Love don't die. [Larry Stylinson][Alternativa][Stubborn Love]

Tormenta de nieve y otras cosas.

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Harry abrió los ojos despacio, parpadeando repetidas veces, desorientado. No estaba en su cama, ni en su casa, por lo que se alarmó. Se quiso sentar en la cama, pero un brazo lo retenía por la cintura, y una cabeza estaba apoyada en su hombro. Eso le hizo recordar dónde estaba, una sonrisa cruzó su rostro.  Miró a William dormir plácidamente como un perrito, ya no se veía tan mal como la noche anterior. Harry lo observó dormir, sus pestañas danzaban en su mejilla, sus labios seguían estando rojos. Will arrugó la nariz, bajó un poco la cara y se escondió en el pecho de Harry, el rizado se mordió el labio. Will no podía ser más tierno.

Se movió otra vez. Will se separó de Harry abriendo los ojos perezosamente, lo miró y sonrió aún adormilado.

—Buenos días.— le dijo, con la voz ronca.

—¿Cómo amaneciste hoy?.— preguntó Harry, preocupado.

—Mejor que nunca.— Will apoyó su cabeza en la almohada mirando el techo blanco.

—¿Quieres desayuno?.— Harry se apoyó en  su codo, mirándolo. El oji-azul giró la cabeza en su dirección sonriendo avergonzado

—Si no es mucha molestia.— comentó.— soy un asco cocinando enfermo.— mintió, sólo para que Harry cocinara para él.

El rizado rió levantándose de la cama. El frío le llegó a los huesos casi al instante, aún así, caminó a pies descalzos por la habitación, siendo seguido atentamente por los ojos azules de Will. Harry fue a la cocina, buscó los implementos que utilizaría en los muebles blancos, como si fuese su propia casa, e hizo huevo, con tostadas y un café. Al terminar, llevó todo eso en una bandeja a la habitación de Will, el chico de ojos azules le sonrió, sentándose en la cama.

—No debías haberlo traído.— rió.

—Estás enfermo.— comentó Harry sentándose.— deberías estar feliz, te estoy mimando.

—Claro que estoy feliz.— Will comió de su tostada.— siempre me ha encantado que me mimen.

—¿Y tú hermano?.— preguntó Harry al no notar la presencia del chico de dreadslocks.

—El muy ingrato se fue con su novia a-no-me-interesa-saber-donde.— Will se encongió de hombros.— sólo espero que usen protección.

Harry casi se ahoga con su tostada. 

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Después de haber terminado el desayuno y haber tenido un gran charla en la cama de Will. Los chicos se decidieron hacer algo por su vida. Harry se había quedado la noche anterior, pero no planeaba quedarse más. Sin embargo, el clima no opinaba lo mismo.

—Mierda.— comentó Will, mirando el noticiero.— los caminos están cortados. Hay una tormenta de nieve.

—¿Qué?.— dijo Harry, se acercó a una cortina y la abrió. Sus ojos no daban crédito a lo que veían. En efecto, todo estaba cubierto de nieve de al menos unos quince centímetros de alto.

—Al parecer tendrás que quedarte aquí.

La sonrisa de Will no pasó desapercibida para Harry pero él no dijo nada. El muchacho de ojos azules le prestó algo de ropa a Harry para que se duchase tranquilo. El rizado batió un tiempo récord en la ducha, salió vestido y con el cabello goteando con pequeñas y cristalinas gotas de agua, usaba un sweater plomo que olía como Will, aún así seguía conservando sus ajustados jeans. Will fue el segundo en bañarse y al igual que Harry salió en menos de diez minutos, con un sweater azul que hacía que sus ojos se vieran hermosos, unos jeans negros y pantuflas.