Capitulo Díez

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-¡Tú!- Austin exclamo, moviéndose rápidamente hacia a mí con mucha furia y fui al baño corriendo. Traté de cerrar la puerta, pero él se lanzó pesadamente contra ella, consiguiendo entras fácilmente.

-Por el amor de Dios, deja de hacer eso, ¡Déjame salir!- grite mientras él avanzaba hacia a mí.

-Ahora tú lo vas a hacer conmigo- fruñó, completamente fuera de sí. Y me detuvo violentamente contra la pared, besándome dolorosamente y agarrando mis muñecas con fuerza. Esta vez no me podía mover, estaba presionada con su cuerpo y el azulejo frío y cuanto más me negaba a darle el beso, más insistió.
Mantuve mis ojos abiertos, esperando a que alguien pasara por el pasillo y luego vi una sombra pasar, sin conseguir ver quien era. Grite ligeramente porque no encontraba lugar en mi boca, aún más cuando cuándo luchaba con alguien, hasta que de repente el cuerpo de Austin ya no estaba allí. En un segundo él había dado a ir a fuera del baño, y yo apenas le seguí, aterrada.

Las imágenes pasaban como fotos dentro de mi mente: Primero Keaton discutiendo vigorosamente con la persona que me llevaba, después la puerta de la mansión de los Stromberg, la puerta de un carro que yo no conocía, abierta en frente de mí y por último yo sentada dentro de ese carro, mientras que la persona que me llevaba entró por la puerta del conductor. Muy confundida fruncí mi frente cuándo vi quien estaba a mi lado

-¿Estás bien?- Lauren me pregunto, sin mirarme, mientras colocaba la llave para arrancar. No respondí, solo continúe mirando la escena. Todavía no creía lo que estaba pasando, no creía que ella. Había hecho todo esto, solo podía ser producto de mi imaginación. No podía ser real, no había sentido de que ella me había salvado.

-¿Camila, me estas escuchando?- Ella pregunto nuevamente, mirándome con firmeza. Por un segundo, todo se volvió más confuso cuándo esos ojos verdes se fijaron en los míos, más las cosas se pusieron lentamente en su lugar y conseguí responderle

-No- murmure, sintiendo mi corazón acelerarse enormemente. Lauren guardo silencio unos segundos, apenas mirándome para después ver hacia el frente moviendo la cabeza en tono de desaprobación.



-Estás loca por meterte a un lugar como ese- dijo, cerrando sus ojos a causa de la luz de un auto que pasaba en frente de nosotras- Las fiestas de Keaton son más peligrosas de lo que parecen. Se mezclan personas erradas y desviadas en un mismo entorno, hacen cosas sin pensar. Ella tomo una pausa, mientras que yo mantenía mis ojos abiertos y fijados en ella. Como si quisiera reforzar su advertencia, Lauren volvió a mirarme:

-Esa casa no es lugar para ti.

Sin esperar alguna respuesta, ella arranco el coche y rápidamente nos alejamos de esa mansión. Mis ojos insistieron en continuar presos a los de ella, intentando entender lo de los últimos minutos. ¿Por qué ella me había quitado de encima a Austin? ¿Por qué discuto con Keaton antes de irnos? Y lo principal...

-¿A dónde me llevas?- oí a mi voz preguntar, débil, sentía mi garganta que todavía me ardía por haber tomado demasiado tequila.

-Pretendía dejarte en tu casa- Lauren respondió, sin mirarme

- Pero eres tú quién sabe dónde quieres quedarte

-En mi casa sería bueno- le dije, intentando no abusar de mi coz y convencí a mis ojos que la dejaran de mirar. Mi visión de repente se volvió borrosa, y en unos segundos sentí las lágrimas correr por todo mi rostro. No sé porque comencé a llorar, tal vez era por la borrachera exagerada y todos los horribles y recientes acontecimientos. Cuándo paramos en un semáforo en rojo, yo seguía llorando con los ojos cerrados, y aunque no podía verla, sentí sus ojos sobre mí. Estaba avergonzada por estar llorando, yo odiaba llorar enfrente de otros, me sentía ridícula.

-¿Estás segura de que estás bien?- murmuro y yo cerré más mis ojos intentado dejar de llorar-¿Aquel muchacho te lastimó?
Sentí una lagrima desplazarse rápidamente y pasar por el contorno de mi boca, haciendo que ardiera un poco. Pase la punta de mi lengua y sentí el sabor de la sangre. La herida física apenas podía ser comparada con el trauma emocional que Austin me había causado esa noche.
-Si no hubieras aparecido, él me hubiera hecho daño- hable suavemente y volteé a su dirección. No sé porque pero en cuanto mis débiles ojos miraron los de ella, me sentí segura, fue como que todo iba a estar bien, no tenía por qué tener miedo. Par más amenazante que yo sabía que Lauren podía ser en cuanto a mi relación con Vero, yo sabía que ella podía ser una protectora, siempre en el lugar correcto y el momento adecuado, estaba para salvarme. Era la segunda vez que me salvaba de un aprieto en menos de una semana

-Tal vez no- Ella no estuvo de acuerdo, levanto sus cejas- Fuiste muy suertuda, pero dudo que él te llegara a hacer algo

El semáforo se puso en verde y Lauren presto atención a la carretera. Baje mi mirada con una pequeña triste sonrisa en el rostro y suspire profundamente. Aquella Lauren no parecía ser la misma que yo conocía.

-La suerte pasa de mi desde hace un tiempo- le dije, un poco para mí misma, volviendo a abrazar mis rodillas con desamino- Todo lo que últimamente me pasa son desastres, uno tras otro, uno peor que el otro.

Lauren no dijo nada, solo siguió manejando con expresión seria. Sucumbí ante el peso de mi cabeza, cuyo dolor fue ignorado por mucho tiempo y me tire hacia la parte trasera del asiento, cerrando los ojos por un segundo. Y volví a abrirlos cuando la luz del sol golpeo en mi cara, haciendo que mi visión tardara en enfocar. En una habitación extraña, en una cama extraña y con una voz familia.

-Buen día Cabello...

Un dolor punzante domino en mi cabeza cuando mis ojos se abrieron por completamente. Los cerré fuertemente, tratando de que el dolor se fuera o que al menos disminuyera, pero al parecer solo se iría con aspirinas o con el tiempo. Maldito tequila.
Me senté en la cama, con una mano en el lado izquierdo, sintiendo ligeramente mi cabello y abrí mi ojo derecho para encontrarme. Definitivamente yo nunca había estado allí antes, nunca había visto aquellas paredes y los muebles blancos, mucho menos un cuarto tan grande como en el que yo estaba ahora. Aquel cuarto era equivalente a la mitad de mi casa y por el extenso corredor que revelo una puerta abierta, el resto del apartamento era aún mayor.



Y solo entonces vi a la persona que me había saludado cuando me desperté. A pesar de estar al borde de la gigante cama y un campo de visión no era muy bueno, demore unos segundos para reconocerla.. Los mismos ojos que ayer me hacían sentir segura, hoy parecían cansados, con sueño y tenían unas ligeras ojeras con señal de que había pasado la noche en vela.
Abrí el otro ojo ya más acostumbrado a la claridad y la miraba, tratando de organizar mi mente ¿Qué estaba haciendo en ese lugar? ¿Por qué estaba allí?

-Pensé que no despertarías jamás- Lauren murmuro parpadeando lentamente y desviando sus ojos de los míos.

-¿Qué lugar es este?- tartamudeé con el ceño fruncido, sintiendo mi voz fallar en algunas silabas- Dijiste que me ibas a llevar a mi casa

-Y lo iba a hacer- ella dijo, mientras yo la miraba y una sonrisa divertida- Pero te quedaste dormida antes de decirme donde vivías

Recordé rápidamente de algunos momentos de la noche anterior. La fiesta de Keaton, los tragos de tequila, la brutalidad de Austin, la conversación con Lauren en el carro. Todo parecía tan distante, como si hubiera sido un sueño muy real, me sentía raro porque si había pasado.

-Y ¿Por qué no me despertaste?- pregunte con mi frente ligeramente fruncida y con un tono a la defensiva- ¿Por qué me dejaste dormir? Y ¿Qué lugar es este?

-¿Siempre despiertas así? ¿Haciendo miles de preguntas?- Murmuro, cerrando sus ojos y manteniendo una sonrisa en su rostro. Ella podía ser graciosa, pero yo no.

-No, porque no acostumbro a despertar en un lugar totalmente desconocido con una persona extraña mirándome- le dije, irritada y volvió a mirarme firmemente, a pesar de su cansancio.

-Te dormiste en mi auto y no conseguí forma de levantarte, y créeme, intente todas las formas que conozco- Lauren respondió con dureza en su voz- No sabía tu dirección, así que decidí traerte a mi casa, pero veo que debí haberte dejado dormir en la calle.
Mis ojos pasaron rápidamente por la habitación, analizando cada detalle y haciendo caso omiso a lo que había dicho. Mire hacia abajo y me vi envuelta en mantas, con la ropa que tenía ayer. Cuándo finalmente me di cuenta de lo que pasaba, solté un grito horrorizado y me cubrí con las mantas hasta el cuello.

Estaba en ropa interior. En la casa de la profesora Jauregui

-¿QUÉ RAYOS?- grite y vi que Lauren estaba con los ojos abiertos y ligeramente asustada- ¿PORQUE NO ESTOY VESTIDA?

-Bueno ahora si tienes un motivo para disparar preguntas- respondió- Esa parte de la historia es mi culpa

-¿CÓMO Y PORQUÉ?- grite abrazándome firmemente- ¿ME QUITASTE LA ROPA MIENTRAS DORMIA?

-Intente varias formas de despertarte y una de ellas era colocarte bajo la ducha helada, lo que no funciono, como podrás ver- explico un tanto avergonzada- Y para eso, pensé que era conveniente, quitarte el vestido...

-¿CONVENIENTE? ¿QUITARME EL VESTIDO SIN MI PERMISO Y TIENES EL CORAJE DE DECIRME QUE LO ENCONTRASTE CONVENIENTE?- exclame, sintiendo como si mi cabeza fuera a explotar y lo suficiente loca como para calmarme.

-¿Puedes hablar bajo, por favor? - Lauren pidió con la voz firme y sus ojos cerrados, acompañados de su frente fruncida de irritación- Si intentaras dejar a un lado tu opinión sobre mí y no sacarás tus propias conclusiones antes de que me permitas explicarte, todo sería más fácil.
Guarde silencio, pero no porque ella me lo pidió si no porque no estaba en condiciones para estar gritando. Seguía abrazándome, con los músculos tensos y espere a que volviera a hablar, mirándola con ira.

-No te estoy diciendo que no fue fácil resistirme, porque no lo fue. Soy una mujer, más no conseguí evitar ese tipo de pensamientos. Mas yo no hice nada, me creas o no. ¿Crees que yo quería que durmieras aquí? ¿Crees que yo planee esto con el propósito de que durmieras aquí? No soy una santa, pero no me aprovecho de personas inconscientes para conseguir lo que quiero. No lo hago.

-¿Tu esperas que me crea eso? Porque sinceramente no me trago ninguna palabra de lo que dices- gruñí con ganas de salir corriendo de ahí, pero para eso, necesitaba mi vestido- Yo nunca debí haber entrado al coche contigo ¿En que estaba pensando?

Lauren desvió su mirada de la mía mirando a la ventana con una expresión de derrota. Ayer casi logro ablandarme con su actitud políticamente correcta, más ahora ella quería el mismo efecto, tendría que ir mucho más allá que esa cara de perro sin dueño.

-Nada de lo que yo diga te hará cambia de opinión ¿No es así?- ella murmuro con los ojos cerrado por la claridad de la luz y con la frente fruncida- Yo debo estar haciéndolo todo mal, para sentirme apropiadamente culpable de tus acusaciones.

