Capitulo 21

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Anduvieron un poco más mientras Tini no paraba de reír, entonces Fran notó que algo no iba muy bien.

-¡Joder! – giró el auto bruscamente en busca de otra calle.

-¿Qué ocurre? - Martina cesó sus carcajadas y sintió miedo nuevamente al ver la preocupada expresión de su irreflexivo tío.

-Tu linda madre al parecer ha dado aviso a la policía de tu huída.

-¿Qué? – frunció su ceño aún sin comprender.

-Martina, nos están persiguiendo no sé cuántas patrullas.

Tini observó boquiabierta a su tío maniobrar con el auto en busca de alternativas cada que se con una patrulla más. Blasfemó y angustiada notó cómo iba en aumento el número de sus persecutores.

-Fran – dijo desesperada – ¡Haz algo!

-Eso hago,Martina. ¡Son muchos!

Tini sintió un hueco en el estómago y se sintió ingenua al creer que realmente había burlado su destino. Cerró sus ojos deseando despertar de esa mala pesadilla pero aún escuchaba las sirenas de las patrullas, no estaba soñando. Se vio forzada a abrir los ojos cuando sintió un abrupto movimiento del auto que lo hizo detenerse tras patinar durante un largo tramo.

-¿Qué pasa? ¿Por qué demonios te has detenido? – estalló en llanto.

-Dispararon a las llantas,Martina. Nos atraparon – Fran dijo con una mueca de pesar, ¿qué? ¿Sus posibilidades se habían agotado ya? – Lo siento – golpeó su mano contra el volante haciéndola recordar la última vez que había hecho eso rompiéndose su muñeca, miro su mano ya sin vendajes y pidió al cielo que así de rápido como había sanado su mano sanara su ya inevitable dolor.

-Martina - abrieron su puerta haciéndola sobresaltarse. Sintió que esa sensación de satisfacción que había surgido al subir a ese auto se derrumbaba nuevamente - ¿Qué demonios hacías? – su madre la jaloneó de su muñeca obligándola a salir del auto.

Tini pudo ver claramente como también sacaban a su tío del auto inmovilizándolo como si se tratase de un vil criminal. Se sintió al no poder auxiliarlo. Forcejeó con su madre para liberarse, pero la presión de ella sobre su mano aumentó. De repente un par de manos la sujetaron por los brazos, se giró a observar y encontró a un par de gigantes incluso más temibles al que la había estado resguardando. Su madre le lanzó una mirada triunfante y la dejo por un momento para ir a reclamarle a su hermano. Martina se esforzó por escuchar la discusión, pero no lo logró únicamente divisó cómo su madre le dio una fuerte bofetada y lo abandonó para regresar con ella.

-¿Algo más? – se atrevió a desafiar a su madre aunque no estaba en condiciones de hacerlo, menos sujeta por dos hombres que fácilmente podían partirla en dos si se lo proponían.

-Sí – su madre la miró con un sonrisa maliciosa – Dile a la prensa que todo fue una pesada broma, un arranque más de esos que acostumbras, quiero que se vea convincente – le dio la espalda dispuesta a marcharse, pero regresó – Lo olvidaba, corrige tu maquillaje y te quiero en la Iglesia en diez minutos, el chofer ya te está esperando.

-¿Y Fran?

-Él se regresa a Mónaco.

-¡No! – su madre se giró nuevamente furiosa hacia ella.

-¿Qué? – estuvo a punto de darle a ella también una bofetada.

-Fran se queda, y él me entregará en el altar – le lanzó una mirada más desafiante a su tono de voz.

Señorita Malcriada |Jortini *TERMINADA*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora