Recordaba este sentimiento, ese de estar tan feliz pero asustada al mismo tiempo. Ese que no te deja pensar con claridad, él que te hace creer que todo es perfecto aun que en él fondo sabes que no es así.Scott miraba buscando en mi una respuesta aún inexistente. Los segundo pasaban y yo ni siquiera pestañaba, parecia un simple bulto que a regañadientes aun seguía con vida.
Sus palabras se repetían en mi mente, le gusto, no puedo creerlo, y yo pensando mil tonteras sobre su persona.
¿que tendré que hacer ahora? ¿le digo que me tiene loca? ¿oh que?
De repente una figura muy curvilínea y de cabello rojizo se posa frente a la banca en la que estamos.
—Ey muchacho ven y ganale un meñeco a esta señorita—ambos la miramos y luego nuestros ojos se posaron en los del otro.
—sabes que, si quiero ese peluche.
Lo se huí de la situación como cuando rompes él jarrón favorito de tu madre, pero ¿que esperaban? No tengo tanta confianza en mi misma para decirle que se todo.
Lo tome de la mano e hice que se parará, la "modelo" nos llevo hasta él puesto. Le entrego 3 bolas de no se que material al muchacho de ojos grises a mi lado.
—si los botas todos te llevas él peluche que tu quieras— nos informa la señorita.
Y solo una lanzada del muchacho de buena puntería a mi lado y todos los pobres tarros ya se encontraban en él piso y yo en mis brazos con un peluche que casi me doblaba en tamaño.
Seguimos recorriendo la feria, pero sin decir nada. Hasta que Scott saco la voz por ambos.
—no se si no sabes que decirme, o no me escuchaste—me dice parando y colocándose frente a mi—y para asegurarme que no sea la ultima opción te lo repetiré. Me gustas Lucy.
Y ahora él que se paraba era mi corazón. No reaccione hasta que él se dio vuelta y siguió caminando hasta la salida, lo seguí.
Al parecer había venido en auto, agarro unas llaves de su bolsillo e hizo activar la alarma.
Me subí al asiento del copiloto casi por inercia, acomode al peluche en él asiento de atrás y abroche mi cinturón.
—por favor, si hice él ridículo por favor dime.
Lo volví a mirar, al parecer él echo de que no allá dicho nada aun, lo estaba matando.
—y no me mires con esos ojos, me vuelven loco.
Como no me iba a gustar si era perfecto en todo sentido.
Baje mi vista y hable.
—si no te e dicho nada es porque se me hace difícil creerlo.
Y era verdad, aún que en realidad no tanto, lo se es algo confuso estoy entre 50 y 50.
— ¿por que dices eso?—
—Scott, es cosa de mirarme a mi y luego a ti—
Al momento que dije eso deje de jugar con mis manos y volví a mirarle.
—tu eres simplemente perfecto—le dije, y una sonrisa apareció en su rostro—y bueno, yo... Ni siquiera es necesario que lo diga.
Me sentí incómoda pero ya se lo había dicho, ¿como le creó algo así?, quizás simplemente lo dijo por impulso o no se.
— para mi tu eres simplemente perfecta.
Y ahora todas juntas , él grito, él grito, él grito.
AWWWWWWWWWWWWWWWW.
Una sonrisa me surge de repente, mis ojos se pusieron llorosos de pura emoción, era tan hermoso escucharlo decir eso después de tantos años, era tan hermoso de solo mirarlo.
En ese momento empezamos a acercarnos lentamente sin despegar si quiera por un nanosegundo la vista del otro.
Les juro que podía ver luces naranjas por todo él alrededor y personas tirando flores.
Ya solo nos quedaban 3 milímetros.
¿Me atreveré a hacerlo?
¿Como se sentirá darle un beso?
Porque e dado algunos, pocos pero los e dado, pero ¿que se sentirá dárselos a él?
¿se escucharan campanas o algo por estilo?
Ambos paramos cuando técnicamente ya no había distancia, mire sus labios, y él los mios, cerré mis ojos y no alcanzamos a acercarnos mas cuando bum.
—Ey muchachito, despeja él estacionamiento.
Dios.
Ambos estallamos en carcajadas, se me llego a apretar él estomago de tanto reírme.
Él encendió él auto y salimos de ahí.
—oyeee—de repente me surgió una duda—¿como es que estas conduciendo si aun no tienes licencia?
Volvió a reír, pero esta vez de forma nerviosa.
—le saque él auto a mamá— dice mientras entra en la gran avenida.
En otro momento le hubiera dado un gran reproche pero como no podía sacarme la estúpida sonrisa de la cara solo volví a reírme.
No me di cuenta cuando ya habíamos llegado, se estacionó frente a mi casa.
—llegamos mi lady—me informo usando voz de británico, muy mal imitado por cierto.
Estaba abriendo la puerta cuando, me para tomando mi brazo.
—ey, aun no me respondes—. Sabía que no podía huir tan fácilmente.
Quien fuera cenicienta en estos momentos.
—Tonto—volvi a reírme, en él auto se género un silencio, pero no de esos que llegan a ser desesperantes. O por lo menos no de mi parte.
—tengo que irme, así que devuelveme él brazo—le dije y él bajo del auto, se dio la vuelta y me abrió la puerta.—wuau que caballero.
Ambos volvemos a reír. Abre una de las puertas de atrás y saca Simón ( si así le puse al peluche). Me lo entrega.
Me despido de él con un beso en la mejilla. Y mi piel mas roja no podía estar.
Y pensar que no querías ir.
Es verdad, quizás que hubiera sucedido si no iba.
Él vuelve a subirse al auto y yo camino en dirección a la puerta.
Siento él motor prenderse, y en ese momento un calor me recorre él cuerpo.
Me giro y le hago una seña este baja la ventana del asiento del copiloto, yo corro hacia él auto y por un ataque mas que repentino de valentía, le repito lo que me dijo hace un rato.
—me gustas Scott.
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¡Ya deja de mirarme!
Teen FictionScott y Lucy se conocieron un día a los 6 años, un evento mas que desafortunado provoca que se separen, para luego 10 años después volver a encontrarse. Pero las mentiras harán que su historia no sea del todo fácil.