Su voz estaba llena de frustración, demostrando que ella tenía uno de sus momentos raros de sinceridad. Sus labios estaban tensos al igual que su mandíbula, sus ojos estaban fijos en algún lugar pero todavía podía ver el resentimiento en ellos. ¿Y si ella en verdad estaba diciendo la verdad? ¿Y si ella hizo una obra buena para mí, pero no podía creer en su versión porque no estaba consciente?

-¿Dónde está mi vestido?- Hable bajo, algún tiempo después, sin conseguir ocultar mis pensamientos reflejados en mi voz. Lauren se levantó sin mirarme y nuevamente sentí la falta de su contacto visual.

Ella era una persona muy misteriosa para mí y siempre que ella me miraba, era como si yo pudiera leerla, descifrarla, comprender lo que ella estaba pensando. Cuando ella no me miraba, yo estaba en la oscuridad, sin saber dónde estaba parada. Ella camino afuera de la habitación, desapareció de mi vista por unos segundos y regreso con mi vestido en sus manos. Sin siquiera acercarse mucho y aun evitando mi mirada, lo dejo al borde de la cama y se fue para que yo me cambiara, como si no me hubiera visto ya en bragas y sujetador.

Seguí sentada por algunos minutos, mirando las sabanas de mí alrededor. Mis sentimientos estaban mezclados, fundidos en una gran bola de nieve. Todavía estaba en trance, me puse de pie y recogí mi vestido, poniéndomelo fácilmente. Tan pronto la tela se deslizo sobre mi cara, pude oler su olor impregnado en la ropa. Probablemente termino allí cuando Lauren me llevo al apartamento.

Por un segundo, me imaginaba lo que sería para ella haberme visto así. Vulnerable, indefensa, inconsciente, totalmente bajo su control. Me acorde de lo que dijo de resistir esa situación y me estremecí de miedo. Extrañamente no de ella, si no por el hecho de no ser consciente y no saber lo que pasaba a mi alrededor. Odiaba esa sensación. Y lo peor que podía parecer, tuve la intuición de que ella no había hecho nada malo. Si lo hubiese hecho estaría restregándome en la cara que consiguió lo que tanto quería y no lo hizo. Me senté en el borde de la cama y me puse mis zapatillas, que estaban al lado de la cama, un poco pensativa. Agarre mi bolso que estaba en la mesita de noche y después de comprobar si todo estaba en su lugar dentro de ella, salí de la habitación buscando a Lauren, encontrándola en la habitación de al lado.

Me detuve para abrir la puerta, frente a mí, una pared azul en medio de otras 3 blancas, una cama tan grande como la que yo había estado durmiendo, y un par de hombros desnudos y bien definidos. Sin querer, mi mirada se quedó en esa parte en particular. Lauren estaba a espaldas mías, mientras se desabrochaba la blusa, giró su cabeza y vio mis ojos confusos con cierta indiferencia.

-¿Te sientes mejor ahora que estas vestida?- ella pregunto un poco seca, volviendo su atención a su blusa con sus manos vistiéndose. Por un momento quise responder que prefería estar en ropas interior, desde que ella también lo estaba.

-Si mucho- respondí, dándole énfasis a la última palabra, con una sofocante ola de calor que recorrió mi cuerpo y e intentando ignorar el hecho de que mi vestido olía maravillosamente bien por tener impregnado su olor, y me lo recordaba cada que respiraba.

-Genial- Lauren dijo con la misma indiferencia- Entonces vamos

Fruncí mi frente cuando ella camino en mi dirección, quitándose el pelo ligeramente con los dedos, evitando otra vez mi mirada, y preferí no seguir mirando.

-¿Vamos? ¿A dónde?- pregunte, cuestionando, mientras ella se acercaba a mí, acercando sus pechos peligrosamente a mi cuerpo.

-Te llevaré a casa- respondió, como si lo que dijera no fuera completamente obvio- Por lo que tu madre me explico, vives un poco lejos de aquí, así que pensé que sería útil llevarte en mi coche.
Mis ojos la miraban, sentía mi garganta seca. ¿Ella había hablado con mi madre? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde?

-Antes de que comiences con tus preguntas, Sí, hable con ella- Ella leyó mi mente, parece impaciente por haber visto la expresión de mi cara- No dejaba de estar preocupada por tu paradero, seguía llamando a tu celular y decidí atender su llamada. Pero quédate tranquila, le explique lo que paso y ella se quedó con mi versión de la historia. Se quedó más calmada sabiendo que estabas en buenas manos.
Continué mirándola sin saber que pensar- ¿Qué versión habrá dicho para calmar a mi madre en su desesperación? Si antes estaba confundida, ahora mis neuronas fallaban entre sí. Lauren Jauregui hablando con mi madre.... Duele intentar imaginarme esa escena tan extraña ¿Y desde cuando esas manos eran buenas manos? Mi madre realmente no tiene noción de lo que dijo
-Debo estar soñando, esto es demasiado raro-hable, riéndome de mi propio desorden mental- No es posible todo lo que paso en la noche y que se haya vuelto realidad

-Lamento informarte que es la pura verdad- Lauren dijo- ¿Nos podemos ir ahora?, Todavía tengo mucho que hacer hoy.
Ella camino a dirección de la puerta y yo solo la seguí, sin decir nada, y la mire en la inmensidad de ese apartamento. Bajamos por el ascensor y tres pisos después, estábamos en el garaje. Todos los carros estacionados allí eran increíblemente lindos y caro, lo que me hacía pensar de que mundo venia. El coche más barato que veía ahí, era probablemente el BMW negro de Lauren. Un Ferrari rojo y su familiar moto amarilla.

-Esos autos ¿Son tuyos?- pregunte apuntando para el BMW y después para el Ferrari

-Sí- Lauren me respondió con una normalidad deprimente- Pensé que ya conocías el Ferrari.

Gire mi cabeza lentamente en dirección a sus ojos, fingiendo que no existía. ¿Es ahora donde yo descubro las cámaras y que era una broma?
Lauren tomo la llave de su bolsillo, caminando hasta alguno de sus vehículos. Pulso el botón de la alarma y se dirigió a su BMW, abriendo la puerta y volviendo a mirarme para darse cuenta que yo estaba inmóvil. Aún sin creerlo, camine lentamente hacia la puerta y entre al coche en silencio. Miré por el vidrio del Ferrari estacionado a mi lado y reconocí su interior...

Suspire, derrotada y un tanto irritada y solo asentí. Puesto a que su casa estaba lejos de la mía, llevarme era lo mínimo que podía hacer después de los misteriosos acontecimientos de la noche anterior.

Lauren avanzo en dirección a la salida del estacionamiento, haciendo que el sol entrara por las ventanas y me diera en los ojos. Cerré mis ojos, incomodada, y extendió su mano hacia la guantera, para sacar unos lentes carísimos. Me sentí tan insignificante cuando se puso los lentes, que se adoptaron perfectamente a la forma de su rostro.

-¿Dónde más trabajas para conseguir todo esto¡- pregunte, finalmente hablando después de un eterno silencio, con una expresión sospechosa. Fue lindo saber cómo no había olvidado como hablar.
Eran tantos acontecimientos que probablemente iba a estar en shock. Lauren pareció no oírme, abriendo las ventanas y dejando que el viento alborotara nuestros cabellos.

-¿Sabías que las chicas prostitutas ganan muy bien por aquí?- Contesto, sin expresión mientras miraba hacia el frente, y yo me quede helada. Probablemente viendo mi cara de horrorizada, puesto que no podía ver eso a causa de sus lentes. Vi que apareció una sonrisa en su rostro- La herencia familiar me permite "conseguir todas esas cosas" - dijo, siento sincera, y sentí que mis hombros relajarse con la respuesta- Tu cara de horror hizo mi día.

-Idiota- murmure, girando discretamente mis ojos y girando mi rostro hacia la ventana de a un lado

-Si tu creíste que yo era una chica prostituta, es porque yo soy mucho peor que una idiota para ti- ella hablo con un sentido del humor en su voz mientras se paraba en la señal del semáforo
-No tienes idea de cuánto- gruñí, cada vez más irritada.
Sin saber cómo definir personas, era algo que me dejaba profundamente incomodada, y Lauren era este tipo de personas indefinibles para hacerme enfurecer. Ella tenía muchas facetas, una completamente diferente a la otra, como si tuviera varias personalidades dentro de una sola. Yo conocía su manera de ser sucia y deshonesta, más a veces ella era alguien completamente diferente.

-Me lo imagino- contesto de manera hostil- pero prefiero oírlo de tu boca.
La mire con la frente fruncida y vi que ella estaba mirando frente a mí, nuevamente con los labios fruncidos de rabia. Ahora si pude ver sus ojos por el Angulo en el que la luz del sol daba a los lentes.

-Creo que es una puta pedófila, loca, despreciable, repugnante, que no tiene amor, ridícula, estúpida, grosera y arrogante- dije, sosteniendo su mirada con avidez. Definitivamente yo había hecho un descubrimiento: Hablar mal de la gente frente a ellos, era extremadamente terapéutico.

Lauren continuo mirándome, pareciendo no creer la cantidad de insultos que había usado para definirla, me di cuenta que el semáforo estaba en verde, y los autos delante de nosotros estaban iniciando a caminar. Ella no pareció entenderlo, estaba tan incomodada con mi respuesta como para prestar atención a otra cosa. Hubo un silencio tenso entre nosotras, junto con la expresión de ella, quien estaba a punto de triturar mis huesos, solo aumento la impresión de que los derechos humanos no existieran ni tampoco la cárcel, yo estaría jodida.
Solo cuando los autos de atrás de nosotras, empezaron a tocar su bocina, Lauren suspiro lentamente y volvió a mirar hacia adelante, deshaciendo nuestro intenso contacto visual con dificultad. Arranco velozmente, haciendo que los carros que estaban detrás de nosotras mordieran el polvo, y sujeto el volante con firmeza, controlándose para no romperme en pedacitos. Ella podía estas buscando mucho, más no era una locura tratar de ponerme un dedo encima.

Llegamos sin tardanza a mi casa, gracias a que ella acelero, sin decir alguna palabra. Se estaciono frente a mi casa, abrió la puerta y cuando estaba a punto de salir del carro, oí su voz decir, con mucho odio:

-No te preocupes, nunca voy a ver tu cara otra vez.

Gire mi rostro al de ella y vi que me miraba, con su mandíbula tensa y sus venas un poco saltadas. Sus manos agarraron el volante peligrosamente fuerte, que solo hizo que su ira fuera más visible. Parece que realmente había conseguido lo que yo tanto quería, librarme de ella de una vez por todas.



-Genial- murmure, tratando de ocultar mi alegría por ese momento, que curiosamente parecía no querer llegar. Trague en seco, y en un movimiento brusco salí del carro, golpeando la puerta con cierta fuerza. Tan pronto como lo hice, Lauren ya había acelerado, haciendo que mi cabello volara por el aire.

Observe como el BMW se alejó rápidamente sintiendo algo raro dentro de mí, Suspire profundamente, ahora con la mirada perdida en mis pies, tratando de reprimir aquella cosa ruin que insistía en estar en mi cuerpo, desanimándome por completo.

Yo no podía estar triste, ella finalmente estaba fuera de mi camino. Eso fue todo lo que siempre quise desde la primera vez que la vi, y ahora que estaba sucediendo, yo no podía admitir que mi único sentimiento era de remordimiento. Todo lo que yo conseguía sentir era el peso de la consciencia, decepción conmigo misma por haber sido tan injusta con una persona que quizá no merecía tanta crueldad. Al final de cuentas, si no fuera por ella, los estragos de Austin hubieran sido peores.
Cerré mis ojos por un momento, tratando de parecer despreocupada. Me gire en dirección de mi casa, tratando de fingir que todo estaba bien y a cada paso me convencía de una cosa.

No todo estaba bien.

My Biology [Español] 1ª Temporada (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora