Luna Llena Color Rosa Chicle (Remus & Tonks)

Capítulo diez

[Remus]

-¿Sabes Canuto?... tengo que hacer algo antes, ya vengo-.

-Oye... no tardes-.Le meneé la cabeza y desaparecí, luego al abrir los ojos me encontraba en Londres, caminé un par de calles y encontré mi objetivo, la tienda de sobreros y gorros, hacía mucho que no le regalaba uno, así que me introduje en el lugar.

**********

[Tonks]

Tirada allí en la cama me abracé a una almohada, no sabía si llorar gritar o que... tenía los nervios de punta, entonces se abrió la puerta y Sirius entró. Corrí y lo abracé.

-Tengo miedo-.

-No temas, alégrate, no importa en qué situación estés, un hijo siempre puede alegrarte el día, sigue el ejemplo de Lily y James, nunca se rindieron-.

-No puedo ser tan fuerte como Lily-.

-Tienes que serlo... yo creí que nadie podría soportar lo que James sufrió pero comprendí que por amor sí lo es-.

-Seré fuerte por mi hijo... te lo prometo, en verdad, lo prometo Sirius-.

-Sólo quiero que sepas que pase lo que pase cuentas con el tío Sirius quien es un alcahueta y te sonsaca todas tus locuras-.

-Ya lo sé, por eso Sirius es mi tío consentido-.

-Me alagas... mira que elegir entre Regulus, Narcissa, Bella... puff, me siento honrado-. Ambos reímos, sí, no era tan difícil decidirse.

-Me voy, no quiero interrumpir-. Fruncí el ceño y salió de la habitación. Me volví a acostar y enseguida apareció Remus, llevaba una bolsa en la mano, lo miré asombrada.

-Lo siento... lo siento Dora... es sólo que... no era lo que esperaba, pero... creo que después de todo por algo pasan las cosas y... respondiendo a tu pregunta, te quiero mucho-. Le sonreí... le creía, no podía dejar de hacerlo, sabía que me quería.

**********

[Remus]

Su sonrisa me cautivó, pero decidí ignorarla, miré la bolsa que traía en la mano y se la extendí.

-Lo compré para ti... es por la maravillosa noticia que me has dado-. Ella me abrazó y tomó la bolsa.

-Gracias Remus... te quiero-. La abrió y encontró un gorro con muchos colores, lleno de bolitas y estrellitas.- Es hermoso, gracias-.

-De nada, es lo menos que puedo hacer-.Me sonrió.- Adoro tu sonrisa-. Y se sonrojó.- Y tus mejillas rosadas-.

-Yo... yo adoro a ese magnífico ser humano que conozco y que sé que aunque se esconde, siempre sale a la luz-.

-Hay algo más escondido-. Murmuré.

-Sí... amor-. Me abrazó y le rodeé la cintura.

-Tenemos que pensar qué haremos... no sé si quieres que se enteren los demás-.

-¡No! Aún no, tal vez después pero por favor ahora no-.

-Bien, entonces tenemos que avisarle a Sirius que no diga-.

-¡Molly!-. Lo escuchamos gritar.

-Oh no-. Coreamos ambos y salimos corriendo, bajamos rápidamente las escaleras.

-Molly adivina...-. Dora y yo abrimos los ojos, Sirius le hablaba a la espalda de una Molly picando pimientos. Dora le tapó la boca y yo lo sujeté jalándolo afuera de la cocina.- Hey-.