Capítulo final.

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No estaba seguro de en qué momento las cosas cambiaron con Min Ho, porque ahora sentía como si de verdad le estuviera dando su espacio, sin embargo el contacto entre ellos también se había convertido en algo más frecuente, y no sabía en qué momento dejó de importarle a su esposo que no quisiera que lo tocase porque las caricias estaban ahí, y tal vez no iban demasiado lejos pero le afectaban más de lo que Taemin le gustaba mostrar, porque no quería que Min Ho sintiese que podía tener el control sobre él, aunque ahora que ya no estaba al frente de su reino podía verse así.

Sintió su cuerpo estremecerse debido al aliento que cayó sobre su cuello y las manos que se posaron sobre su vientre dejando suaves caricias, que aunque no lo admitieran lograban tranquilizarlo cuando pensaba en cómo sería el momento de que su hijo naciera porque cuando el tiempo más pasaba, él más nervioso se sentía, porque nunca estuvo preparado para eso, aunque quería a su bebé, era alguien que le hacía sonreír cuando pensaba en tenerlo en sus brazos, cuidarlo y verlo crecer, aunque tenía algo de miedo de que lo de meses atrás volviese a suceder, tal vez no con el reino Song por aquel acuerdo de paz que tenían, pero sí con algún otro reino y que su hijo se viera en peligro, aunque eso no había sucedido a lo largo de su vida, y ahora creía que las cosas podían repetirse, que Min Ho lo iba a volver a mantener lejos o al menos a su hijo y tan sólo la idea de alejarse de su bebé era algo que no le gustaba, pero si era necesario habían cosas a las que él accedería.

—Mi señor debe volver adentro antes de que haga más frío.

La voz de Min Ho fue suave sin moverse a pesar de lo que acababa de decir porque mientras su esposo no lo estuviera rechazando disfrutaría a pesar de que prefería que Taemin entrase a su alcoba y se mantuviera cálido, sin embargo podrían quedarse sólo un poco más porque había notado que ahora que su esposo no tenía ninguna obligación que cumplir prefería estar solo, haciendo cosas que antes no se podía permitir con total libertad por las obligaciones que tenía que cumplir, sin embargo ahora habían cosas que no eran necesarias al menos hasta que su bebé nazca, y de acuerdo a lo que había escuchado al doctor Jong Hyun era algo que se acercaba porque el tiempo parecía correr demasiado rápido, y lo único que él podía decir era que el vientre de su esposo crecía cada vez más y parecía que lo llenaba de vitalidad, al menos ante sus ojos porque si antes el rey le parecía hermoso, ahora con su vientre grande lo era mucho más.

Taemin se quedó mirando hacia los jardines del castillo en silencio con total consciencia de que Min Ho lo tenía abrazado de esa forma y sólo por ese día no iba a rechazarlo, era de esos momentos en los que no quería hacerlo porque sentía que necesitaba del contacto con su esposo, así como muchas veces había querido a que las caricias que Min Ho le daba sin lujuria alguna se convirtieran en algo más, sin embargo su orgullo y los recuerdos de la traición eran algo que no le permitían entregarse por completo a eso, porque no quería pasar por lo mismo otra vez y sentía que si le permitía a su esposo saber que le gustaba que lo tocase iba a volver todo a lo de antes, aunque no estaba muy seguro de si para Min Ho fuera algo bueno volver a traicionarlo cuando ahora él también era un rey y la responsabilidad del pueblo era algo que estaba sobre sus hombros.

—No quiero volver adentro todavía.

Sintió como las manos de Min Ho se apartaban de su cuerpo y poco después como era colocado sobre sus hombros algo cálido, recordándole que el rey no estuvo dentro del castillo en ese día sino que había salido junto a Jong In que seguía haciendo su trabajo bien, sin embargo Taemin ya no lo sentía tan cercano como antes y no porque el consejero le hubiera traicionado, sino porque él decidió colocar una barrera y ahora quien estaba a su lado como antes lo hacía Jong In era Ki Bum, porque el doctor le agradaba, tal vez por la convivencia que tuvieron dentro de la cabaña, no lo sabía y tampoco era algo que le preocupase, no demasiado, así como a otra persona que le permitía estar cerca de él era al soldado Jin Ki con quien también convivió en la cabaña, porque su confianza se había depositado sobre ellos, aunque todavía tenía miedo de que ellos también pudieran hacer traicionarlo, ya que confiar en alguien era como en el pasado, algo de mucho cuidado.

PerjurioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora