Capitulo Dieciséis

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-Hola Andy- dije cuando llegue a la recepción del departamento a las 3 de la tarde.

-Hola Camila- dijo el, vagamente, concentrado- Su tía me dijo que cuando llegaras subieras rápidamente, tal parece que ella tiene un poco de prisa el dia de hoy.

-Mmmmm de acuerdo- tartamudeé, tratando de contener la risa cuando le di la espalda a Andy, mientras caminaba hacia las escaleras. Yo nunca me voy a acostumbrar ser conocida bajo el falso nombre de la "Sobrina de Vero" tal vez no me acostumbraría ni aunque en verdad lo fuera. Comencé a dar los pasos rápidamente, escuchando algunos ruidos de llaves y cerraduras, y tan pronto como llegue al primer piso, Vero ya estaba a mi lado, arreglando una mochila en sus hombros.

-¡A tiempo!- ella dijo, dándome un beso rápido y luego dejándome pasar, momentos después sus manos se entrelazaron entre las mias.

-¿Cuál es la prisa?- hable, frunciendo el ceño, y Vero giro sus ojos, como si la respuesta fuera obvia.

-Todo el tiempo que tengo a tu lado en este fin de semana, esta contado- Explico suavemente, mientras sus manos me acariciaban- Tenemos que aprovechar al máximo cada minuto.

Vero me sonrió, emocionada y yo, luego de ver su sonrisa radiante, se reflejó involuntariamente en mi rostro. Su rostro tiene poderes sobrenaturales, yo siempre supe de ello.

Bajamos y pasamos rápidamente al lado de Andy, quien nos saludó, salimos y llegamos al coche. Dejamos nuestras mochilas en el asiento trasero y entramos al vehículo, que aún no arrancaba. Vero todavía lucía una sonrisa, está aún más amplia que la anterior.

-Es tu ultima oportunidad para dejarme un poco menos ansiosa y decirme a donde vamos- suspiré, educadamente, después de algunos metros recorridos en silencio. Ella levanto una ceja y sin mirarme, una sonrisa salió de sus labios. Parece que mi poder de persuasión no servía más. -Está bien- volví a hablar cuando no escuche una respuesta- Esto podría ser más....divertido, pero si lo pones de esa manera...ya sabrás tú.

Vero hizo más larga su sonrisa, moviendo su cabeza negativamente en señal de desaprobación

-¿Esa es tu forma en la que me vas a convencer?- pregunto, mirándome de una forma inteligente- ¿Crees que no vengo preparada para resistir tu chantaje?

-Te odio- vire los ojos lo más naturalmente que pude, haciendo para atrás el asiento y haciendo reír a Vero. Ella siempre reía de todo lo que yo hacía, ella siempre sacaba ventaja de eso en los momentos en lo que yo no sabía disimular alguna cosa

Continuamos con nuestro viaje, hablan de vez en cuando, cantando canciones que estaban en la radio y haciendo cosas placenteras que se pueden hacer en un carro. Yo sabía que estábamos saliendo de Miami, más desconocía las ciudades que estábamos, no conocía las ciudades cercanas, y no podía ubicarme. Muy extrañamente, después de una hora, me estaba riendo como loca de las locuras que Vero estaba platicando, termine un poco mareada y casi dormida. Una hora después el sol inicio a caer por el este.

Tuve que parpadear varias veces para poder enfocar bien, miré a mi alrededor tratando de averiguar dónde estábamos, pero anda me resultaba familiar. Definitivamente, yo nunca había estado en ese lugar antes.

-Buen día, bella durmiente- Vero dijo, colocando una mano sobre mi muslo y acariciándolo- Tu y yo solas en un auto y todo lo que haces es dormir? Que decepción

-Tú elegiste estar así, no te olvides de eso- le recordé, cuando ella no pudo contener la risa, gire mi rostro y le regrese la sonrisa un tanto pícara.

-Casi llegamos, solo serán unos minutos- dijo ella, pasando sus dedos por mi mejilla y concentrándose en el tráfico.

Mi ansiedad aumentaba en cada curva, hasta que ella giro hacia una calle desierta y estaciono su carro enfrente de una bella casa de playa. Vero apago el carro  suspiro y giro hacia a mí con una expresión ansiosa. Yo apenas lograba tener control sobre mis músculos faciales de lo impresionada que estaba con aquella belleza arquitectónica ante mis ojos.

-Entonces...- oí a Vero preguntar, estudiando mi reacción- ¿Qué opinas?

-¿Y...Ya llegamos?- pregunte, atónita, y ella apenas sonrió, de una manera significativa. Y entonces vi que su sonrisa era de oreja a oreja.

Aquel lugar era lindo, y ahora que el motor del coche estaba apagado, era posible oír las olas en algún lugar cercano. Simplemente era perfecto.

-Vero...yo...no sé qué decir- balbuceé, mirando para la casa y para ella, sin conseguir decir a cuál de las 2 mirar- Es linda

-Lo sé- asintió, cariñosa- Y es nuestra por todo este fin de semana.

Miré sus ojos, en donde se notaba su felicidad y comencé a reír, maravillada con todo. Verónica Iglesias puede ser solo un producto de mi imaginación, porque es demasiado perfecta para ser un simple humano. ¿Qué tenía en mi cabeza para pensar que alguien que alguien me podría hacer sentir todo este amor?

-Tu en definitiva, no existes- dije, mordiendo mi labio inferior y ella soltó una risa divertida

-Hm, yo si existo- ¡Oops! Parece que alguien no entendió el chiste- Puedes probar que si soy real- dijo con dobles intenciones.

-Oh...lo eres?- murmuré, aproximando mi boca a su oído y deslizando mi mano peligrosamente a la parte interior de su muslo, cerca de la ingle- Lo probaré

Vero cerro sus ojos lentamente, aceptando mis caricias, acerco su mano a mi rostro, acomodando mi cabello detrás de la oreja.

-Compórtate- ella susurro, mientras me daba besos por el cuello- Guarda un poco de eso para el resto de la semana

Sonreí, emocionada con los besos que ella me daba, y mordí el lóbulo de su oreja, haciendo que le dieran escalofríos mientras le deslizaba por mis dientes. Vero me miraba, se veía ausente debido a la provocación que le daba, y después soltó un suspiro.

-Pensándolo bien, creo que retiro lo dicho- me dijo, asintiendo con su cabeza y las cejas levantadas- Estoy segura que nuestro fin de semana será divertido.

-Tonta- la regañe, fingiendo un tono de reprobación en mi expresión en mi voz, y ella me sonrió, tímidamente

-¿Qué te parece si entramos?- sugirió, respirando profundamente de una manera dramática y haciéndome reír.

-Buena idea- concordé con ella- Necesito ver la casa, confirmar si es tan linda por dentro como por fuera

-Andando- Vero sonrio, saliendo del carro después y entrando a la casa, me sentí como una niña frente a una casa tamaño real de Barbie.

-Linda ¿No es asi?- Vero murmuro, colocando nuestras mochilas sobre el sofá que estaba detrás de mí. La miré para retribuir la mirada que ella me daba, y asentí, maravillada

-Es perfecta- sonreí con el corazón acelerado. Vero me abrazo por la cintura y coloco su cabeza en la curva de mi cuello.

-Como tú- susurró, cariñosamente frotando la punta de su nariz sobre mi piel.

-No puedo esperar- dije, estrellando mis labios sobre los suyos, no puedo cansarme del sabor de sus labios ¡Por Dios! Son maravillosos, continué saboreando sus labios, succionando y mordiéndolos un poco, fui bajando lentamente hacia su cuello besándolo y dejándole pequeños chupetones.

-Continua así y no saldremos de la casa durante todo el fin de semana- dijo cerca de mi oído al romper el beso. Vero me beso profundamente yo deslice mis manos desde sus hombros hasta su espalda. Comencé a estirar su camisa para cima, sintiendo aquel conocido calor entre mis piernas, y Vero interrumpió el beso por dos segundos para quitarse la blusa.

Tenía toda la intención de seguir cuándo el recuerdo de Lauren llego a mi mente.

My Biology [Español] 1ª Temporada (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora