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Hey, chico de la iglesia.

Está bien, está bien. Ya sé que había dicho que no quería volver a hablarte.

¡Pero es que estabas mal!

No aguanté y me acerqué a ti. Me senté en una silla que estaba al frente tuyo. Me miraste sorprendido.

Pude notar que estabas viendo en tu celular la foto de una mujer mayor.

-Lu.

Hey, chico de la iglesia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora