Nightmares

Arioch

Buenas buenas!

Disclaimer: los personajes no me pertenecen, pertenecen a Marvel/ Mr. Lee / y demás creadores de estos increíbles súper seres. Esta es solo una idea mía convertida en letras.

Gracias por leer y espero lo disfruten!

Capítulo 4

Una vez más las manos de Tony sudaban y el ritmo de su corazón se aceleraba, esto era una mala idea, no estaba preparado para esto aún.

Visión había sugerido que tal vez ya era hora de que Tony interactuase con el equipo. Hacia una semana que los antiguos Vengadores se habían mudado a la Torre y el aún no se había puesto en contacto con ellos. Temía lo que sentiría cuando estuviese frente a ellos. Rabia por la parálisis de Rhody, dolor por el abandono de Natasha, Lastima por Wanda, pero por sobre todo el sentimiento de inseguridad y culpa por la traición del Capitán.

Steve.

El solo pensar en él el pecho se le oprimía, distraídamente paso la mano por la cicatriz alargada que cruzaba en forma transversal su pecho, esa cicatriz que había sido hecha por el escudo que de pequeño admiraba. El aire se detuvo en su pecho, al percatarse del recuerdo equivocado que estaba creciendo en su mente, estaba equivocado, esa cicatriz provino de la pesadilla, no del escudo de Steve. Sacudió la cabeza para ordenar sus recuerdos. No dejaría que Nightmare tomara el control de su mente y plantara recuerdos que no eran reales. Aunque tal vez el daño que Steve causó en el fue aún peor que una simple cicatriz.

- Estas listo Carissime? – nuevamente la voz de Abby era un bálsamo para sus nervios, el sentir sus dedos hundiéndose en sus cabellos era como un sedante.

- Yo también estaré contigo Tony no dejare que nadie lo moleste- Tony sonrió ante la afirmación del crío. Pensó que tal vez Peter estaba en una situación muy difícil en este momento, dividido por su amor a Tony, su padre adoptivo, y su admiración por el Capitán América, héroe de su infancia. Tony también recordó como el adoraba al Gran Capitan América cuando tenía esa edad. Su héroe, su sueño, el amor de su vida.

- Gracias Abby, Gracias Petter – inhalo y exhalo. Lentamente sus pasos lo llevaron a la sala de estar que compartían en el área común. Cuando la puerta se abrió todos se quedaron en silencio. La presión sobre sus hombros creció y la tensión se hizo aplastante.

Vieron a Tony caminar lentamente hacia ellos, custodiado por su arrogante guardaespaldas y su hijo adoptivo. Natasha observó el rostro del alguna vez Hombre de hierro y apretó los labios. Tony había perdido algo de peso y músculos, su piel no brillaba como antes lo hacía, y las grandes ojeras bajo sus ojos eran preocupantes. Trago con dificultad pensando en los problemas que podría haber atravesado Tony al dejarlo solo y sintió como un bloque de cemento presionaba su pecho. El Tony que una vez conoció, aquel Donjuán que le había tirado piropos cuando fingió ser su asistente había quedado en el pasado. Sintió un nudo en la garganta al darse cuenta lo profunda de debía ser la herida que habían creado en el. Esperaba de todo corazón poder trepar el muro que su amigo había construido entre ellos. Sentir una mirada sobre ella la hizo desviar la vista de Tony para fijarse en el guardaespaldas que la observaba detenidamente, como leyendo sus pensamientos.

- Bueno muchachos, sé que no eh sido un buen anfitrión con ustedes- hablo apresuradamente fallando estrepitosamente al controlar su nerviosismo- bueno no es que anteriormente lo haya sido, pero quería pedir disculpas por no presentarme antes, Banner, Pette y yo estábamos algo ocupados y como saben cuándo me emociono con algo no lo dejo hasta terminar y tal vez...- la mano de Abby en su cintura lo detuvo sintió la calidez de su cuerpo cuando lo acercó a él para tranquilizarlo. Entendió el gesto, estaba nervioso y parecía que el corazón golpeaba en sus oídos y no en su pecho. Se remojo los labios cuando sintió el aliento de Abby sobre su oreja.