Perjurio

Capítulo 11.

Taemin sintió cómo las manos de Min Ho se escabullían bajo su ropa, haciéndolo suspirar y olvidarse que estaba enfermo porque desde que aquellos síntomas aparecieron el soldado no lo había tocado como lo hacía en ese momento, y también había notado desde algunas semanas atrás parecía que lo tocaba con mayor cuidado, como si se hubiera vuelvo de cristal, siempre brindándole caricias que le hacían sentir un poco mejor, aunque Ki Bum todavía no había encontrado la verdadera razón de su enfermedad, y parecía que eso lo estaba frustrando, de la misma manera que el soldado le estuviera preguntando cada vez por lo que le hacía beber para que se sintiera mejor, y Taemin confiaba en que el doctor no le iba a dar nada que empeorase su salud, aunque nada de lo que le había dado le había mejorado.

Las manos se movieron suavemente acariciándolo, mientras él sólo permitía que el cuerpo del soldado fuera posicionándose sobre él porque esa parecía una buena mañana en la que no había vomitado y a pesar de que despertó a Min Ho, éste lo estaba besando y brindándole caricias que por su "enfermedad" se habían detenido, sin embargo tuvieron que detenerse cuando escuchó la puerta de su alcoba ser golpeada y la voz del doctor al otro lado, escuchando bufar al soldado por aquella interrupción y tampoco era como que él estuviera feliz, sin embargo esperó que el soldado se apartara de él para poder dar la orden que el doctor entrase.

—Buenos días alteza, ¿cómo se ha sentido?

—Mejor.

Ki Bum parecía estar ignorando al soldado y tampoco era como que éste se sintiera ofendido, sin embargo su cuerpo se tensó cuando vio al doctor sacar un nuevo brebaje y se le extendió al rey, mirándolo con el ceño fruncido porque no sabía qué era eso, lucía diferente a lo que ya antes le había dado, y sabía que el doctor estaba intentando "curar" al rey pero no iba a permitir que bebiera cualquier remedio que colocara en peligro a su hijo.

—¿Qué es eso? —preguntó Min Ho tomando él la bebida, analizándola.

—Ayudará a su alteza con las nauseas —Ki Bum dijo tranquilo— como no he podido encontrar su enfermedad, al menos puedo hacer que disminuyan.

Min Ho primero lo acercó a su nariz como si pudiera diferenciar lo que el doctor estaba dándole y con algo de desconfianza lo acercó a su nariz, porque había veces en las que olvidaba quien era el rey, quien tenía el poder y que Taemin no le colocara un límite hacía parecer que aprobara esa actitud, incluso cuando se rehusaba a irse si el doctor quería hablar un momento a solas con el rey, tenía que ser una orden directa de él para que la acatara, porque Min Ho no había dicho nada todavía de lo que tenía el rey a pesar de ya saberlo, porque seguía pensando en lo que haría, incluso cuando éste dormía siempre estaba buscando nuevas alternativas, porque no iba a entregar al rey como tenía planeado antes de que todo eso sucediera, porque no iba a entrega a la muerte a su propio hijo.

Luego de darle aquella medicina Ki Bum se fue de la habitación, diciéndole que volvería en algunas horas más para darle más de aquel brebaje, hablándole incluso de su alimentación porque al final el rey estaba rehusándose a comer algunas cosas, que a Ki Bum le parecía extraño que el soldado no le estuviera exigiendo comer ahora que se había tomado tantas atribuciones que creía capaz de incluso darle órdenes al rey, claro que en algo más íntimo porque parecía que cuando tenían personas a su alrededor no era así, porque en algún momento el rey parecía haberse convertido en alguien de cristal para el soldado, intocable para los demás.

—Mi señor Taemin —habló después de que el doctor se fuera —¿usted desearía salir a tomar un poco de aire?

Taemin sonrió ante la propuesta, le gustaba la idea de salir porque su alcoba había empezado a aburrirle pero no había desobedecido al doctor porque quería estar curado lo antes posible, lo que no había pasado, porque los mareos y vómitos seguían en aumento, pero saber que ahora el soldado le ofrecía salir bajo su cuidado le gustaba, no iba a quedarse mucho más tiempo ahí sin enloquecer antes de ser sanado, porque incluso los libros que Min Ho le llevaba desde la biblioteca para que no se aburriera ya no tenían tanto efecto, necesitaba aire fresco.