Perjurio

Capítulo 2.

Abrió los ojos un poco desorientado, encontrándose en su habitación y en cuanto se movió tuvo a Ha Ra, una de las sirvientas preguntándole que si estaba bien, y si necesitaba algo, fueron cortos minutos en los que permaneció en silencio recordando lo que había sucedido, en ese sorpresivo ataque y que si no hubiera sido por el soldado del reino Song hubiera muerto, porque las personas que lo atacaron parecían dispuestas a matarlo.

—¿En dónde está? —inquirió dirigiéndose a la mujer.

—Alteza.

—El soldado, ¿en dónde está? ¿Continúa con vida?

La mujer no podía responder a las preguntas que el rey acaba de hacerle, ella había estado cuidado de él luego de que un soldado lo llevara a alcoba y el médico lo hubiera revisado, le había dicho que lo llamara si pasaba algo más con el rey aunque éste no estuviera herido realmente, sólo se había desmayado, y desde que el doctor ser fue no había pasado tampoco gran tiempo.

—No lo sé, alteza —la mujer habló mirando al suelo, imaginaba que era algo que debería saber, al menos si era importante para el rey, pero ella no se había apartado de su lado ni un solo momento desde que lo llevaron a la alcoba.

—Jong In, ¿en dónde está Jong In? —preguntó una vez más.

—El señor Jong In —la mujer se detuvo pensando su respuesta, porque tampoco estaba segura de donde se encontraba el otro hombre —está con el doctor Ki Bum.

El rey podía haber maldecido a la mujer porque no le estaba dando ningún tipo de información, ¿acaso alguien le había dado la orden de que no le dijera lo que sucedía en el castillo? ¿Acaso algo peor que el ataque que recibió estaba sucediendo fuera de esa habitación por eso ninguna pregunta le era contestada?. Taemin permaneció en silencio por un tiempo muy corto mientras intentaba pensar en lo que sucedía, porque dudaba que las cosas estarían peor de lo que fueron antes en el castillo, si fuera de esa manera tendría guardias dentro de su alcoba y no veía ninguno, no dudaba que fuera de ésta habrían guardias.

—Te ordeno que vayas hacia el doctor y le digas que si deja morir al soldado del reino Song, me cobraré con su vida.

La mujer asintió y se alejó de él casi corriendo fuera de su habitación, y el rey sabía que pudo haber sonado como un tirano que se preocupaba por el enemigo, pero no podía dejar morir al soldado si aquello del ataque al castillo había sido real, además de que el hombre le había salvado la vida, el hombre estuviera ayudando al ejército enemigo no se habría interpuesto entre la espada y él, necesitaba un consejo, y ni siquiera era capaz de saber en dónde estaba Jong In, su única persona de total confianza, un hombre junto a quien había crecido y de quien no dudaba que daría su vida por él. Además de ser una persona que apreciaba mucho ya que después de todo, al parecer el primer amor era alguien que siempre se iba a recordar.

***

Min Ho maldecía internamente en el momento en que decidió interponerse entre la espada y el niño jugando a ser rey, pero no iba a permitir que lo asesinen, no todavía, no cuando los planes de su ejército eran otros, porque desde antes sabían que las personas que entrasen al castillo no iban a salir con vida, y él, de él su destino había sido incierto en un principio, pero ahora que su herida estaba siendo curada ya no creía que fuera de esa manera, y era lo que le hacía convencerse de que había hecho lo correcto al salir de esa celda e interponerse entre la espada y el rey, esperaba que eso fuera que ya tenía algo de la confianza de ese niño, no por nada había arriesgado su vida.

Apretó los dientes para no gritar mientras era curado, hubiera sido más fácil si caía inconsciente como el rey lo hizo, pero no, él estaba consciente en todo ese proceso siendo durado dentro de su celda, con guardias a su alrededor, y el mismo hombre que había estado al lado del rey cuando lo vio antes dentro del salón, de hecho, de no ser por el hombre habría muerto, porque parecía que a ningún soldado le importaba si él moría. Su respiración empezó a ser más pesada debido al dolor, y poco a poco fue perdiendo el conocimiento sólo escuchando las voces a su alrededor hasta que dejó de escucharlas, porque había caído se había desmayado.