Will y sus cursilerías.

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La relación de Harry y William se convertía, con el pasar del tiempo, más estable y seria que antes. Tanto así, que el oji-azul se fue a vivir a casa de Harry, dejándole la suya a su hermano menor Thony y a sus novias, una nueva que llevaba cada dos semanas.

Pasaban más tiempo juntos al no estar moviéndose de un lugar a otro, tardes felices de mimos y caricias, alguna que otra película y comida, mucha comida. Se desenvolvían bastante bien como pareja. William poseía las cosas que le faltaban a Harry y Harry las que le faltaban a Will. Eran un complemento perfectamente bueno.

Ambos cooperaban con la aseo y orden de su hogar, sin reclamar, jugando al tener días de limpieza y riendo a carcajada suelta; al igual con el dinero para los alimentos de la despensa, las cuentas y lo que faltase, en ese sentido se entendían bien; sin embargo, como en muchas relaciones, a veces, peleaban. Se mataban a gritos por cosas ridículas, por cosas con una gran importancia y por cosas medias; entre otras. Aún así, ellos no podían estar enojados, ambos sabían que cada uno tenía la culpa de algo y en algo, por lo que, dejando todo el orgullo de lado, pedían perdón y se acostaban juntos disfrutando de una buena noche.

Y así, era siempre.

Las horas, los días, las semanas y los meses pasaban con una rapidez impresionante y para ellos, aún más rápidos teniendo a alguien con quien compartir ese tiempo. 

Will miró la ventana.

El calor no parecía ser un gran problema para las personas, aunque la mayoría iban con poleras cortas, al igual que los pantalones y sandalias. Estaban en plena época de verano y era extrañable tener un clima así, tan caluroso. El oji-azul sonrió. No era un día especial, ni un aniversario de bodas, ni un cumpleaños, ni un nacimiento, ni una noticia, ni un día en el que alguien murió, ni una babyshower, pero para Will ese día suponía un acontecimiento importante, no tenía nada que ver con algún anuncio de su grupo favorito o que alguien le declararía la guerra a un país, no. Sólo era un acontecimiento que Will quería crear ese día, algo de lo que nunca se olvidaran él y Harry. Algo especial, sólo para ellos dos. Sería como un aniversario sin serlo exactamente y tomarían ese día prestado.

Después de la boda de Liam, Harry le repetía con frecuencia cuánto le amaba. Se lo recordaba en las mañanas al despertar, a la hora de comer, cuando estaban acostados, incluso, cuando Will hacía algo tan básico como llever la basura fuera de la casa. Will sospechaba que tenía relación con su antiguo novio, quizá Harry no había tenido el tiempo suficiente para expresarle su amor y por lo que sabía, la vida se lo arrebató de una manera horrible cuando recién empezaban a estar bien y juntos, por lo que no se quejaba no reclamaba ante las muestras tan cariñosas de su chico de ojos verdes. Y era por esa razón que Will le haría algo especial.

Nunca fue alguien de expresar sus sentimientos, menos de hacer cosas cursis y melosas. Pero como dicen: el amor cambia hasta el más duro de corazón y eso exactamente estaba pasando con él.

Pasó por su cabeza, húmeda y sus cabellos aún goteando con agua, una polera azul manga corta con un estampado de algún dibujo animado que hace mucho no veía y que ya no le interesaba, se colocó bóxers plomos sin darle en realidad mucha importancia, unos pantalones cortos negros y sus vans. Aprovechó la oportunidad, sabiendo que Harry estaba en la universidad. Tomó llaves y dinero, sonriendo como idiota. Porque eso causaba Harry en él, esa idiotez típica de enamorado.

Salió de casa a paso apresurado. En algún lugar del centro, muy lejo de su hogar, había encontrado el sitio perfecto para llevar a cabo su maravilloso plan. Caminó por entre las personas, pasando fuera de librerías, tiendas de ropa y ferreterías, el clima no podía ser tan genial. Finalmente, llegó a el local. Las grandes puertas de vidrio se alzaban sobre él como monumentos. Tomó una respiración para controlar su emoción y entró. El local dentro era elegante, simple y moderno. Las mesas de vidrio, las sillas negras, el suelo con baldosas blancas, y un gran candelabro en forma de araña que colgaba del techo de piedra. Un poco más a la izquierda se apreciaba una escalera que conducía a la terraza. Will sonrió acercándose al mostrador.

Love don't die. [Larry Stylinson][Alternativa][Stubborn Love]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora