Adam
Estaba dolido Hana no era así, ella nunca engañaría a alguien de esta manera. Probablemente casi nunca hablamos pero... La conocía lo suficiente como para saber que ella nunca haría algo que hiriera a alguien.
Al ver su mirada antes de alejarse supe que realmente estaba arrepentida y me sentí mal al instante, corrí hacia ella y le toqué el hombro.
—Escucha, ya hice esa reservación para cenar no me gustaría perdérmela por nada del mundo—dije con un tono de voz juguetón.
Ella se dio la vuelta lentamente con una sonrisa que iluminaba su rostro, asintió varias veces con la cabeza y me tomó de la mano, sentí una descarga eléctrica y no pude evitar pensar si ella también lo sintió.
—¿A qué hora dices que es la reservación?—mencionó dirigiéndose a ningún lugar en particular.
—A las 8—se detuvo y soltó mi mano, revisó su reloj de muñeca y una pequeña sonrisa apareció en sus labios.
—Tenemos tiempo, son las 7. Escucha te llevaré a un lugar para matar el tiempo, nunca nadie lo ha visto ni siquiera mi mejor amiga. Solo te llevaré como en disculpa por haberte hecho pasar por todas estas confusiones. ¿Tienes coche?
—Eh, sí. Está por allá—apunté a una esquina.
—Bien, vamos—me tomó de nuevo de la mano y corrimos. Corrimos y no tenía la menor mínima idea de por qué estábamos corriendo o de por qué de un momento a otro tenía esta sensación.
En el trayecto a este lugar, Hana nunca se calló la boca. En un buen sentido, no paraba de hablar y si se tratara de otra persona ya le habría pedido que guardara silencio pero ella decía las cosas de una manera que hacía que el mundo sonara extraordinario; de vez en cuando le lanzaba una mirada divertida porque era un poco torpe y a veces olvidaba lo que decía lo que hacía que se ruborizara.
—¿Es aquí?—dije deteniéndome en una calle que parecía sola, sin nada, sin casas ni nada. Hana miró el sitio con admiración y asintió con la cabeza varias veces, se bajó del coche emocionada pidiéndome que me apurara.
Caminamos, mucho, hasta que llegamos a una casa, la única casa de la calle. Era grande, sería linda si alguien la cuidara, abandonada por supuesto. Hana tomó mi mano por tercera vez en la noche y me guió adentro de la casa.
—Hana, ¿cómo conoces este lugar?—miraba a todos lados con miedo de que se fuera a derrumbar en algún momento.
—Mi abuelo vivía aquí, aun no es tan viejo como para que se derrumbe Adam, no te preocupes. Mis padres aún no la ponen en venta y vengo aquí a pasar el rato—subimos las escaleras y entramos a una habitación—. Nadie nunca entró en esta habitación, mi abuelo no se los permitía, solo me contó a mi sobre esto— se dirigió hacia una puerta que daba como a un balcón, se detuvo, me soltó y me miró—.La vista de aquí es hermosa pero es mejor desde arriba.
—¿Arriba?
Apuntó a unas escaleras que estaban pegadas a la pared y daban al techo, parecía un plan de suicidio. Subimos las escaleras y me encontré con un pequeño espacio, como si fuera construido solo para Hana, un espacio en el techo con mantas y almohadas. Ella se acostó y miró al cielo, la seguí e hice lo mismo.
—Me gusta la tranquilidad de aquí—mencionó.
—Las estrellas se ven preciosas—dije sin aliento, me giré, me apoyé en mi hombro y posé mi cabeza sobre mi mano para mirar a Hana—.Son las 7:40.
Hana se levantó y comenzó a maldecir.
—Disculpa, no quise que perdieras tu reservación—se cubrió el rostro con sus manos, me puse de pie, le quité las manos del rostro despacio y entrelacé mis dedos con los suyos.
—No te preocupes, esto—miré alrededor y al cielo—. Está mucho mejor.
La miré fijamente y me di cuenta del poco espacio que había entre nosotros, solté sus manos y puse mis manos en ambas de sus mejillas.
Lo hice:
La besé.
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Cómo conquistar a tu crush por internet
Kısa HikayeCCCI Esas son las iniciales de la siguiente pregunta: ¿Cómo Conquistar a tu Crush por Internet? En este libro la protagonista te enseñará el cómo conquistarlo, que es lo que debes de decir en momentos de presión y lo más importante: Una manera de N...