14. Nunca Jamás

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No volvimos a usar el perfil de Kate, de hecho yo me encargué de eliminarlo. Veíamos a Adam de vez en cuando y él nos saludaba, le regresaba los saludos pero Hana no. Hana lo ignoraba e inventaba una excusa cada vez que se nos acercaba.

Adam nunca supo que yo fui la que comenzó con el perfil falso, Hana nunca me contó que ella estaba comenzando a sentir cosas por Adam y tampoco nunca jamás volvimos a hablar del tema del beso.

Todo estaba tan enredado, Adam sentía cosas por Hana, Hana sentía cosas por Adam y yo también sentía cosas por Adam, era un triángulo amoroso barato, no me agradaba la idea de que a mi y a Hana nos gustara el mismo chico pero tampoco me gustaba ver a Hana sufrir. Su alegría se fue apagando conforme los días y yo era una mala amiga porque nunca la hice hablar sobre lo que le estaba sucediendo.

A Adam se le comenzó a ver triste al ver que Hana lo seguía ignorando en todos lados, cuando podía. Adam seguía yendo todos los días a la cafetería en la que trabajaba y un día Hana estaba conmigo, estaba riendo por primera vez en mucho tiempo por una cliente enojada conmigo, él nos vio y obviamente él no quiso desaprovechar la oportunidad.

—¿Hana? ¡Hana!—el chico se acercó con tropiezos por las mesitas de café hasta que llegó con nosotras—. He estado intentando localizarte pero no me hacías caso, ignorabas mis llamadas, mensajes y hasta me ignorabas en el colegio, ¿qué sucede contigo?

—Adam—ella comenzó a hablar pero él la cortó.

—No. Quiero que me digas que te pasa porque me he estado matando por llamar tu atención y parece como si a ti no te afectara. Estoy molesto por esto que siento por ti y ni siquiera estoy seguro de si es correspondido o no.

—Adam, basta. Solamente, detente. No quiero volver a saber de ti, por eso no respondo a tus llamadas o mensajes—me miró por un momento y se volteó hacia un dolido Adam—. Lo que pasó esa noche no debió de haber pasado y créeme nunca se repetirá. Así que por favor, entiende esto—se puso de pie—. Nunca jamás quiero volver a saber de ti o de tus llamadas, mensajes o actos de atención, porque nunca jamás responderé.

Y se fue, no furiosa, se fue sin ningún sentimiento.

—¿Qué demonios está mal con tu amiga?—dijo Amy, la amiga de Adam, mientras lo tomaba del brazo y se lo llevaba de ahí.

¿Qué he hecho?

Cómo conquistar a tu crush por internetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora