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[Guía anti secuestro, AVISO:poco efectiva]

(PARTE 1)

Me estaba quedando sin dinero; si, otra vez. El Karma prestaba demasiada atención en mi últimamente. El móvil comenzó a sonar despertandome del trance.

-Esta dispuesto a pagarte 30.800 rublos- contestó la voz del teléfono- Es un precio razonable para una noche...-.

-Dile que si- dije hipnotizada por la gran cantidad dé dinero- ¿Cuando quiere...?-.

-Esta noche, le paso tu dirección y te pasa a recojer a las 8, denada a ti tambien amiguita- desenfundo su tono burlón, como solía hacer.

-Gracias por todo Erkila-.

Le colgué antes de que pudiese seguir hablando. Mire el reloj y vi que la aguja marcaba que eran las 6:47, tenía el tiempo justo para la llegada de Míshko.

Coji la ropa interior de mi cómoda y me dirigí al baño dispuesta a darme una perezosa ducha. Abrí los grifos dejando que el chorro de agua caliente bajase por todo mi cuerpo, sentía que el agua purificaba mi cuerpo, ya no me sentía sucia, pero con mi "trabajo" esa sensacion de mugre interna me pesaba demasiado.

Lo admito, admito lo que soy y como he llegado hasta aquí pero no me siento orgullosa y nunca lo he hecho.

Jugaba con el jabón mientras resvalaba por mi terso vientre como una niña pequeña.

Cerré los grifos y salí del cubículo. Me mire fijamente al espejo, había cambiado mucho esos últimos 2 años. Observé mi larga melena mojada y enredada mis ojos inexpresivos y baje por mi cuello la mirada, tirando la toalla que cubría mi desnudez al suelo, seguí bajando la mirada, más de una cicatriz, más de una marca más en un lienzo roto recordando cual era mi oficio y como era valorado por ciertas personas. Me dolía haber acabado así. Me puse la ropa interior y me puse el vestido negro ajustado de Chanel que combinaba a la perfección con mi color de pelo y destacaba mis ,también, oscuros ojos. Mientras me secaba el pelo Erkila me enviaba whatssaps comentando sobre su nuevo cliente y lo bien que la pagaba.

La quería y la consideraba mi amiga pero a veces era muy pesada y se comportaba como una cria.

Como ahora.

Como una gata pavoneándose con una sardina en la boca delante de las demás gatas callejeras hambrientas.

Eh, pero la quiero, es mi amiga.


Me termine de arreglar el pelo y procedi a maquillarme.
Con suma precisión y delicadeza (inexistente) y una maestría profesional, (inexistente) comencé a pintar, como si supiese...

Casi una hora después había acabado medio decente.

Me fije en el reloj y vi que eran las ocho menos cuarto.
Inunde mi piel con perfume y me senté a esperar en el borde de la cama y me puse a rebisar mi movil.

Nada interesante.

El sonido del timbre resono en mis oídos avisando de que Míshko estaba esperándome.

Abrí la puerta y me encontré a un hombre joven de cabellos rubios y una mirada penetrante y un brillo delatador de deleite apareció en sus ojos al contemplarme de pies a cabeza. Era Míshko, seguro.

Estaba apoyado ligeramente en el capó de un Mercedes negro y con una preciosa tapicería granate suave.

-¿Helinav?-.preguntó relamiemdose el labio inferior.

-Si- dije intentado ocultar la rabia que había nacido en mi al escrutarme de esa forma con la miradas, que absurdo ¿no? Nunca me gustó que me mirase así, aunque se que forma parte de mi "trabajo".

Me abrió la puerta del copiloto e hizo un ademán con la mano para que entrase en el vehículo. Un gesto muy caballeroso que no solía ver muy amenudo. En un abrir y cerrar de ojos nos encontrabamos rodeados de un silencio un poco incómodo pero Míshko parecía disfrutarlo ya que me miraba continuamente con una sonrisa pícara y un brillo de deseo en los ojos,

Le devolví la sonrisa con un guiño y vi por la ventanilla una preciosa mansión con casi todas las luces encendidas; sin darme cuenta habíamos pasado las rejas de hierro que protegían a la mansión, tenían dibujadas con los barrotes una V .

-¿Porque las verjas tienen una V?- Después me di cuenta de que podria haber metido la pata por bocazas... muy lista Helinav, muy lista-lo sien...

No me dió tiempo a terminar la frase cuando se rió entre dientes con una sonrisa lobuna, abría la puerta del garaje de la mansión, mirándome fijamente.

-Deberías saber un poco más sobre los clientes que contratan tus servicios ¿No crees Helinav?- pronunció mi nombre de forma lenta y alargandolo lo que provocó un escalofrío que recorrió todo mi cuerpo.

Seguía con sus ojos fijos en mi pero aparte la vista al ver la gran ilera de coches allí aparcados.

Bajó del coche y me abrió la puerta de forma cordial,salí y me arrinconó contra la puerta ya cerrada del coche, no tuve miedo, no era la primera vez que pasaba por una situación similar, sólo que él me sacaba bastante de altura. Se cruzó de brazos lo que marcó más su musculatura.

Tragué saliva.

Se acercó a mi aún mas y me susurró al oido

-la V de la verja es por mi apellido, Vorisov-. Dijo con un ronroneo.

Se apartó de mi para que pudiera dejar de sentirme cohibida pues aquella situación me había empezado a incomodar.

Me sonaba su apellido pero no sabía de qué...

Destruktiven GeistDonde viven las historias. Descúbrelo ahora