Mirada Amatista

327 25 33
                                    

   ♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥    

— Un hijo...— Musitó la tricolor a su vez que sonreía acariciando levemente su vientre.

—Pero eso quiere decir que... Yami...— Habló el Sr. Mutou pero fue cortado por su hija.

—No. No quiero que vuelvas a mencionar ese nombre, papá.

—Pero hija... Creo que deberías hallar una solución, no quiero que vivas en resentimientos con alguien... Mucho menos con el padre del niño o niña que estás esperando.

—Lo sé madre, lo sé. Además, está en todo su derecho de saberlo... Pero no puedo. Él ya me ha hecho mucho daño. Y de decirle sobre el bebé, temo que él o ella tenga la misma "suerte" que yo... También me ataría a estar junto a Yami, cosa que sería como el mismo infierno que no quiero volver a presenciar. Lo siento madre, que Dios me perdone, pero esto... Él no lo sabrá.

Los señores Mutou solo compartieron miradas unos cortos segundos y regresaron la vista hacia Yugi.

En cualquier decisión que tomes, siempre te apoyaremos hija. Cuenta con eso. — Finalizó el padre de la tricolor, para luego unirse al tierno abrazo familiar que estaba por llegar.

     ♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥     

Tres días después...

—Debo encontrar alguna manera de poder convencer a Yami sobre la paternidad de este niño... Ash, para mi alivio no hay rastros de Yusei en ninguna parte...

Habló la castaña tomando su teléfono en medio de la calle sin percatarse que un automóvil transitaba a toda velocidad aproximándose por su camino... Sin poder tomar acción, aquel coche colisionó con la castaña, cayendo fuertemente en la pista.

Mientras ésta arrojaba mucha sangre por la cavidad bucal y en sus partes bajas... En un pequeño suspiro le alcanzó a decir: "A-Ayuden a mi... bebé"

     ♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥     

— ¿Padre? — Cuestionó con interés la joven tricolor.

— ¿Sí mi niña? — Respondió éste. — ¿Qué se te ofrece?

— Escuché a mamá decir que te acompañaría a una entrevista de negocios esta tarde, ¿Verdad?

—Ah sí hija, pero sin embargo dijo que lo pospusiera... Ya que ella hoy también debe ir a visitar a su hermana, por sus mareos continuos y ya conoces a tu madre lo nerviosa que puede llegar a ser para estos casos. Pero me da molestia posponer esta reunión, me urge atenderla.

— ¿Y yo no podría acompañarte padre?

— ¿De verdad lo harías Yugi? Sería una gran ayuda por favor.

—Claro que sí, ¿A qué hora es la entrevista?

—La persona que me citó dijo que vendría a mi oficina a las cinco de la tarde. Mm...Por su carácter y tono de voz, me parece que se trata de una persona muy formal.

—Oh... ¿Y cómo se llama el hombre?

—Atem. Atem Sennen me dijo. Y busca asociarse con nosotros.

— Bien. Entonces iré a alistarme, no tardo padre.

—Muchas gracias, hija.

La Oji-amatista solo sonrió a lo mencionado...

¿Mi Perdición? Es AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora