Capitulo 23

191 9 6
                                    

ALISSA

Cuando consigo abrir los ojos, me doy cuenta de que me duele todo. Seguramente sea de haberme quedado dormida en el suelo, pero cuando me incorporo y me apoyo en mis codos, sé que estoy en la cama. Intento recordar la noche anterior y solo me acuerdo de las dos únicas cosas que llevan en mi cabeza toda la noche: Austin me besaba y discutía con Dylan. Me incorporo totalmente y pego un pequeño gemido al notar un enorme dolor en la cabeza.

—Hey—dice Amanda saliendo del baño—¿Estás bien?

—Sí, estoy bien—miento.

—Cuéntame que ha pasado.—me dice sentándose enfrente mío en la cama.

—No ha pasado nada, estoy bien.—sinceramente, no me apetece hablar sobre eso ahora mismo; y, aunque sepa que no va a creerme, lo intento.

—De eso nada.—se ríe—No tengo ni idea de cómo volviste a casa, solo sé que ha sido por Dylan ya que él se marchó minutos antes que tú. Cuando vengo, te encuentro dormida en el suelo, con la cara roja delatando que has estado llorando. Vas a tener que contarme que es lo que ha pasado si no quieres que lo averigüe por mí misma, ¿está bien?

Pego un largo suspiro, pero no contesto. Seguramente tenga cara de estar cansada. Estoy cansada por culpa de la fiesta, pero sobretodo, estoy cansada de los problemas.

—Alissa, me preocupo por ti y no quiero verte así. Solo...

—Esta bien—le interrumpo—te lo contaré. Pero primero necesito una ducha.

Después de darme una ducha larga para quitarme el olor a alchohol que llevaba encima y para despejarme un poco, le cuento todo a mi mejor amiga. Y todo es todo. Le cuento cada detalle de la noche anterior. Le cuento como me siento. Le cuento como se siente Dylan y le cuento que no me cree. Que se ha enfadado conmigo por haber visto lo que vió, pero que lo que vió no es lo que parece. Por supuesto ella me cree, y como siempre, intenta animarme como puede.

—No-no sé qué hacer. No quiere escucharme.—le digo enterrando mi cabeza en su cuello.

—¿Sabes? Te diría que intentases hablar con él, pero no vas a hacer eso, no después de que te haya dicho que "has vuelto a caer a los pies de Austin"—resalta la última frase poniendo unas comillas imaginarias con sus manos—Tienes que darle tiempo, el tiempo suficiente para que vea que el que ha cometido un error ha sido él por pensar eso.

—¿Me estás diciendo que le ignore?—le preguntó levantando la cabeza.

—Exacto.

—Pero..., ¿y si intenta hablar conmigo?—le preguntó confusa.

—Entonces habrás ganado porque se habrá dado cuenta de que te necesita.

—Intentaré...

Pero entonces, el sonido de mi teléfono móvil interrumpe mis palabras. Me levanto de la cama y busco entre todas las cosas que tengo en el bolso, y lo saco. Cuando veo quién es él que me está llamando, se me cae el teléfono de las manos haciendo que Amanda se sobresalte.

—¿Qué haces? ¡Cogelo!—me grita Amanda.

—No-no... es Austin.

—Mucho mejor. ¡Cógelo ya, antes de que cuelgue!—vuelve a gritarme.

Estoy tan nerviosa que no sé qué hacer, pero los gritos de Amanda me obliga a coger el móvil del suelo y darle a aceptar. Amanda me hace señales para que ponga el altavoz. Al principio vacilo, pero le hago caso y toda la habitación queda en silencio

—¿Si?—digo. Mis manos tiemblan.

—Alissa, soy Austin. Esto... quería decirte que... siento-siento lo que pasó anoche. Yo... estaba borracho y no sabía lo que hacía. De verdad, no quería hacerlo. Fue una tontería por mi parte. Lo siento, de veras.

—No pasa nada.—le digo, y Amanda vuelve a hacerme gestos para que diga algo más—Gracias por disculparte, Austin.

—Que alivio.—se ríe, y yo me río de vuelta—Ya nos veremos, cuídate.

—Igualmente

Never loved youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora