Prógolo.

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Hola, no sé la razón de que últimamente esté comenzando muchos nuevos fic's, pero aquí otro, espero sea de su agrado, creo que hasta que termine un próximo fic, éste sería el último que comienzo.


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Permaneció en silencio al lado de la ventana, sabía que el rey no iba a pasar de esa noche, los doctores lo habían dicho y él quisiera creer que todo era mentira, que se habían equivocado, no lo creía justo, Dios debía odiarlo para dejarlo solo, porque el hombre que yacía en la cama era su padre, y si él moría tendría que asumir el poder de una forma mucho más diligente de lo que ya lo había estado haciendo, todos los problemas del reino tenían un peso todavía mayor, porque no tendría con quien hablarlos sin pensar que lo iban a traicionar, no era una persona que confiara mucho en las personas a su alrededor y eso incluía a la corte real a pesar de haber recibido buenos consejos desde que su padre enfermó, pero era con la aprobación de él que cada idea nueva era realizado, lo que les había llevado a tener ventajas sobre el reino Song que atacó a su reino queriendo tomar posición de sus tierras, algo que no estaban dispuesto a permitir, esas tierras les pertenecían por derecho desde sus ancestros, y no iban a mostrarse débiles, protegerían todo aquello.

Escuchó a su padre toser y él cambió de dirección su mirada, acercándose con pasos rápidos a su padre que lucía peor que horas antes cuando estaba consciente, él no quería creer a los doctores, pero sabía que nada bueno vendría, y le dolía, porque el hombre que yacía en la cama no sólo había sido un buen rey, sino que era su única familia que tenía, su madre había muerto el día de su nacimiento y aquel hombre lo crió bien, tal vez no tuvo con él, el mismo tiempo que su madre pudo haberle dedicado, pero sí tuvo el cariño que un padre le daba a un hijo, porque no iba a olvidar las noches que su padre todavía cansado fue capaz de darle tiempo a él, cuando era un niño que no quería saber de leyes, de que no podía estar con personas de la servidumbre, su padre fue capaz de entender su niñez y también corrigió muchas conforme su iba creciendo.

—Padre —dijo cuando lo vio abrir los ojos, acercándose y tomando una de sus manos, la cual estaba un poco fría.

El rey dirigió su mirada a él, como si le estuviera pidiendo disculpas a su hijo, tal vez porque su madre nunca estuvo ellos crearon una cercanía mayor, ya que cuando no había nadie a su alrededor podían ser un padre y un hijo normal, no habían formalidades de la realeza que existían cuando había alguien a su alrededor.

—M-Mi... pe-pe...que...ño, Ta-Taemin...

La mano del hombre pasó entre los cabellos de su hijo con cariño, él al igual que Taemin sabía que no le quedaba mucho tiempo, y a pesar de que su hijo ya había estado haciéndose cargo del reino y las decisiones que en éste debían tomarse, para él todavía era pequeño, tan sólo tenía dieciséis años, una edad que para muchos otros reinos no era la correcta para que alguien asumiera el poder, pero el rey creía a su hijo muy capaz de hacerlo, lo había hecho bien durante ese tiempo y él no confiaba en nadie más, su único familiar más cercano era avaricioso y tal vez por su avaricia lograría librar al reino de la guerra que se mantenía con el reino Song, pero eso no de aseguraba un buen futuro para su reino, ni para su hijo que todavía debía esperar algunos años para ser mayor de edad, pero todavía así, él quería que su hijo fuera quien se hiciera cargo del reino, nadie más, sabía que lo iba a hacer bien.

—Padre...

—Ta-Tae-min... qui-quie-ro, qu-que cu-cuan-do la... la gue-gue...rra te-termine —el rey volvió a toser —se-seas fe-feliz... pro-prome-te-lo hi-hi...jo.

—Padre...

—Pro-Prome...telo.

Taemin asintió y él rey sonrió antes de volver a toser, él sabía que su hijo no era igual a todos, no era lo que se esperaba de un rey, ni de un príncipe, pero quería que su hijo estuviera feliz cuando él ya no estuviera, conocía las tradiciones de los pueblos, y por el simple hecho de que su hijo fuera diferente lo iban a considerar un rey débil, pero él conocía a su hijo mucho más que lo que veían otros, sabía que Taemin no era débil, y también que si continuaba con la descendencia del reino Lee, no iba a ser porque se casó con una hermosa mujer, no si cumplía lo que acaba de pedirle que prometa, porque él a pesar de que estaba ocupado con sus obligaciones había notado lo diferente de su hijo, y también había podido ser testigo de su primer enamoramiento cuando Taemin tan sólo tenía catorce años, algo que fue pasajero porque él no le permitió ir más allá, ahora se consideraba un padre egoísta, pero dos años atrás sólo veía lo mejor para su pueblo y para su hijo, al menos lo que él creía que era.

—Pri-Prin-ci-pe —el rey volvió a hablar — pro-pro-me-te-lo.

—Lo prometo alteza, prometo que cuando la guerra termine seré feliz.

El hombre en la cama volvió a toser, esperaba que su hijo fuera capaz de cumplir su promesa, pero también quería que se enterase de que él sabía la verdad, que los gustos de su hijo no eran, eran diferentes a lo que se esperaba de un rey, con una pequeña sonrisa formándose en sus labios, volvió a hablar.

—Ta-Tae-min.

—Lo escucho su alteza.

—N-No, por cu-cum-plir con... el reino... ne-nece-sitas u-una mujer a... a tu la-do, ¿en-enten-dis-te?

Taemin asintió bajando la mirada, su padre no necesitaba ser más explícito con sus palabras para que el príncipe pudiera entender a lo que se refería su padre, porque él todo el tiempo había pensado en las cosas debían seguir un orden, él al final debería casarse con una mujer fértil que pudiera darle hijos, porque era lo que se esperaba del rey, nunca pensó en decepcionar a su padre, y tal vez era joven para pensar en eso todavía, pero las circunstancias le hacían que lo pensara, incluso pensó que si eso traía paz a su reino podría contraer matrimonio con alguna princesa de un reino cercano, intentar aumentar el poder y así ganar esa guerra que él estaba seguro terminó por consumir a su padre.

—Sí, alteza.

El hombre en la cama le regaló una pequeña sonrisa a su hijo y le hizo prometer una y otra vez lo mismo, que él quería fuera feliz, y que para su felicidad no era indispensable ninguna mujer, ni para el reino, eso fue hasta que volvió a caer inconsciente y horas más tarde la noticia de que el rey había muerto se esparció no sólo por el castillo, sino por todo el reino, porque desde ese momento él dejó de ser el príncipe Taemin para convertirse en el rey, como su padre lo quería y como su reino lo necesitaba.


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¿Qué les ha parecido?

Pasen bien... :)

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