C a p i t u l o 50:
En el hotel donde estaban hospedados Harry y Ed:
Harry: creo que debo terminar con su estupidez ¿no crees?
Ed: no se, esa mujer me da miedo parece una loca obsesionada –rio
Harry: tal vez si voy a su casa y aclaro todo… -lo interrumpió el pelirrojo
Ed: ¿su casa? Te estás aventando a la fosa solo Harry
Harry: ¿Por qué? Yo solo quiero arreglar las cosas… decirle que no hay nada entre ella y yo –se encogió de hombros –creo que es lo mejor del mundo
Ed: ella… -suspiro –no creo que sea buena idea Harry
Harry: ¿Por qué? Hablare con ella tranquilamente, es una mujer ya, lo tiene que entender
Ed: ¡te van a tomar fotos o videos! Todo se va a malinterpretar
Harry: no tiene porque solo somos amigos
Ed: ¡amigos! –Grito irónico –el mundo entero no piensa eso ¿Qué no ves? Estas en una cuerda floja Harry y debes de fijarte por donde pisas… ¿ella aun no ve esas noticias vedad?
Harry: su mirada clavada ene d, algo asustada y tímida, con miedo a… -no ella aun no sabe de eso –volteo su cuerpo para mirar en otra dirección
Ed: tú me dijiste que volvimos para que le explicaras Harry –utilizo una voz más seria
Harry: lose –dijo fastidiado –pero no lo hice, no tengo los pantalones –volteo con Ed –mírame… soy un cobarde tratando de alejar los problemas y no afrontarlos
Ed: Harry –suspiro –aun estas a tiempo de borrar lo que hiciste hermano, pero debes actuar rápido y en silencio… sabes a lo que me refiero
Harry: lose.
Harry tomo su celular y las llaves del automóvil y emprendió. No le dijo anda a Ed, pero fue como si este ya supiera cual era su destino. Harry salió del hotel y una que otra niña le pidió una foto y el fastidiado con una sonrisa con gusto acepto.
Harry manejo el automóvil blanco que tenía en aquella ciudad, y comenzó a manejar, sacando su brazo por la ventana. La radio apagada como si estuviera realmente concentrado en lo que estaba por hacer. Hasta que llego a una casa lujosa, color blanco, realmente hermosa… pero esta casa no era desconocida para él. Sabía la puerta de entrada y el timbre. El ruloso se miro en el retrovisor y suspiro ¿algo malo? En fin sacudió su cabello y lo puso de lado como siempre, con la frente ahora descubierta y unos rulos atrás de sus orejas.
Puso el celular y las llaves del automóvil en la bolsa delantera de su pantalón y empezó a caminar. Temeroso su dedo índice toco el timbre, no tardaron más de cinco segundos cuando ya se escuchaba la cerradura moverse.
Elisa: sabia que te arrepentirías –se lanzo a los brazos del chico alto
Harry: Elisa –la alejo con sus dos brazos –tengo que hablar contigo
Elisa: se sintió rechazada por aquello que hizo el ruloso –me imagino… -su cara de pocos amigos nos e hizo esperar – ¿quieres pasar? –dijo con su voz asquerosamente dulce
Harry: solo por unos minutos –paso por un lado de esta
Harry si había ido a su casa pero solo la conocía por afuera, nunca había entrado. Al entrar la casa era cálida, fresca. Sin saber quien vivía ahí se podría asegurar que era una chica adolescente consentida, realmente muy, muy consentida. Elisa lo invito a pasar a la sala, una hermosa sala de piel color negra. Esta vestida un short corto, realzando su hermoso cuerpo… como a ella le gustaba. Se paró a la cocina y fue por dos vasos de agua. Algo andaba mal y Harry ya podía olerlo. Regreso y se sentó a un lado de Harry, teniendo contacto con sus piernas, puso los vasos de cristal en la mesa central y empezó.
Elisa: y bien –lo miro a los ojos provocativa – ¿de qué quieres hablar?
Harry: se exalto en cortos milisegundos – ¡COMO SE TE OCURRE HACER LO QUE HICISTE AYER! –grito perdiendo el control de si mismo
Elisa: Harry –se sorprendió –yo, yo bueno es que mira –Harry la interrumpió de inmediato
Harry: nada Elisa, no tienes vergüenza ¿Cómo mierda haces eso? –Sus valores estaban por los suelos al igual que su respeto – ¿Quién te dio el derecho de meterte en mi vida privada? –se puso de pie por su enojo –que sea la última vez que la tocas e insultas ¿me oíste? –le grito
Elisa: no puedes venir a mi casa a gritarme –tapo su rostro con sus manos y aun sentada en el sillón se echo a llorar
Harry: que sea la última vez que pasa esa escena –se dio la vuelta y se detuvo –en Londres nunca hubo nada entre nosotros dos ¿me escuchaste? Nada –remarco la palabra y dio media vuelta –no te quiero cerca de ella, de los medios y mucho menos de mi
Elisa: se puso de pie con su rostro lleno de lágrimas – ¿Qué tiene ella que no tenga yo? Soy mucho más delgada, bonita, soy perfecta –le grito mirándolo a los ojos
Harry: para mi ella es perfecta –dijo en susurro, pero lo suficiente fuerte para que ella escuchara
Elisa: corrió y le tomo del brazo –Harry date cuenta por favor –gritaba mientras lloraba
Harry: Elisa por favor –quito la mano de su brazo –entre tú y yo jamás va a ver nada –suspiro –lo que menos quiero ahora son problemas, noticias y millones de rumores –la miro mientras sus ojos eran un martirio –perdón si eh sido grosero pero tenía que decírtelo
Elisa: tu y yo seriamos perfectos –trataba de hablar
Harry: se que habrá alguien que aprecie lo que estás haciendo y diciendo hoy por mi –le tomo el hombro –lo encontraras
Los ojos de Elisa más que tristeza y dolor se empezaron a tornar como de odio, de irá y coraje ante lo que le estaba diciendo el chico del cual estaba completamente y estúpidamente enamorada. Ella sintió el corazón explotarle de odio y rencor. Su mano simplemente se elevo e hizo contacto con la mejilla de Harry dándole una cachetada lo suficientemente fuerte para que le quedara roja. Harry cerró los ojos tras el impacto y toco su mejilla, su labio estaba sangrando. Miro sus dedos y tenían sangre. Elisa se quedo parada como si hubiera matado a alguien, y Harry la miro de una forma horrible, de una forma con millones de palabras para interpretarse.
Harry: aléjate de mi vida y de ella –dijo con una voz seria, fría y temerosa
Elisa: ¡HARRY! –grito mientras se arrodillaba en el suelo frio de la habitación
Al salir uno que otro fotógrafo lo esperaba afuera de su coche, con chicas pidiendo foto y autógrafo “¿de dónde salieron?” pensó al verlos. Pero Harry trato de correr y no dejar que lo vieran de esa manera. Al conducir con su camisa trato de parar el sangrado de su labio, pero ella lo había reventado ya que topo con sus dientes en el momento en que Elisa le dio la bofetada. “vieja enferma” pensó mientras conducía a una velocidad fuerte.
Estaba enojado, tenía muchas cosas que decir pero no podía. Un momento de impotencia… pero solo necesitaba a alguien y su mente inconscientemente pensó en ti… en la chica rara. Harry estaba afuera de casa de tu tía, luces apagadas, ningún carro. Al parecer no había nadie.
Bajo del carro y se asomo, pero era un silencio profundo. Cuando iba saliendo se detuvo en seco y volteo hacia atrás, en la cochera. Empezó a caminar y estaba la ventana de la habitación en la que dormías. Sería arriesgado que el entrara o tocara, tal vez y esta tu tía o tu papa y que imagen va a dar eso. Pero no estaba para esos pensamientos estúpidos, el necesitaba de ti, de tu voz y palabras, de tu tacto… Harry necesitaba de ti como tú lo has necesitado desde hace años.
Paso por algunas ramas y sin temor toco la ventada cubierta por una cortina, toco dos veces y cuando se dio por vencido observo como la cortina se movió y en unos milisegundos se abrió, para su sorpresa era…