Parte 3 - Eres

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Despertaron incómodos, el espacio que otorgaba el sofá sobre el que descansaron les había brindado un nuevo acercamiento, pero nada de comodidad. Primero él y luego ella calzaron sus desgastadas botas, miraron tras la ventana corroborando que todo siguiera en calma para poder abrir la puerta de entrada con seguridad, el cazador colgó la ballesta tras su hombro y dio una mirada a Beth para que mantuviera su guardia. Ella quedó cercana a la puerta observando la fila lejana de tétricas tumbas, algunas contaban con la guardia un ángel queriendo mantener la custodia a su descanso eterno.

Daryl comenzó a dar vuelta a la construcción, quería asegurarse que nada ni nadie hubiera aparecido por allí al amanecer. Miraba atento las maderas que revestían las paredes de la fachada, estas se encontraban intactas. Los vidrios en las ventanas estaban sucios pero enteros, lo que convenció a Daryl que esa vivienda no había sufrido daños tras el apocalipsis, era en efecto un refugio seguro. De pronto se le ocurrió inspeccionar por la electricidad de la casa, pensó que quizás contaría con algún generador, por lo que buscaba algún lugar donde eso pudiera encontrarse. Contar con electricidad devolvería el agua a la casa.

Pronto vio que una puerta cercana a la de acceso trasero bloqueada por maderas, se encontraba cerrada con candados. La curiosidad le ganó, algo importante debía ocultarse allí dentro, pensó. Miro hacia un lado y hacia otro buscando algo contundente, y solo pudo encontrar una piedra de gran tamaño, no podía dañar su arma en vano así decidió utilizarla. Comenzó a dar fuertes golpes a la cerradura y tras varios intentos logró que el candado cediera. Puso su ballesta en alto, y dando pasos hacia atrás terminó de liberar la cerradura y abrió bruscamente la puerta. Tras ella el espacio se llenaba de una oscuridad absoluta, el sol iluminaba el frente de la casa, por lo que la luz aún era débil en esa posición, dio un paso hacia el frente queriendo inspeccionar más pero un gruñido se escuchó pronto; las pupilas del arquero se agrandaron cambiando el aspecto de sus ojos respingados, y sin pensarlo mucho reaccionó disparando una flecha, acertando de manera instintiva hacia la cien de un caminante que inmediatamente caía al suelo, manteniendo la mandíbula abierta.

Su corazón había acelerado de repente haciendo que bombeara de manera acelerada, los bellos en sus brazos erizaron. Dio unos golpes más antes de terminar de asomarse al interior, y ningún errante más hizo presencia. Arrastró el cuerpo unos metros hacia el exterior. Al ver el rostro tras los cabellos resecos observó que se trataba de una mujer entrada en años. El cuero en su piel se encontraba seco y quebradizo, colmándose del típico gris percudido del que se teñían los caminantes. Los rastros de sus ropas decían que era una persona bien cuidada, sospechó que se trataría de alguien cercano al dueño de casa, miró una de las manos, conservaba un anillo de bodas. Quizá el hombre no había tenido el coraje de darle fin al sufrimiento de su esposa y por eso la mantenía allí encerrada. Pensó en haber descubierto una paradoja, el funerario otorgaba servicio fúnebre a caminantes en pena, pero su dolor le había hecho imposible chocar con la realidad del alma perdida de su esposa. Cuando menos lo pensó caía en el hecho: él estaba pensando más allá de lo que la realidad le mostraba, estaba pensando en quien fue tiempo atrás ese cuerpo al que había dado fin su penar, estaba viendo más allá de la muerte, y eso le hizo recordar las palabras de Beth un día tras. El funerario trataba de ser buena gente, pero a pesar de serlo, eso no le había evitado perder a su esposa.

Aquella criatura se encontraba muy delgada, no se había alimentado hace tiempo, quizás nunca lo había hecho, y el olor nauseabundo había tomado aquella habitación.

No había mucha luz allí, trato de buscar en las paredes el tablero que devolviera la electricidad, pronto logró dar con ella. Movió unas cuantas teclas hacia arriba y hacia abajo, pero nada cambió, miro el bombillo de luz en el techo, seguía apagado. Miró hacia los rincones, nada que llamara la atención encontró. La casa seguiría sin electricidad.

Podría Salvarte | TWD | BethylDonde viven las historias. Descúbrelo ahora