Capítulo 24: Transformación.

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La vuelta del viaje fue algo más larga, tuvimos que dar un rodeo para evitar ser vistos por unos humanos al atravesar una carretera. Pero llegamos a tiempo para prepararnos para la cena.

Les pedí a los tres unos minutos de soledad, había sido una tarde muy dura y ellos no me habían dejado sola ni un segundo. Quedaba media hora para la cena y les prometí verles allí.

Llegué a mi habitación, me desvestí y me dí una gran y larga ducha. El agua pasaba por mi cuerpo y se iba llevando todas las malas sensaciones de la tarde y para cuando terminé, ya solo quedaba el miedo. Miedo por la transformación y miedo por si les podía pasar algo a las personas que más amo, en la misión de esta noche.

Intenté ponerme algo más elegante de lo normal, nada de sudaderas con capucha. Cogí unos pantalones de vestir negros y una camisa con botones de color verde esmeralda, era una tontería, pero para mí, era mi última cena como humana. Quería estar guapa.

Me cepille bien el pelo y lo dejé todo lo liso que pude, me dí cuenta que lo tenía demasiado largo, ya casi me llegaba a la cadera. Me puse algo de brillo en los labios y salí.

Me arrepentí de mi vestuario en el momento que entré en la cafetería. Jeremy y Laurent se levantaron con excesiva energía a recibirme y Gloria me levantó los pulgares dándome su aprobación. Pero por increíble que parezca, el primero en llegar a mí fuel Henry, debía de ser el que más cerca estaba para haber llegado el primero.

Este clavó una rodilla en el suelo y cogió mi mano para besarla.

- Permitidme decirla, Lady Diana, que es la mujer más guapa de todo el edificio y quería solicitarla su primer baile de esta noche.

- Sir Henry, tiene que dar oportunidad a los otros caballeros de la sala. Usted me tendrá toda la noche… - le dije poniendo una mirada algo traviesa.

Eso le gustó tanto que su sonrisa ilumino toda la sala.

- Estas increíble. – me dijo Laurent mientras me quitaba a Henry de encima. – Anda, vamos… - le decía.

Jeremy me miró con mucho asombro en el rostro y tras pensárselo un rato, me cogió de la espalda y me beso apasionadamente, tanto que cuando paró mi cara se puso roja de vergüenza.

- Hacía mucho que no te besaba y no me lo has puesto fácil viniendo así vestida.

Le sonreí en señal de agradecimiento, pero todavía no me había recuperado de su beso. Aunque no tarde en hacerlo, en cuanto ví la cara de Laurent supe que esto no debía volver a pasar, los besos nos los guardaremos para la intimidad.

La cena fue divertida, ellos no paraban de contar anécdotas graciosas y la presencia de Henry hacía el ambiente mucho más relajado. Aunque él dijera que los humanos que se transforman no poseían ningún poder, ahora que le conozco pienso que quizás no fuera verdad, es solo que su poder era muy sutil, era capaz de unir y agradar a todo el mundo. Sino, ¿cómo explicar el apretón de manos entre Jeremy y Laurent en el desayuno? ¿o el que ha todo el mundo le cayera tan bien?

Terminamos de cenar y me fui a por un gran postre de chocolate y nata, era raro en mí, no solía coger postre, pero hoy era especial. Y tras eso, llegó el momento que tanto temía.

Salimos del comedor y todo el mundo me miraba, algunas caras empezaban a resultarme muy familiares, otras no me sonaban de casi nada, pero todos tenían algo en común, su mirada de apoyo, todos parecían darme ánimos para lo que iba hacer esta noche

El camino del comedor a la habitación de Jeremy era como recorrer la milla verde, la sensación de miedo no desaparecía de mi estomago y no estaba haciendo buena mezcla con la cena. Llegamos y me indico Henry, con un gesto de cabeza, que me sentara en la cama.

Soledad *[En Edición]*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora