Inseguridad

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Terminé de arreglarme y luego de mirarme unos cuantos minutos en el espejo, salí del  baño bastante presentable, mi largo cabello rojo estaba cepillado y bien arreglado, el maquillaje que se había corrido a causa de las lágrimas había sido borrado de mi cara, mi cara ya no mostraba ninguna pista de haber llorado ni siquiera e haber estado triste, revise los 30 dólares que Madame Goldfarb me entregó, los cuales eran importantes en el plan, me acomodé los jeans azules y la blusa negra que me había puesto para salir de mi casa, respire hondo mientras me dirigía a la puerta, toqué el pomo y mire hacia atrás, Madame Goldfarb me estaba mirando fijamente y a pesar no haber dicho nada su rostro me expresaba lo siguiente ''Buena suerte´´

Gire el pomo de la puerta y jalé la puerta hacia dentro de la manera más sutil y relajada posible, el plan se basaba en que tan relajada me podría comportar. Una vez que esta se abrió miré hacia afuera y… un objeto plateado salió volando rápidamente hacia mi cara conforme pasaban los milisegundos se iba acercando cada vez más y más, el objeto era de un color metálico plateado, conforma de pirámide rectangular  y tenía unos extraños grabados en sus lados laterales, la punta de aquel objeto se encontraba a solo unos centímetros antes de que logrará cerrar los ojos y abrir la boca

<<Se acabó>>

Esperaba mi final con los ojos cerrados sin suficiente tiempo para gritar de miedo, al cabo de unos segundos, me percaté de lo extraño de la situación y abrí los ojos. Observé que la punta del objeto estaba a solo a dos  centímetros de mis ojos y se hallaba suspendida sin moverse, luego de eso mire un poco más arriba y vi el rostro de Jack, el cual mostraba una cierta cara de alivio.

-Uf-suspiró-Quién diría que sigues viva- dijo mientras con un movimiento rápido escondía el cuchillo en un estuche que tenía a la altura de la cintura- ya pensaba yo que a estas alturas aquella vieja loca te hubiera disecado para ver que tienes dentro.

Mi rostro sostenía una expresión de asombro, no tenía la fuerza para responder a aquellas acciones y comentarios  estúpidos que él hacía.

-Discúlpame por casi matarte es solo que no confió en aquella señora, tiene fama de ser un resentida y marginada social, además de tener relaciones muy extrañas con seres muy misteriosos del mundo de los ocultos, es un bicho raro decía mientras se jalaba los cabellos hacia atrás con una mano, como si tratara de mantener su compostura.

Luego de decir aquellas palabras, Jack levantó la mano derecha como si estuviera saludando a alguien que estuviera detrás de mí

-Sin ofender Madame-decía mientras sostenía una sonrisa y agitaba ligeramente su mano

-Sin problemas cariño, me alegra que tengas opiniones iguales uno del otro.

Luego de eso se cerró rápida y bruscamente la puerta dando a entender que a Madame Goldfarb le había molestado el comentario de Jack

<<En verdad debe medirse con las personas>>

-Bueno entonces se acabó-exclamó-Ya me voy, tengo cosas que hacer-Jack comenzó a darse media vuelta lentamente cuando…

-¡Espera!-exclamé

-¿Qué quieres?-dijo en cierto tono desganado

<<Vamos, hazlo tú puedes>>

Me acomode el cabello con una mano y lo mire fijamente a sus ojos azules.

-Te quería agradecer por haberme ayudado tanto, haz hecho algo muy grande por mí, que vale más que el simple hecho de haberte ayudado a escapar y estaba pensando si es que tienes tiempo para tomar un café en una cafetería que esta por aquí cerca, me dijeron que su café es  muy bueno.

La Maldición escarlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora