15

602 49 3
                                    

Hey, chico de la iglesia.

Conversamos un rato y pasamos un momento agradable.

Cuando regresamos unas chicas sabían (no sé cómo) que me gustaba cantar. Y me pidieron que lo hiciera.

Canté mi canción preferida y por el rabillo del ojo observé que me prestabas atención.

Estabas sonriendo.

Luego mi mamá llegó porque ya nos teníamos que ir.

La Semana Santa había finalizado.

-Lu.

Hey, chico de la iglesia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora