¿Mi Perdición? Es Amarte

Descubriendo Engaños

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Al día siguiente...

POV. YAMI

Me levanté con un inmenso dolor de cabeza, siento que explotaré en cualquier momento. Esta vez sí que me pasé, bebí tanto que no puedo hacer memoria de nada. 

Hice un leve movimiento con mi antebrazo y logré ver que alguien me acompañaba, además estábamos... ¡¿Desnudos?!

¿¡Pero qué!? ¿Quién es?...

— ¡Anzu!...— Grité, provocando que ella se despertara y para colmo que me viera con una enorme sonrisa.

—Bueno días, mi Yami ¿Cómo amaneciste? — Habló. Maldición... ¿Qué estupidez hice?

—Anzu... Tú y yo... — Traté de cuestionar, aunque por desgracia, ya sabía cuál era la respuesta.

— ¿Tú y yo, qué? ¿Preguntarás si lo hicimos anoche? ¿No te parece más que obvio? — Dijo sin ninguna expresión en su rostro. ¡Demonios!, debo salir antes que Yugi se dé cuenta.

Me vestí rápidamente, para luego dirigirme a la salida, pero antes... Voltee a ver, frunciendo el ceño hacia aquella castaña que tenía una mirada pícara en mí.

— Escúchame bien, Anzu. Olvida lo que pasó entre nosotros...

—Pero, Yami...

— ¡Que lo olvides, dije! — Vociferé haciendo que terminara con su oración, no quería escuchar ni una sola palabra de esa mujer. Sin decir más me retiré de aquel maldito lugar. Anzu quiso detenerme, pero no le hice caso.

Caminé hacia la habitación que compartía con mi esposa, rogando a Ra y los otros Dioses, que esté dormida. Para mi suerte fui escuchado. 

Ahí la vi, en nuestra cama, durmiendo plácidamente o eso pienso yo. Me acerqué a ella con el fin de darle un pequeño beso en los labios, antes de ir a tomar un baño. Pero después de hacerlo, pude notar que sus párpados inferiores estaban hinchados como si hubiera llorado toda la noche... ¡¿Qué pasó ayer, maldita sea?! Lo único que recuerdo es que en la tarde vino ese tal Jonouchi, que según él, a felicitarla por nuestra boda. Es mejor que me vaya, al parecer Yugi no lo ha pasado bien.

Salí de la habitación, sin antes volver a darle otro corto beso...

FIN POV. YAMI

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Y así, nuevamente los días transcurrieron, hasta que llegamos a la actualidad de esta historia, tres semanas posteriores a aquella anécdota horrorosa para la pareja de tricolores. 

Se podría decir que la menor no contaba con la audacia suficiente para contarle a Yami sobre, "Esa ocasión" que preferiría no recordar, pero que lastimosamente la marcará hasta su último aliento de vida.

No solo Yugi estaba confundida, el Oji-Rubí también, a cerca de la "intimidad sexual" con Anzu (O eso le hizo creer, ella)

Esto claro está, a pesar de que el mayor la haya tratado de la peor manera, Yugi seguía amándolo con la absoluta pasión e intensidad, como desde el día que empezaron a "salir". Por ello, hoy aclararía todo con el tricolor mayor, eso ya estaba decidido.