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Era domingo estaba en la cocina haciendo la cena con mi padre, cuando de repente formula una pregunta que realmente no sabia como responder.

—y ese tal Scott, ¿es tu novio o algo?—me preguntó mientras aliñaba la ensalada.

—¿Que?, no como crees, es un muy buen amigo nada mas que eso —trate de verme tranquila.

—no creó que él piense igual—dijo Zac que entraba a la cocina.

—a que te refieres gemelito— le pregunte apuntándolo con él cuchillo.

—habla todo él día de ti, ya sabes esta en la mayoría de mis clases y nos hicimos amigos—me respondió mientras iba en dirección al refrigerador y se servía jugo.—y te mira como si fuera un no se, creo que le gustas.

Mis ojos se abrieron completamente mire a papá y este me estaba mirando con cara de "te pille".

—hija, ¿te gusta ese muchacho?—preguntó mi padre dejando de lado los condimentos.

—si papá—le dije bajando la cabeza, tenia ese tipo de confianza con el, si no le decía seria peor.

Papá reacciono mejor de lo que creí, dijo que Scott se veía buena persona y todo.

Que esta pasando...

Lo único que me dijo fue que si me hacia daño él no se hacia responsable de los daños colaterales.

En cambio Zac lo único que hizo fue burlarse de mi, "uuuuy la pequeña esta enamoradaaa" "invitare a Scott a casa deberías ir a arreglarte" "Lucy y Scott se fueron a pasear, Scott le dijo..." fue alguna de las cosas que me dijo antes que le arrojara una cuchara de palo por la cabeza.

Luego de la cena —que por cierto fue un mas un martirio de burlas que una cena— me fui a mi habitación y prendí él televisor dispuesta a ver alguna serie pero él sueño me venció.

Desperté a eso de la 1 de la madrugada, porque sentía que golpeaban la ventana de mi balcón, me levanto y corro la cortina, él piso del balcón estaba lleno de piedritas, abro la ventana me asomo hacia abajo y me encuentro con un Scott muy sonriente.

—¿que estas haciendo ahí?—le dije en un susurro y con una sonrisa de oreja a oreja.

—sorpresa—me respondió mientras agarraba la escalera que estaba junto a la bodega del patio. En un dos por tres ya estaba arriba.

—hola pequeña— me saludo, se inclino y me dio un tierno y dulce beso en mi mejilla.

Siempre encontré que cuando decían "no me lavare este cachete nunca mas" era lo mas asqueroso del mundo, pero todo cobraba significado ahora.

—es tarde, ¿que haces aquí?.

—necesitaba hablar con alguien — en él momento que dijo eso su rostro cambio a uno de miedo —.

Yo asentí. Hice que se sentara en mi cama y yo hice lo mismo.

—Mi madre tiene a alguien Lucy.

Sinceramente no le encontré nada de malo. Solo seguí escuchando.

—No me quiere decir como se llama ni nada pero ella dice que es genial.— dijo y se rasco la nuca.

—Nunca es bueno estar solo Scott.

—Yo lo se es que no quiero que vuelva a sufrir de nuevo. Hemos pasado por mucho y seria horrible tener que hacerlo otra vez.

Podía notar la angustia que sentía. Hice que se sintiera bien, le dije que su relación no debía porque cambiar y que si sentía inseguro debía decírselo a su madre, eso era lo mejor. Momentos después ya estábamos riendo como siempre.

Hablábamos creo que ¿hasta las 4 de la mañana? Sin dudas fue increíble.

Cuando despierto por él sonido de la alarma. Siento algo en mi cintura pero no se muy bien que es, estar adormilada no ayuda mucho que digamos. Apago la alarma y siento que algo atrás de mi se mueve me giro y es Scott.

Que, que que mierda.

Que hermoso, hasta un lunes por la mañana se ve hermoso.

Me lo quedo viendo por unos minutos, siento que se esta despertando, giro y me hago la dormida.

Dignidad ante todo.

—Tantos años esperando a poder volver a verte pequeña, te prometo que no me volveré a alejar de ti nunca mas— beso mi frente y se volvió a acurrucar junto a mi.

Una lágrima recorrió mi rostro, y por un momento sentí que era absoluta y completamente feliz.

(...)

Mis ojos se abren.

Oh no volví a quedarme dormida.

Scott esta en la misma posición solo que ahora yo estoy del otro lado y su cabeza esta escondida en mi cuello.

¿Que esto podía ser mas perfecto?

Un momento ¿que hora es?

10:39 am

No fui a la escuela.

Scott no parece preocupado, es mas su respiración hace notar su estado de sueño, mas bien estado de coma.

Su respiración era constante, parecía un niño pequeño.

Inconscientemente mi mano se acerca a su cabello y empiezo a acariciarlo.

Repito. ¿Esto podía ser mas perfecto?

Siento mi celular sonar, me muevo con cuidado y contesto. Es papá.

Le pido al señor que no allá entrado a mi habitación.

—hija hola, no quise despertarte, con los muchachos pensamos que querías descansar, ¿te sientes mal?.

—no papá tranquilo, me duele un poco la cabeza, pero estoy bien.

Le mentí, esta mal lose, ¿pero que querían que le dijera?.

No papá esta todo bien, Scott vino anoche durmió aquí y ahora esta abrazado de mi cintura.

Me despedí y colgué.

Podría empezar a ser yo, ya saben ponerme nerviosa decir estupideces y arruinarlo. Pero tome la decisión de por una vez dejar de pensar tanto y disfrutar él momento.

Decidí que lo miraría dormir, empecé a observar cada detalle de su hermoso rostro, sus cejas rectas su nariz levemente respingada sus labios gruesos pero se notaba que eran muy suaves y no olvidemos su color eran muy rojos, la cicatriz en su frente.

Espera, ¿que?.

Dios era horrible, estaba justo debajo del mechon de pelo largo que tenia enfrenté, debió haberle pasado algo muy feo.

Ahora que lo pienso, hay muchos cosas sobre Scott que aún no descubro, fueron 10 años sin saber nada, quizás por cuantas cosas a pasado.

Luego de meditarlo mucho rato tome la decisión de descubrir todos sus secretos. Cueste lo que cueste.

Este lindo muchacho de ojos grises me gustaba mucho, y si tenía que volverme investigadora privada lo haría.

¡Ya deja de mirarme!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora