Prólogo

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Cuando las personas crecen comienzan a buscar desesperadamente ''poder'', porque creen que el ''poder'' lleva a la felicidad, pero eso no es nada más que una  mentira,  si eso fuera cierto porque entonces yo me sentiría tan triste.

El agua corría rápidamente por el lavamanos, descendiendo lentamente hasta perderse en un agujero negro y profundo por el que se perdía para nunca más volver, en este momento lo que más quería era ser como una gota de agua y perderme en la oscuridad total, librándome de toda preocupación de toda ira de toda tristeza;  mi respiración se aceleraba con el paso de los segundos y mis manos temblaban con tal descontrol que no era capaz de cerrarlas para poder golpear algo, quería desahogarme pero mi cuerpo no me lo permitía. Un olor a carne quemada se dispersaba desde la sala principal por cada rincón de la casa, cuando llego al baño se mezclo con lo cargado que sentía el ambiente, toda la tristeza, la ira, el miedo se mezclaba con ese nauseabundo olor para dar origen a un tipo de aire esposo, pegajoso que dificultaba la respiración, sentía miles de agujas clavándome la piel mientras como mi vida y mente se desmoronaba, quería un respiro pero no lo podía tener, no lo merecía.

-Mierda-exclamé en voz baja mientras apoyaba ambas manos en el lavamanos en un afán por pensar en alguna solución, alguna manera de solucionar el problema, algo que me permitiera salir, lo que sea...

Lleve ambas manos hacia la cara  y comencé a frotarlas contra mis ojos repetidas veces, tratando de no estallar en llanto pero fue inútil eran demasiadas lagrimas para mis pequeñas manos. Me sentía culpable por ser tan débil, por perder la compostura en este momento pero acaso alguien pudiera haberla mantenido.

<<¿Como paso esto?¿Como llegue a esto?>>

Quité las manos de mi cara y las apoye contra el soporte de cerámica del lavamanos, levanté el rostro-¡Cálmate!-  mire fijamente mi reflejo en el redondo y pequeño espejo que se encontraba colgado en la pared.

Una chica de 17 años se encontraba mirando desde el otro lado , con el cabello rojo bien arreglado, peinado con mucha dedicación y  tiempo para un momento muy especial , el maquillaje corría por mis ojos y había pasado ya mis mejillas, mi cara estaba rosada e hinchada a causa de las lagrimas y mis labios no podían parar de temblar.

Abrí el caño del lavado y dejé correr el agua fría para luego usarla para limpiarme losbrazos suavemente, una vez terminado esto, noté que las extrañas partículas negras que antes cubrieron mi brazo habían desaparecido en su mayoría.

-Tranquilízate, Kat-dije mientras me iraba en el espejo-Todo va a estar bien.

Con esas palabras en mente salí del baño y cerré la puerta.

-Toda va a estar bien-dije entre susurros una vez más

Comencé a caminar rápidamente, cruzando y evitando mirar las habitaciones a mi derecha, por miedo a que algún recuerdo fuerte me golpease pero por más que tratará de ignorarlos,ellos venían hacia mí, uno por uno.

<<- Oye Kat ven un rato

-¿Qué pasa?

-Solo ven, tengo algo que mostrarte...>>

Su cuarto, no muy grande pero no muy chico, siempre desordenado,  algunas zapatillas de un lugar a otro, revistas y hojas desperdigas en su mesa de trabajo o en el piso y su armario el cual siempre estaba abierto, mostrando a cualquier persona que entrará la enorme cantidad de camisas y casacas que Mike tenía.

<<-¡Es enserio! ¡No quiero que le vuelvas a hablar!

-Te he dicho que no te metas en mi vida ¿Por qué cada vez que hago alguna amiga tú siempre tienes que empezar a joderme todo el día sobre ella?

-Eres un idiota... >>

Ya casi llegaba a la salida, me concentre en la puerta pero ese olor a carne me inundo entera, e mis piernas querían desmoronarse pero  se mantuvieron firmes, el único problema es que mi cuello no obedecií y me hizo girar lentamente

<<¡No lo hagas! >>

El ambiente estaba más caliente en la sala principal que en toda la casa, había mas luz y el aroma carne quemada era más fuerte aquí que en otro lado, miré al centro de la habitación, la madera quemada y negra, algunas llamas que seguían vivas quemaban los muebles aledaños

Un cuerpo inerte de un color rojo oscuro estaba tirado sobre el piso de madera en posición fetal, el cuerpo tenía toda la piel quemada, las llamas habíann consummido cada rastro de vitalidad de aquel cuerpo , más que un cuerpo expuesto era un esqueleto negro y calcinado, su mandíbula estaba abierta dando que murió gritando, agonizando por cada segundo de dolor que tuvo que pasar, su mano derecho estaba extendido en dirección al techo como si hubiera tratado de alcanzar algo antes de su muerte pero al perder las fuerzas su cuerpo se hubiera caido y solo su mano halla podido mantenerse hacia arriba. las cuencas de sus ojos estaban vacías y de un color más negro que el del resto del esqueleto, no entendía si era algo normal pero yo podía percibir odio en esas cuencas sin ojos, un odio profundo que traspasaba los límites del inframundo un odio eterno

<<-Te amo, Kat lo haré ahora y lo haré por siempre, no importa cuánto tiempo pasé mis sentimientos hacia ti no cambiaran.

-Lo prometes.

-Lo prometo.>>

Sin darme cuenta una lágrima cayó de mi cara, poco a poco le fueron siguiendo más y más.  Levanté ambas manos y las llevé a mi boca, un gemido leve de dolor salió de mi boca.

-Mike yo... yo...yo

Caminé hacia su inerte e incinerado cadáver, con todas las lágrimas en la cara y las ganas de desmayarme al costado de él o de lo que daba de él.

Todo sucedió muy rápido, en un segundo Mike estaba allí parado, frente a la puerta abriera, mirándome enojado y al otro segundo comenzó a arder poco a poco, su piel comenzó a abrirse en muchos lugares , dando lugar a muchas heridas, las heridas que en su inicio era rojas fueron tornándose más y más oscuras al igual que su piel la cual poco a poco se fue evaporando de su esqueleto hasta que comenzó a ennegrecerse, los gemidos de dolor que Mike emitíaen un principio dejaron de sonar  tan fuertes y comenzaron a callarse conforme pasaban los segundos, para dar lugar a un último grito de vida seco,  Mike también dejó de retorcerse en el suelo, para luego dar ligeros ''espasmos'' y en unos segundos más simplemente dejó de moverse.

<<-Entiéndelo, ya no quiero tener nada más que ver contigo, no quiero volver a verte ni a hablar contigo

Con lágrimas en el rostro y apuntó de llorar mi voz sonaba muy débil y entrecortada por la tristeza

-Mike ¿Qué estás diciendo? Yo te amo

-Pero yo ya no, solo me has causado problemas desde que llegaste, perdí a casi todos mis amigos por tu culpa, mi familia está totalmente molesta y decepcionada conmigo por mi relación contigo y tienen razón siento como si mi vida hubiera dado un giro para mal desde que estoy contigo

-¡Eres un idiota, Mike! ¡Un idiota! ¡Eres un cobarde!>>

El recuerdo no ayudo para que me calme pero tampoco me hizo sentir mal, mire hacia la puerta caminé lo más normal que podía. Con los ojos entrecerrados y húmedos por las lagrima agarré el pomo y lo gire lentamente, la puerta se abrió un poco y yo la empuje hacia adentro.

Miré hacia atrás una última vez, con aquellos ojos llenos de tristeza, viendo fijamente a aquel cadáver carbonizado tendido en el suelo quemado de madera. 

Abrí completamente la puerta y salí de la sala, luego empuje lentamente con ambas manos la puerta hacia dentro para cerrarla.

-Lo siento

Aun me preguntó que hubiera sido de mi vida ese día si me hubiera quedado en esa habitación y hubiera dejado que las llamas me quemarán a mi con el resto del edificio.

Hola a todos, este es el primer libro de Fantasía que hago, espero que les guste y voten, aun tengo problemas con el contenido  quería saber si me podrían dar recomendaciones acerca de como seguir este libro, realmente lo apreciaría.

La Maldición escarlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora