Capítulo diecisiete

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[Tonks]

Días. Varios días habían pasado desde aquello. Le había avisado a mis padres que me quedaría con Sirius hasta que había sanado mi ojo y desaparecido el parche. Remus se había mostrado muy atento y eso, a Sirius le causaba mucha risa, sin embargo a nosotros no, cada día pasábamos más tiempo juntos, aunque no como amigos, sino como colegas, como compañeros de la Orden.

Ese día llegó temprano el periódico.

-No me digas que estás suscrito a esa cosa-. Le dije mientras él tocaba el piano.

-Sí, uno tiene que saber qué estrategia utiliza el enemigo-. Me respondió él.

-Hum... pues, están utilizando una muy buena-. Le dejé el periódico enfrente y él abrió los ojos.- ¡Canuto!-. Grité y escuchamos como bajó corriendo por las escaleras.

-¿Qué?-. Los risos se le habían alborotado por la corredera

-Te han descubierto-. Le dijo Remus y le aventó el periódico en la cara.- Se ha visto a Sirius Orión Black en Londres-. Le reprochó Remus.- Te lo dijimos-.

-Oye, tranquilo, ya no saldré, lo prometo-.

-Sirius... ¿Por qué tus bucles están llenos de pintura?-. Lo miré, estaban salpicados por toda la pintura.

-Ah... ya verán-. Y nos sonrió.- Me voy, sigan en... lo... suyo...-. Meneó las manos rápidamente como si tocara el piano. Remus y yo nos miramos con muecas diciendo "Raro" sin embargo él siguió en lo suyo y yo en lo mío.

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[Remus]

Nos alegraba mucho tenerla allí, ella nos levantaba el ánimo, nos hacía reír y gracias a eso, Andrómeda y Ted nos visitaban más seguido y Sirius cantaba a menudo, cierta ocasión, fuimos los tres a dar una vuelta por los bosques y ella solía prepararme la poción para luna llena, así los efectos reducían. Sin embargo, seguía negándome a sentir algo más por ella.

Los días fueron pasando, luego de que supimos que habían descubierto a Sirius, las cosas iban empeorando día y noche, Sirius y yo no podíamos salir a la calle, por el hecho de ser tan allegados a Harry nos buscaban lo mortífagos. Aquel día Dumbledor había dejado el castillo, Umbrige se había nombrado directora del colegio y las cosas se iban a poner peor.

-Remus-. Escuché en el pasillo un golpe y luego como ganchos y cosas se caían.

-Tonks-. Dije sonriendo, me giré y allí estaba ella cubierta de tierra de las manos.- ¡Merlín!-.

-Ya, no hay tiempo, necesito que me ayudes-. Estaba agitada.

-¿Qué sucede?-.

-Ven conmigo, corre-. Me tomó de la mano y sacó de la casa casi volando y tirando todo a su paso.

-Dora, me estas asustando-. Me llevó corriendo hasta el parque abandonado que estaba cruzando la calle, brincó la reja y yo tras ella.- Ya casi llegamos, corre Remus-. Esquivábamos las ramas y la maleza, hasta que llegamos a una banca rota donde una chica estaba tirada y pálida, y una gran barriga se distinguía de entre su huesudo cuerpo.

-¿Qué hace aquí?-. Pregunté.

-Ni idea, yo solo me aparecí aquí y... así estaba-.

-Mi... mi hijo... mi... bebé-. Murmuraba mientras comenzaba a quedar inconsciente.

-Remus, tenemos que llevarla a un hospital-. Le toqué la frente.

Luna Llena Color Rosa Chicle (Remus & Tonks)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora