahora, ¿les digo la verdad? Que compre eso por no pasar vergüenza... ¿o que digo? Entonces, solo pude decir
-Bueno, gracias...- ¡sí! Solo eso, ¡¡porque no pude decir otra cosa!!
-¡¡Zii Gabi!! Ya hiziste algo, el primer paso, ¡ya zabe que existiz! La próxima vez que pazes ze va a acordar de vos, ¡ahora solo tenes que zeguir hablándole!-
Y entonces las dos se me quedaron mirando, sonrientes y con una expresión llena de esperanza...tengo que reconocer algo, si bien no fue la idea de cómo hubiera querido que sean las cosas, tal vez con esto de comprar las flores de algo sirvió, quizás pueda conocerla o tal vez no... Quizás mañana pase por el mismo lugar y no suceda nada extraño. De todas maneras, se sintió como que algo cambio ese día.
ESTÁS LEYENDO
Flores Al Pasar
No FicciónComo cambian las cosas o como cambiamos nosotros por una persona... Gabriel es un joven de 23 años un poco anti social, con un trabajo aburrido y rutinario... Pero un dia un simple error hace que su vida cambie y tome otros rumbos, nuevos sentimien...