Paso un mes desde la primera vez que dormí en casa de Vero. Y cada vez que yo volvía a ese apartamento, las cosas mejoraban, lo que me parecía imposible. Nunca pensé que me podía sentir tan feliz y completa, incluso sonreía en las clases de Jauregui, quien me ignoraba completamente. Me dirigía la palabra cuando era estrictamente necesario hablar conmigo y me trataba con indiferencia, y por mí, podía tratarme así por el resto de mis días.
-Antes de terminar la clase, quiero informarles de un pequeño cambio en excursión a la reserva ambiental- Vero dijo durante sus últimos minutos de la clase, siendo fijamente observada, por mi obviamente- Como ustedes ya saben, la reserva queda a un par de horas de aquí, entonces puede ser que la excursión termine poco antes del anochecer, y como de costumbre aquí en la escuela, serán acompañados por 2 profesores.
Como el final del bimestre estaba cerca, los profesores habían dado el tiempo de su clase, utilizándolo en realizar excursiones y pedir reportes sobre lo que hemos aprendido sobre eso. Yo era consciente de esta excursión, por lo que no me alarme demasiado, no sabía cuál era este cambio, Y si supiera la respuesta a este misterio, preferiría no saber.
-La profesora Kordei y yo estábamos como las que las iban a acompañar- continuo, lanzándome una breve mirada, que regrese con un poco de tensión- Mas la directora decidió hacer un pequeño cambio. Nosotras iremos a la excursión, pero con los de primer año, y a ustedes los acompañaran el Sr. Reid y la Profesora Jauregui.
-Creo que es porque está casi en la Bahía ¿No? ¿Qué es eso de que ella va con puras chicas que son medio perras y la mitad de los chicos llenos de testosterona de primer año, mientras que yo estaré en manos de las pedófila, asquerosa y sin escrúpulos de Jauregui. Si ella pensaba que esto se iba a quedar en blanco, estaba muy equivocada.
-Pueden ir al laboratorio, hasta la próxima semana y espero y tengan una buena excursión.- Vero termino, y todos agarraron sus cosas y fueron a la clase de Jauregui. Puse mi material lentamente en mi mochila, con el ceño fruncido, esperando a que todo el mundo se fuera y me dejara sola con Vero. Una vez que todo el mundo salió, ella cerró la puerta y comenzó a hablar
-Yo sé que no te gusto que pasará esto.. pero
-¿Pero que Vero?- interrumpí, sin siquiera mover la silla cuándo ella se acercaba- ¿Por qué no me lo dijiste antes?
-Yo no lo pude evitar, me entere de eso hoy- Explico, agachándose delante de mí- ¿Crees que estoy feliz de no poder ir con tu clase?
Solté un suspiro, algo molesta, y cerré los ojos. No era su culpa, pude ver que ella estaba siéndome honesta. Volví a verla, me imagine en la reserva ambiental, respirando el mismo aire que Lauren Jauregui por más de una hora. Era la peor pesadilla que cualquiera podría tener.
-Lo siento, creo que me asuste un poco- murmure sonriendo sin gracia y colocando mis manos sobre sus hombros- Pero es que sería genial pasar el día entero contigo, además sabes que odio a la Profesora Jauregui
-Si he notado ese enojo que tienes en ella- Vero rio, levantando las cejas.
-¿Ese enojo que tengo en ella?- Repetí, apuntando mi propio hecho, un poco incrédula- Ella es una gilipollas conmigo y no es capaz de darme una nota justa en mis reportes, sabes muy bien eso.
-Yo tampoco entiendo eso, pero no me puedo entrometerme en su método de calificar, te lo he dicho varias veces- Dijo explicándome y girando los ojos- Más bien deberías ser amable con ella ¿Quién dice que así no mejorarían las cosas, incluyendo tu calificación?
-Bromeas ¿Verdad?- hable, riéndome sarcásticamente- ¿Ser más gentil con Jauregui? Antes muerta. Me niego a tratar bien a esa imbécil como algo que un gusano inservible.
-No deberías decir cosas a ella- Vero, replicó, repentinamente seria, pareciendo ofendida- Laur es una de mis mejores amigas y es bastante agradable. No hables cosas de las que no sabes.
Fruncí mi frente, jadeando con esa respuesta y asentí lentamente.
-Creo que la que no sabe de lo que está hablando, eres tú, Verónica- Murmure, tratando de contener mi ira y de no recordad lo que Jauregui había hecho (o intentado hacer) - Pero si quieres defender a tu amiga, no voy a detenerte. No me digas que no te avise
-Camz espera- Me pidió, impidiendo que me fuera cuándo intente levantarme, con la mochila sobre el hombro- No hace falta que te enojes, no quise molestarte.
-Me dejas irme por favor- le pedí, sin mirarla, con un enorme sentimiento de injusticia dentro de mí. La mujer que yo amaba, defendiendo a la canalla que vivía atormentando mi vida y aún así destratando esto, y lo peor de todo, yo no podía simplemente llegar y contar lo que Jauregui me había hecho, Vero, jamás me creería. Ella estaba ciega por la imagen de santa que tenía de su amiga. No podría entenderlo por mucho tiempo. Pésimo, horrible, deplorable, humillante.
-No, no dejaré que te vayas enojada conmigo, sabiendo que mañana será imposible el verte- Deja de ser tan infantil Camila.
-¿Infantil?- le pregunte, aún más enojada, sin siquiera pensarlo- Si yo soy tan infantil ¿Por qué estás conmigo? Si no crees en lo que yo digo ¿Por qué insistes en disculparte? Si solo digo mentiras de lo que no sé, ¿Por qué no me dejas ir? De todas formas estoy perdiendo clase de tu querida mejor amiga ¿Lo olvidas?
Conseguí levantarme, a pesar de los esfuerzos de ella para que yo me quedara, deje el salón, temblando de la cabeza a los pies. Aunque tenía miedo que esa primera me jodiera, me sentía fuerte, actuando de la manera correcta. Vero no conocía la amiga que tenía, y después de todo, no sería capaz de oír esas absurdas sin novedad.
Trague seco, con ganas de llorar y salir corriendo hacia los brazos de Vero en el fondo de mi estómago, mientras caminaba rápidamente en dirección al laboratorio.
-¿Y esa cara?- Dinah me pregunto, a la hora de la salida, cunando se sentó a mi lado en la pared que estaba enfrente a la escuela- ¿Jauregui te hizo algo?
Negué con la cabeza. Los 50 minutos de clase de laboratorio habían logrado ser 1000 veces más pacificas que los minutos que Vero y yo peleando en su clase, mientras en el laboratorio recibía miradas cargadas de odio de Jauregui durante su explicación. La mirada de Vero censurándome no la podía sacar de mi cabeza y el sentido de injusticia seguía bailando dentro de mí
-Entonces ¿Qué paso?- Insistió y no tuve que responder, tan pronto ella termino de hablar, Vero salió del colegio y nuestras miradas se cruzaron. Sus ojos marrones estaban serios y yo sostenía la mirada, igual de molesta. Vero quito sus ojos de mí para cruzar la calle, arrancar su coche y dejar la escuela. Tan pronto como ella se fue, baje la mirada, y solté un suspiro triste, con los ojos cerrados.
-Creo que ya entendí lo que paso aquí- Dinah murmuro, mirando a la dirección del auto de Vero que ya había arrancado- Tuvieron una pelea - Cuándo abrí la boca para comenzarle a contar, mi madre llego por mí. Muy apenas le sonreí a Dinah, tratando de no verme tan devastada y sacudió la cabeza negativamente.
-Después conversamos- murmure, entrando al autobús.
No tengo nada en contra de las excursiones escolares. No me gustaba el tipo de organización que llevaba la escuela. Ni siquiera para tener un poco de respeto por quienes están estudiando en niveles superiores. La directora tenía que estar los nombres de los alumnos en aquel micrófono ensordecer, me parece que es una necesidad para ella. Como si me interesara saber que Drew Chadwick estaba en la escuela. Para ser honesta solo me importa una cosa: Verónica Iglesias.
Después de un día entero sin sacar ese mal entendido, he reflexionado sobre cómo actuar después de esto. Ella podía estar equivocada, pero tampoco lo hizo por maldad. Vero en verdad pensaba que la Profesora Jauregui era una buena persona, y no dudo que tuviera sus medios para engañar a otros, inclusive a Vero. Solté un suspiro, mirando a la ventana que estaba al lado mío, para observar el patio lleno de estudiantes de primer año. Había comenzado la clase de química, y el profesor estaba escribiendo en la pizarra, cosa que no me importaba y mucho menos me importaba el Sr. Brown. Otra profesora tenía mi atención, y no parecía estar teniendo problemas con organizar la fila de los mocosos de primer año (que pronto entrarían al enorme autobús estacionado en frente de la escuela para pasar un día entero con su compañía en la reserva ambiental.
Continúe observando a Vero, ayudando a la última estudiante a que fuera a su lugar y cuándo término, puso sus manos en sus caderas y echó la cabeza hacia atrás, mirando el cielo nublado. Me estaba lastimando a mí misma, verla por primera vez después de la discusión de ayer y todo lo que quería era saltar por la ventana y pedirle disculpas de todo. Pero yo estaba en clase de química y ella estaba a punto de ir a esa estúpida excursión. Vero dio la vuelta lentamente hasta el frente del edificio y para mi sorpresa, puso sus ojos hacia la ventana de mi clase. La ventana desde donde yo me podía ver, incluso a la distancia. Su mirada, era distante, y consiguió dejarme peor de lo que ya estaba. Su expresión cuándo me vio era seria, por lo menos no estaba enfadad como ayer. ¿Por qué tuve que dejar que mi orgullo fuera mayor a lo que yo sentía por ella? Estás enamorada de una idiota, Iglesias.
Más atrás, la Srita. Kordei caminaba con algunos alumnos en dirección a la salida del colegio y pude ver como sus labios llamaron el nombre de Vero. Volví a verla, odiándome como siempre, hasta que ella dio la vuelta para ver a la Profesora Kordei y ayudó con la organización de los estudiantes. Mierda. Esa piraña iba a tener su día de suerte, pasando todo el día junto a una mujer hermosa, perfecta y que estaba insatisfecha por haber escogido a una niña "infantil" para tener una relación. Gran oportunidad de tener un polvo con ella. Cerré mis ojos cuándo desapareció de mi vista, tratando de impedir los celos que me quemaban por dentro y volví a concentrarme en la clase de química.
-¿Vas a estar igual el día de hoy?- Oí a Dinah preguntar en la hora de la salida y asentí, observando los autos que pasaban. No tenía manera de ver el auto vacío de Vero, estacionado en el lugar de siempre, y sin querer que ella saliera de la escuela, con su sonrisa habitual y atravesara la calle rumbó a su auto.
-¿Estás segura de que no vas a poder ir?- suspire, mirándola- Tener a alguien con quien hablar, me haría bien... creo
-No, mi madre no quiere que yo acabe siendo atacada por mosquitos del tamaño de una aceituna o cosas así- Dinah respondiendo, cruzando sus brazos y girando los ojos- Conoces a mi madre, súper protectora.
No pude reírme de un comentario tan real como ese. La Sra. Jane acostumbraba ser muy enérgica cuándo se trataba de proteger a Dinah.
-Que exageración DIOS mío, los mosquitos de tamaño de una aceituna, solo existen en África- dije, con una leve sonrisa en mi rostro.
-Lo sé, pero mi madre no lo sabe- DJ murmuró, un poco irritada- ¿Haz intentando decirle eso? Le va a entrar por un oído, pretender que te hace caso y luego salir por su otro oído.
Reí un poco más y ella cayó de la rosa conmigo. Solo ella puede hacerme reír cuándo estoy en este estado tan deplorable.
-¿Has hablado con Iglesias el día de hoy?- ella murmuro, pareciendo seria y sentí a mi estómago gruñir. Me había llamado la tarde anterior y le había dicho todo lo que había ocurrido en la clase. Dinah estuvo de acuerdo conmigo y dijo que debería decirle todo lo que había pasado con Jauregui y aun teniendo el riesgo de que Vero no me creyera. Durante el resto del día, estuve pensando en lo que debía hacer y decidí seguir sus consejos. Solo que no tenía una oportunidad para hablar con ella el día de hoy.
-No- respondí, sin mirarla- Está en la excursión hoy, ¿recuerdas?
-Y mañana será la tuya- DJ dijo, y yo pude sentir su mirada triste sobre mí- ¿Irás a su casa este viernes?
-Solo si me llama- dije, encogiendo los hombros, tristemente- No voy a aparecer sin haber sido invitada.
Desde la primera vez que fui a su casa, no había pasado de ir por las tardes los viernes, incluso una vez fui a ayudarla a corregir exámenes y trabajo, mientras hablábamos. Tal vez sería la primera vez que no iría, y todo por culpa de mi inmadurez. Aplausos para mí.
-Yo creo que ella te va a llamar- Dinah me animo, poniendo su cabeza en mi hombro de una forma cariñosa- Por lo menos para que las cosas se resuelvan.
-sí- sonreí débilmente, mirando vagamente los carros que pasaban por la calle.
-¡Camila Cabello!
Levante mi mano cuándo la directora grito mi nombre en el micrófono, estaba aburrida y con todo tipo de sentimientos negativos en relación a esa estúpida excursión. Me sentí peor cuándo el profesor Reid, con su habitual olor a estiércol, indicó que podía ir al bus con su gesto en su mano. Agarre mi mochila sobre el hombro, caminando lento, como si pudiera evitar esa tortura si caminaba lentamente.
-Ya te dije que escogieras un lugar y siéntate, Keaton- oí una voz murmurar cuándo me acerque al autobús y cuándo llegué a la puerta, vi a la profesora Jauregui y a Stromberg hablando en una distancia menor a la recomendada.
-Todo bien, profesora- él estuvo de acuerdo, lanzándome una mirada sorprendido, y yo entre al autobús. La profesora Jauregui pasó una de sus manos por su cabello, usando una técnica más que aprobado a tratarme con indiferencia y solo la ignore, entrando al autobús después.
Me senté en los 2 primeros asientos, evitando mezclarme con gente inútil que probablemente ya estaban iniciando un desastre en la parte trasera del autobús. Saque mi iPod de la bolsa y puse la primera canción grosera que encontré a máximo volumen, con una cara de pocos amigos. Tal vez porque no quería estar allí, en un autobús lleno de gente que yo odio, rumbo a un lujar lejano, lleno de hierba, suciedad y bichos. Tal vez porque yo quería estar con Vero y resolver las cosas entre nosotras, para exterminar el dolor que tenía en mi pecho y que me sofocaba.
No tardo mucho y el profesor Reid entro al autobús acompañado de Jauregui. Contaron rápidamente a las personas, para asegurarse de que todo el mundo estaba en el autobús y una vez terminaron, le señalaron que el conductor comenzara a conducir. Tome mis auriculares, pero (por desgracia) oía todo lo que Jauregui decía mientras el autobús se movía en sus primeros metros.
-Traten de no alejarse del grupo, el lugar es inmenso y un tanto confuso, así que nunca se es demasiado cuidadoso- nos advirtió, sería y note que sus ojos estaban especialmente verdes el día de hoy, y tal vez porque ella llevaba una camisa del mismo color- No se distraigan con animales o plantas exóticas que vean y presten atención a las explicaciones de los guías, información como las que les darán, no existe ni en los libros. Cualquier problema, basta llamar al Profesor Reid o a mí.
Mudo, el Sr. Reid sólo asintió lentamente para que todos los vieran y los 2 profesores caminaron hacia sus asientos, que por cierto estaban delante de mí. Yo debía saber que esta excursión sería peor de lo que imaginaba.
Puse mis audífonos, golpeando con mis pies el ritmo de la batería y mirando el cielo nublado. Sin tener que aguantar a nadie al lado de mi asiento tranquilamente ocupado por mi mochila, y me tome mucho tiempo para no distraerse con los edificios y árboles que pasan rápidamente por mi ventana. Pronto mis pensamientos volaron hacia Vero y me puse a pensar acerca de lo que podía estar haciendo en esta hora. Dando clase, probablemente. Intente evitar a mi mente que crease cualquier tipo de imagen de la excursión del día anterior, o que Vero fuera consolada por la Srita. Kordei, pero me fue imposible. DIOS mío, ¿Por qué rayos debo sentir celos? Ella era bonita y atractiva, pero adicta a la y definitivamente no era razón para preocuparme.
Algún tiempo después sentí una mano tocar mi hombro y salté del susto. Mire en dirección a la persona y me topé con que era Lauren Jauregui. Quite uno de mis audífonos (contra mi voluntad) y esperé a que ella iniciara a hablar.
-¿Trajo su celular, Cabello?- Asentí sintiendo un bello perfume invadir mis fosas nasales, e ignorando el hecho de que podía ser ella.- ¿Puedes pasarme tu numero? - pregunto, pareciendo decente por primera vez en la vida- Es en caso de que te pierdas en la reserva
-No me voy a perder- respondí sin mucha voluntad de darle mi número a Jauregui- Puede estar segura de ello.
-Puede ser, pero son normas del colegio- ella insistió, con una sonrisa amistosa, y le tuve que dar mi número. Que aburrida es mi escuela, por el amor de Dios. En cuanto termino de guardar mi número en su celular, agradeció rápidamente y volvió a sentar con el Sr. Reid, pero se olvidó llevar una cosa con ella, su maldito perfumo.
El olor estaba por todas partes y continúe escuchando música y pensando en cualquier cosa que pasaba por mi cabeza, por todo lo que restaba del viaje. Poco tiempo después, comenzó a caer una fina lluvia, explicando porque el cielo duro nublado durante 2 días. Y las nubes oscuras que se cernían adelante, dando señal que el tiempo mejoraría pronto.
-Chicos, llegamos a la reserva ambiental- Dijo la Profesora Jauregui unas horas más tarde mientras el conductor llegaba al estacionamiento, y mantuve mi iPod en la bolsa- Antes de salir, tomen sus impermeables, debido al clima lluvioso que estaba programado para hoy. Los distribuiré en la puerta del autobús.
Genial, tenía que hacer contacto con esa idiota otra vez. Agarre mi mochila y la puse sobre mi espalda, con una asa en cada hombro y espere a que la aglomeración de en medio disminuyera y en mi primer oportunidad, me metí a la fila
-Tu impermeable, Stromberg- escuche a la profesora decirle a Keaton - ¿No vas a querer que la lluvia arruine tu cabello, verdad?
Sé que la odio y me canse de demostrarle desprecio hacia ella, pero no pude no reírme con ese comentario. Hasta era graciosa cuándo solía burlarse de la gente, y también su perfume era un aroma adictivo, pero eso no tendría que importarme.
Todavía riéndose de su cara, logro que Stromberg se pusiera el impermeable, yo obtuve la mía, doblada en un plástico y evitando el contacto visual. Una broma y hecho que me haya hecho reír no quiere decir que ya me caiga bien. Estábamos en la reserva, ridículamente cubiertos con nuestro impermeable trasparente bajo la lluvia, que había aumentado considerablemente. Aquel lugar era ENORME, creo que jamás había estado en un lugar tan lleno de vegetación y tierra en mi vida. El único olor que podía sentir era el de tierra mojada, tanto que me dolía la cabeza.
-Antes de comenzar a conocer la reserva, les vamos a mostrar un pequeño documental sobre los efectos del calentamiento global y la explotación dañina del hombre hacia la naturaleza y también como favorece el desarrollo sustentable- El guía explico, y llegamos a una gran sala donde había una pantalla de cine, que ocupaba casi toda la pared.
Realmente odio este tipo de videos, el mundo ya está harto de saber lo que pasa en ellos. Sin ganas de hacer algo, me senté en una silla sobre los extremos más cercanos a la puerta de salida. Mientras menos gastará energía, mejor.
El video comenzó y yo no pensaba molestarme en escuchar o ver lo que pasaba. Estaba de mal humor y esperaba con impaciencia que terminará esa basura y pudiéramos empezar a observar las plantar y animales exóticos, que tenía esa reserva. Todo iba relativamente bien, hasta que sentí a alguien que venía a mi lado. No tuve ni siquiera que mirar, pues solo sentí su perfume y ya sabía quién era.
-¿Puedes disimular que estás menos aburrida?- Oí a la Srita. Jauregui susurrar entre dientes, bajando un poco su torso para mantener su cabeza cerca de mí y escucharme. Giré mis ojos, harta, y lentamente me encontré con los de ella.
-Puedes fingir que no existo?- murmuré con una expresión de desprecio, y la oí suspirar antes de que se alejara. No me convence que sea buena, su perfume es más aceptable que ella.
Quince minutos más tarde, me encontraba en la misma posición, con la cabeza apoyada en una mano y casi dormida. Mire vagamente a la enorme pantalla delante de mí, tratando de no dormirme y viendo que no iba a aguantar mucho tiempo, tome una decisión drástica. Me levante llevando mi mochila conmigo y me acerque al profesor Reid, quien estaba sentado en primera fila, al lado de la profesora Jauregui.
-Profesor, ¿Puedo ir al baño?- dije suavemente- Es urgente
-Estamos a mitad del documental, Cabello- el murmuro con la misma expresión de siempre- ¿Estás segura que tienes que ir?
-Es realmente necesario- contesté haciendo caso omiso de la mirada de Jauregui, que prácticamente me quemaba. El señor Reid, levanto una ceja pensativa, y después murmuró, derrotado:
-Sales de la sala, y es la primera puerta a la derecha.
-Gracias- sonreí, aliviada, y salí por la puerta. La lluvia dio una tregua mínima, dejando una fina llovizna cayendo, lo que me dio una cierta libertad para poder respirar aire fresco sin mojarme. Por el amor de Dios, nunca más pretendía ir a esa reserva para ver documentales como ese. Hablo enserio, una niña de 5 años sabe que el humo que sale de las chimeneas de las fabricas es perjudicial para el aire.
Más aburrida que nunca, agarré mi mochila y agarre mi celular para ver la hora solo para ver que faltaba mucho para irnos. Claro, acabamos de llegar. Apuesto que si Vero hubiera venido, todo sería mucho mejor y que estaría en las nubes, sonriendo y con mucha paciencia para soportar ese lugar. Suspiré tristemente, todavía falta para ir a casa, así que tuve una idea. Escribí rápidamente el número de Dinah y presione el botón de llamar.
Después de un par de minutos de conversación telefónica con alguien civilizado era estimulante. Tan pronto como escuche la grabación de la operadora diciendo que ya no tenía señal, y casi muero del susto cuándo una voz apareció atrás de mí.
-¿No que irías al baño, Cabello?- La Srita Jauregui, pregunto, irónica. Me gire deprisa, terminando la llamada y luego sus ojos verdes me miraron.
-¿Me estás siguiendo ahora?- gruñí, sin la mínima paciencia y haciendo un breve silencio durante unos segundos.
- Si yo no supiera de esa suya... Simpatía con profesores de biología, sus respuestas atravesadas serían desalentadoras- ella finalmente respondió, con una llamativa cara, y con el cinismo típico de alguien que sabía demasiado. Mis ojos se ampliaron sin darme cuenta y mi corazón se aceleró. Ella no sabía, ella no podía saber.
-¿De qué está hablando?- pregunte, usando mi capacidad de mentir para controlar los músculos de la cara y no delatarme. La profesora Jauregui dejo escapar una risa irónica y cruzo sus brazos.
-Ah ¿No sabes de lo que estoy hablando?- ella repitió, con los ojos puestos en mí y dio un paso hacia a mí- ¿Así que solo basto una pelea para ponerte así?
Sentí una inmensa rabia en mi garganta. Mierda, ella sabía. Probablemente ella le había dicho, hasta nuestra pelea de hace 2 días lo sabía. Respiré profundamente, controlando mi ira y con una voz firme, le dije:
-Déjeme en paz.
-¡Já! Ahora sabes bien de lo que estoy hablando- La Srita Jauregui sonreía, con una mirada divertida- Podemos hablar de igual a igual.
-Yo nunca seré igual que usted- dije, casi aplastando mi celular con la mano que estaba en forma de puño- prefiero suicidarme antes que vivir de la misma manera que tú.
-No te vengas a hacer la sufrida, Cabello, sé muy bien toda la mierda que dices de mi- Dijo, dando un paso hacia mí- Iglesias me ha contado todo, cada detalle, cada palabra, cada conversación y no me gusta que ahora estés enojada y sacando las uñas.
-¿Sacando las uñas? ¿Yo? ¿Segura de que ese discurso no tendría que ser mío?- Reclame, enojada, con el ceño fruncido y la voz un poco más fuerte- Si alguien saca algo, ese alguien es usted.
-No sé si sepas esto, pero es muy feo hablar de alguien sin pruebas- Dijo con una mirada furiosa- Entonces creo que deberías quedarte en silencio si no quieres afrontar las consecuencias.
-¿Y cuáles serían esas consecuencias? Porque ¿Acaso tienes pruebas contra mí?- Pregunte, levantando las cejas con un tono intimidante, y ella no dijo nada, he dejado que el odio que
tenía reprimido se desbordara.- En la primera oportunidad que intentes hacerme cualquier cosa, Jauregui, yo simplemente entro en esa porquería de dirección y cuento todo que usted me ha obligado hacer, y que se vayan al carajo las pruebas. Creo que la directora no quiere saber de tus travesuras y si habrá acción de una estudiante indefensa versus una profesora con reputación de pedófila. Incluso aunque no la corran, tu imagen de santa no duraría mucho.
Lauren me miró durante unos segundos y sentía que su mirada amenazante, yo había conseguido lo que quería: Hacerla enfadar. Después de largos segundos callada, ella finalmente hablo, llena de ira:
-Puedes ir, pero ten la certeza de que me llevaría a tu querida Iglesias, conmigo.
Trague en seco. No, ella no tendría que incriminar a Vero, tomamos todas las precauciones posibles e imaginables. Definitivamente estaba muy equivocada.
-¿Sabes que creo?- pregunte con una sonrisa y levantando las cejas en tono de superioridad- Estás celosa de Iglesias.
La profesora Jauregui hizo cara de incredulidad, como si Vero estuviera mal, así que continúe:
-Así mismo, tienes celos de ella ¿Sabes porque? Porque nunca has sido, no eres y nunca vas a ser la mitad de mujer que ella es. Y por ser más mujer que tú, no necesita nada para conseguir a una chica y que tú nunca tendrás la decencia de conseguir.
Como lo predije, Lauren hizo cara de enojo, mientras que yo sonreía malévolamente. Realmente era bruta, era demasiado fácil dejarla sin respuesta. Así que no tuve que aguantar la porquería ni del documental ni la de Jauregui, iba a ir al baño, y una vez que lo hice, sentí su mano agarrar firmemente mi brazo y alarme lentamente hacia ella, hasta que en mi oído sentí su aliento.
-Te arrepentirás de todo esto
Levante mi mirada hacia ella y ella soltó mi brazo violentamente. Lauren dio la vuelta y regreso a la sala, dejándome temblando de ira ¿Acaso tengo que soportar las amenazas de esta idiota?
Una de la tarde. La lluvia se había intensificado y a pesar de que las personas habían tratado de quitar los charcos, yo sentía que me hundía en ellos. Cada paso requería un enorme esfuerzo para no hundirme en el lodo. Cuándo mi estómago gruñía, sabía que estaba empezando a dar señales de hambre, y los guías nos enviaron a la cafetería, donde nos esperaba comida decente. Comí un poco, para no terminar con un desmayo y poder ver y explorar la selva. Todo lo que explicaba el guía sobre las especies de plantas y animales eran cosas que yo ya sabía, y no me importaba mucho por el momento. ¿Por qué tuve que venir a esta excursión? Ah sí, porque cierta profesora era la encargada de acompañarnos y yo definitivamente pretendía parar mi día con ella y no con la idiota que la reemplazó.
Mientras caminábamos por los árboles, yo estaba harta de ver tanto verde y marrón a mi alrededor, estaba entre los últimos del grupo, un poco más lejos del guía y su voz molesta. Mi cabeza ya estaba harta por ese olor insoportable y las preocupaciones que abordaban mi mente. Observe vagamente la vegetación a mi alrededor, encontré un pájaro posado sobre una rama, y una leve sonrisa salió en mi cara. Sus colores eran brillantes que no podían camuflarse entre las hojas y a pesar de la lluvia, decidí buscar mi teléfono para fotografiarlo. Como si leyera mi mente, el ave estaba paralizada y solamente después de 3 fotos el animal se fue. Sería interesante que ella lo viera, porque no tuvo la oportunidad de verlo.
Cuándo guarde mi celular en mi mochila, molesta porque no tenía señal, me di cuenta de que mi llavero se perdió. La que me había dado aquel llavero era mi abuela, que ya había fallecido, Era una hermosa bailarina con una pierna flexionada, y pies firmemente doblaron, en una pista perfecta y también corregir postura. Aquel llavero siempre había sido mi adoración, incluso después de la muerte de mi abuela. Recuerdo verlo cuándo cogí mi celular para ver la hora y ahora ya no estaba allí.
Di la vuelta, viendo en el suelo, buscando algo color rosa, pero no he encontrado nada. Pasos más adelante.. Y nada. Miré hacia atrás y aún podía ver mi grupo, distante, pero aún podía verlo. Tranquila en cuestión de no perderme, continúe caminando en dirección opuesta preocupada por mi llavero, mirar hacia atrás otra vez un poco más tarde y pude ver que mi grupo se había ido. Genial ellos se fueron. Sin la menor intención de perderme o dejar mi llavero, dudé unos segundos en volver a seguir al grupo. Encontrarlo, solo sería cuestión de convencer a alguien con la búsqueda de mi llavero.
Camine rápidamente en dirección a mi clase, y oí a mi guía no muy lejos. Me di la vuelta en una curva hacia el frente y apenas tuve tiempo de frenar porque vi a una persona que iba en la dirección opuesta. Carajo ella en verdad me estaba siguiendo.
-Te dije que no te movieras del grupo- La profesora Jauregui gruño entre dientes- ¿Puedes hacerme ese favor?
-Yo perdí mi llavero- hable, mirando mis botas, sin la menor intención de mirarla, esa persona era la menos indicada para ayudarme.
-¿Y eso a mí me interesa?- ella pregunto y yo pude ver su típica expresión de libertinaje en su cara- Compra otro.
-No puedo, tiene que ser ese- exclame y vi que ella no me ponía atención- tiene un valor sentimental.
La señorita Jauregui dio vuelta a su cuerpo totalmente hacia a mí y solo me miro durante algunos segundos
-Lo siento, yo no soy Iglesias- susurro, cínicamente- Y me importa un bledo tus sentimientos.
Levante mi mirada, sin saber que decir. Tolo lo que ella hizo fue hacer una sonrisa victoriosa y volvió a caminar a la dirección del grupo. Eche una mirada triste, tratando de sentir que ya no podía recuperar mi llavero, y seguí mi dirección hacia la de ella, sin mirar la cara de esa cretina... Mi día estuvo genial.
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My Biology [Español] 1ª Temporada (Camren)
Romance¿Qué haces cuando te encuentras involucrada sentimentalmente con tu profesora de biología, pero te sientes terriblemente atraída por tu insoportable profesora de laboratorio? Camila no esperaba estos giros en su último año de secundaria e incluso su...