Todavía no me había recuperado del todo, pero era necesario que mantuviera la compostura en este lugar, sobretodo porque me habían vuelto a sentar en la mesa principal, al lado de Jeremy al que apenas me atrevía a mirar a la cara.
Todos discutían sobre los motivos que tendría el felino para atacarme, pero no dejaban de decir tonterías como que era por mi olor, que eran capaces de relacionarme con lo sobrenatural o que le resultaba interesante porque había demostrado que era capaz de verlo. En un momento de silencio dije:
- Pues yo creo que fue una trampa.
Si he pensado que lo de antes era silencio, en cuanto abrí la boca todo el mundo pareció dejar hasta de respirar.
- ¿A qué te refieres? – me dijo Laurent, que ahora su mirada hacia mí había cambiado de forma radical, ahora había amor y eso me ponía más nerviosa.
- Ustedes no hubieran salido de la sala si yo no hubiese visto al felino rondando por el jardín. – dije refiriéndome a Jeremy, Laurent y Gloria. – Creo que me permitieron verlo aposta, para que fuera a contároslo y así, mientras estabais dándole caza, yo estaba sola en una sala de baile donde solo yo podría ver al monstruo.
Jeremy me cogió de la mano por debajo de la mesa y mi corazón dio un vuelco. Le miré y el ya estaba mirándome, sus ojos mostraban curiosidad y cautela pero también había algo de dolor en ellos. ¿Y si es verdad que sabe algo como había dicho Laurent en su cuarto? ¿cómo iba a ser capaz de explicárselo sin hacerle daño? Eso iba a ser imposible, le haría daño sí o sí. Lo que me quedaba por saber era ¿qué hará él cuando se lo cuente?
- Creo que tiene razón – dijo Gloria interrumpiendo mis cavilaciones. – Entonces volvemos al mismo dilema que teníamos antes. ¿Quién es el asilado-espía?
La sensación que había tenido antes de entrar en la habitación de Laurent, la de que se me olvidaba preguntar algo crucial, volvía a mí. La notaba como una sensación de vacío en el estomago, pero no era capaz de recordarlo. ¿Qué sería?
- ¿Nadie os ha parecido especialmente sospechoso? – preguntó una chica que había sentada en primera fila.
La recordaba de mi clase de segunda hora, creo que se llamaba Estela. Era guapa, pero aquí todo el mundo lo era, castaña y con el pelo corto. Era alta y parecía poseer unas cualidades físicas extraordinarias, por sus piernas musculadas y por su postura, que parecía estar lista para pelear.
- No especialmente. Creo tener mis candidatos, pero son pura conjeturas, necesitamos pruebas. – dijo Gloria.
- Podemos hacerle la prueba de sangre. – dijo un chico moreno que había sentado al fondo. A este no le conocía.
Miré a Jeremy con incomprensión, ¿pruebas sanguíneas? ¿eso era posible? Él me sonrió y me contestó en susurros para no interrumpir.
- Ya te lo conté, está en nuestra sangre…
- Y ¿cómo lo hacemos? ¿los llamamos a todos y les decimos que necesitamos saber si llevan sangre de protector? – dijo Laurent de forma sarcástica.
El chico moreno del fondo se encogió algo en su asiento y no volvió a abrir la boca.
- Cuando el felino entró en el salón, - me decía ahora Laurent con esa nueva mirada. - ¿notaste si alguien más podía verlo?
- Me preocupaban más sus dientes del tamaño de mi mano y de su metro y medio de altura – le dije ahora yo con sarcasmo. Mi venganza por haber sido borde con el chico moreno.
Él me lanzó una de esas sonrisas picaronas y volvió a mirar hacia delante. Todos parecían sorprendidos por la manera en que le había hablado, pero se lo merecía.
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Soledad *[En Edición]*
Roman pour AdolescentsTras la muerte de sus padres, Diana es mandada a un orfanato. Ella solo quiere que los dos años que le quedan para cumplir los dieciocho pasen lo antes posible para volver a su casa, pero pronto sus planes cambiaran cuando conozca a uno de los "raro...