Capítulo 5.

1K 130 4
                                    

Ese día se había despertado un poco más tarde de lo que habría hecho en otros días, y parecía que nadie quiso despertarlo porque en el castillo no hacían nada de interesante, incluso había pensado que con lo pacíficos que eran cuando su ejército invadiera el territorio del reino Lee otra vez, tener la cabeza del rey sería bastante fácil, después de todo el niño no sabía defenderse muy bien como para decir que lucharía hasta el final por su vida, todavía recordaba aquel primer ataque en el que él tuvo que intervenir antes de que matasen al rey, porque todavía no era tiempo, él no había logrado averiguar antes nada con respecto al reino, no sabía si había alguien que subiera al poder si el niño moría y todo podría terminar en caos.

Se acercó hacia el lugar que los nuevos soldados entrenaban y se sorprendió de ver al rey ahí, la ropa que estaba usando era más ligera que la acostumbrada ver al rey, tenía una espada en la mano, y estaba frente a uno de los soldados que él había visto que mejores movimientos tenía con su espada, algo que le parecía interesante, no se veía caer a un rey todos los días después de todo, así que esperó viendo como el rey se posicionaba frente a su oponente, había llegado en el momento más indicado para ver eso, viendo que le primer ataque provino del soldado ya que el rey así lo había dispuesto, completamente seguro de que no estaba usando toda su fuerza el solado, es decir, ¿quién quiere lastimar a su rey? Nadie.

El rey esquivó el primer ataque y lo que Min Ho pudo decir era que tenía ligereza en su cuerpo, se movía grácil y no lo vio dar ningún ataque con su espada, como si todo lo que estuviera aprendiendo era a esquivarla, y él empezaba a creer que si iba a ser así de aburrido lo mejor era que les diesen espadas de madera como se solía hacer con los niños para que se preparasen para las batallas, sin embarga parecía que era parte de lo que estaban haciendo como entrenamiento o eso creyó hasta que vio al rey dejar la espada a un lado sin siquiera haberla utilizado una vez, el rey golpeó al soldado y al final la espada que el soldado utilizaba pasó a estar en manos del rey, sorprendiendo a muchos de los otros soldados, sin embargo ni el general y unos pocos entre esos incluido Min Ho no estaban sorprendidos porque habían entendido los movimientos del rey, porque el soldado con el que tenía esa pequeña lucha estaba usando toda su fuerza que se notaba que era mayor que la de Taemin, sin embargo el rey tenía agilidad al moverse y lo que hizo fue utilizar su propia fuerza para vencerlo, Min Ho sonrió de lado, tal vez podría empezar a darle créditos, porque parecía ser un rey inteligente.

Vio al rey acercarse al soldado y extenderle la mano para que se levantara, y después de eso como entraban otro dos soldados, también pudo ver a Jong In, recordándole que mientras el consejero estuviera cerca el ganarse la confianza del rey era muy difícil, pero no imposible, porque él no iba a fallarle a su pueblo, por supuesto que no.

Observó como el rey se sentaba en el suelo igual que los demás soldados y algunos parecían sorprendidos como él y a otros les parecía normal, Min Ho empezaba a creer que era algo normal, muy diferente a recordar a su rey, en donde las diferencias estaban totalmente marcadas, pero ver al rey ahí le hacía ver como un niño ante sus ojos, por un momento haciéndole olvidar de cuál era su cargo en el reino, lo vio reír y animar a los soldados que ahora luchaban entre sí, parecía un acto demasiado normal y feliz para todos, sin embargo él no quiso quedarse ahí, y se alejó dirigiéndose a la parte más alejada del jardín, perdiéndose en el laberinto que formaban estos, algo que ya estaba aprendido a recorrer sin perderse, porque entre más conociera el castillo sería mejor para cuando su ejército retomara la batalla.

Se detuvo en lo que era el centro del laberinto y lo sabía porque ahí había una fuente con un gran colibrí, y no sabía si aquello tenía un significado o sólo era un adorno, y tampoco le importaba, había muchas cosas que no le importaban del reino, incluso su rey debía no importarle pero por su misión debía hacerlo, debía encontrar la forma de acercarse al rey, de ganarse su confianza, era lo que pasaba por su cabeza al despertar y antes de dormir, debía hacerlo, y no fallarle a su pueblo, su familia iba a terminar en peligro porque podía ser considerado un traidor si llegaban a descubrirlo y no iba a permitir aquello.

PerjurioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora