10.- Sin enojos

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Mis manos temblaban, Hana lo notó porque tomó mi mano derecha y me pidió que me calmara.

La miré y comencé a hablar muy rápido.

—Hice lo de la carta y ahora quiero hablarle en persona.

Hana me miró y comenzó a reírse como loca, a veces me molesta, después me jaló y me metió al cuarto del conserje.

—Hazlo, ármate de valor y háblale, va a la cafetería en la que trabajas todos los días, podrías hacerle plática—dijo mirándome fijamente a los ojos.

Mi celular comenzó a sonar y ambas nos sobresaltamos. Leí el nombre y era Adam. Adam me estaba llamando.

—Por dios, contesta—dije nerviosa.

—¿Qué? ¡No!

—Hana, contesta. Lo pondrás en altavoz y yo te diré que decir, solo contesta, por favor—la miré suplicante y lanzó un bufido.

—Me debes una—atendió la llamada y contestó de manera muy eufórica: ¡Hola!

Eh, ¿hola? ¿K-kate?se escuchó desde la otra línea.

Sí, ella habla.

Ho-hola, ¿cómo...? ¿Cómo estás?dijo con la voz temblorosa.

Yo muy bien, en serio ¿y tu?

Bien, bien.

—¿A qué debo el honor de tu llamada, Adam?

Quería invitarte a cenar.

Hana me miró y yo a ella, ambas estábamos asustadas a lo que tomé el celular y terminé la llamada.

Comencé a negar con la cabeza varias veces.

—Yo no saldré con él—dije mirando al suelo.

—¿Sabes, Amanda? Si en verdad te gustara este tal Adam darías todo lo que fuera por hablar con él y verlo en persona pero no veo ninguna gota de esfuerzo de tu parte, si vas a querer que te siga ayudando con esto, tienes que arreglar cualquier problema de confianza que tengas.

Hana se fue enojada del cuarto del conserje he hice una nota mental:

Jamás hagas enojar a tu mejor amiga.

Cómo conquistar a tu crush por internetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora